Capítulo 3
Draco se estremeció. Dudó durante un momento antes de seguir a Potter a través de la verja que conducía al interior. El aro que tenía en la muñeca lo jaló y después de unos segundos, emprendió camino. Los pies de Potter aplastaban la hierba crecida, brillante por la lluvia que había caído con anterioridad. Sus zapatillas deportivas dejaban una raya oscura entre el plateado pasto y sus pasos hacían un ruido crujiente. Draco daba cada paso lo más cuidadosamente que le era posible y trataba de sincronizar sus pisadas con las de Potter, esperando así que el sonido que él producía cubriera el suyo propio.
Al fin llegaron ante una descuidada parcela, al fondo del cementerio... pero no era una tumba, sino dos. Y entonces, Draco supo de quiénes eran las sepulturas que Potter estaba visitando a esas horas de la noche y a solas. No debían ser más de las nueve, pero se sentía como si ya fuera medianoche. Potter detuvo su andar enfrente de las sencillas y ladeadas lápidas. Draco se sentó lo más silenciosamente que pudo en una losa cercana, no demasiado seguro de lo que vería a continuación. Seguramente Potter no iba a llorar o algo así. Y no lloró.
—He regresado —le dijo Potter a la noche, con los hombros caídos y las manos embutidas en los bolsillos de su chaqueta muggle. Hubo silencio, roto sólo por el sonido del viento meciendo las húmedas hojas de los árboles que estaban a todo lo largo del perímetro del cementerio. Potter no volvió a hablar en un largo rato. Sólo se quedó ahí de pie, mirando fijamente las lápidas de las tumbas de sus padres.
Draco se removió después de un tiempo, sintiendo frío e incomodidad. ¿Cuál era la finalidad de eso, exactamente?
Potter se aclaró la garganta.
—Hoy fue un mal día —dijo por fin, casi para él mismo—. No encontré nada. Ni una jodida cosa. Creí que en la casa podía haber algo. Hoy estuve otra vez ahí. No sé en donde más buscar. Ron quiere que vaya a La Madriguera, pero por primera vez, no quiero ir. Creo que le estoy dando largas al haberle dicho que iría dentro de poco. —Guardó silencio de nuevo.
¿Qué era lo que estaba buscando? ¿Dumbledore sabía que Potter estaba buscando algo? Y si así era, ¿estaban ayudándolo o Potter estaba emprendiendo alguna especie de cruzada desesperada y solitaria? Draco se estremeció.
Potter notó que tenía los cordones de una zapatilla desatados, y se agachó para atarlos.
—A veces me pregunto cómo habría sido —dijo mientras levantaba la mirada y se sacudía el cabello de los ojos, en voz tan baja que apenas fue audible—, si ustedes no hubieran muerto.
Se quedó agazapado durante un largo rato, con el trasero apoyado sobre los talones y éstos sobre el pasto, abrazándose las piernas contra el pecho. No volvió a decir nada. Después de media hora, Draco comenzó a preguntarse si Potter pensaba regresar alguna vez a la calidez y relativa seguridad del pub. Él mismo estaba empezando a sentirse desesperadamente solo y con mucho frío.
Para cuando Potter se retiró, la luna se había escondido detrás de las nubes. Fue una larga y oscura caminata de regreso.
* * *
El hechizo de rastreo no desapareció mientras dormían, como Draco había temido que ocurriera. Se despertó abruptamente, asustado e incapaz de recordar durante un momento en dónde se encontraba. Las oscuras y sucias paredes le eran desconocidas. Entonces, lo recordó. El pub. El Valle de Godric. Potter. Por supuesto. Draco se levantó y revisó ansiosamente el hechizo. Podría fácilmente fallar en esta misión también, y a tan sólo un día de estar allí. Pero el aro continuaba jalando su muñeca, débil pero insistentemente. Potter estaba en algún sitio debajo de él. No en su habitación. ¿Desayunando, quizá? Ya eran más de las nueve. Se había quedado dormido.
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Walking the Line [fanfiction drarry/harco]
FanfictionTRADUCCIÓN. El sexto año finalizó y Draco Malfoy es un fugitivo. La guerra ha empezado y una misión no deseada le es impuesta a la fuerza por la única persona en la que confía... y el que una vez fuera su archienemigo tal vez sólo quiera matarlo. Wa...