¿Qué pasaría si...?

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-¿Kylie? -escucho la voz de Megan sacándome de la ensoñación de ver a este hombre.

Me levanto rápido al darme cuenta que estoy en los brazos y piernas de un extraño, de repente siento que mis mejillas arden mientras chico misterioso buenorro, una chica y un chico muy parecidos a el me miran divertidos.

-¿Estas bien? -pregunta el chico de mis sueños.

-Sí, perdón por caerme encima de ti -digo haciendo a los tres reír, Megan me da un codazo que realmente me hace daño. Por lo que le miro mal.

-No pasa nada, puedes caer encima de mi siempre que quieras -me guiña un ojo, río de forma incómoda haciendo a todos reír de nuevo.

-Te me haces conocida -dice por primera vez la chica teñida de rubio y ojos marrones sentada al lado de él.

-¿Yo? -pregunto para afirmar que me habla a mi y  no a mi prima.

-Sí, ¿de dónde eres?

-Soy de aquí de Londres pero ahora estoy viviendo en Whitstable.

-¡Sí la vimos el otro día! -dice el chico en el que no me he caído encima.

-¿Vivís allí? -pregunto emocionada.

-Sí, en los apartamentos rosas -dice el chico en el que si me he caído, abro la boca asombrada.

-¿Sois los Keegan? -pregunto asombrada.

La familia Keegan es la dueña de la mitad de cosas que hay en el pueblo, de hecho, mi apartamento se lo alquilemos a su padre. Se que son ellos porque mi apartamento esta en un edificio que solo está ocupado por ellos. 

Es un edificio de dos plantas, en la primera planta hay dos apartamentos dúplex, y en la segunda más de lo mismo. Con la única diferencia de que los pisos de arriba poseen una azotea la cual está preparada para poder estar ahí. Mi apartamento esta en la segunda y última planta.

Es fácil saber que ellos son los Keegan porque cuando mi padre se enteró que así era el apartamento se puso de los nervios, bueno los dos nos pusimos de los nervios. Fui violada y  torturada a los 15 años por una chica que la tomó conmigo en el instituto. Es por eso que no me fío de desconocidos, y por eso no acepté la habitación en la universidad. Es por eso que al contarle la situación al padre Keegan -no todo, solo que no me sentía segura-, decidió darme un apartamento en el edificio rosa, donde los demás habitantes eran sus hijos. Está claro que no tendré que convivir con ellos pero los veré todos días y eso es lo que me ponía nerviosa. 

Me sorprende que estos tres jóvenes que se que podrían limpiar sus mocos con billetes de 100 libras, vayan vestidos tan normales y actúen de forma tan amable.

-¡Sí! -contesta la chica rubia poniéndose en píe- Soy Danielle -me ofrece su mano así la que la estrecho.

-Kylie -me presento- y ella es mi prima Megan.

Ella saluda a Megan mientras los dos chicos me miran asombrados.

-¿Eres Kylie? -pregunta el chico en el cual me he caído, asiento.

-¿Y tu eres? -pregunto.

-Tom, Tom Keegan. Eres mi vecina, vivimos justo enfrente.

-¿Por qué nunca te he visto? Pensé que no vivía nadie al lado.

-He estado unos meses fuera, pero mañana vuelvo. Así que supongo que nos veremos mucho.

-Sí, ya te pediré sal -bromeo.

-Y todo lo que quieras -me guiña un ojo en broma, o eso espero.

-¿Tu tienes nombre? -pregunto al chico muy parecido a su lado.

Algo más que entenderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora