Prohibido [2a EDICIÓN EN AMAZON]

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El alcohol hace mella en mi organismo, me encuentro bailando hasta con gente que no conozco y todo para olvidar la imagen de Tomi con una compañera, besándose como si no hubiese un mañana, así que, después de bailar bastante, decido llamar a Martha, quien me contesta rápidamente, quedamos en su habitación y nos tomamos varias copas, reímos y en un momento dado me beso con ella, y para que mentir esta chica lo hacía como una diosa. Así que, pienso disfrutar.

(...)

Madre mia el dolor de cabeza que tengo es impresionante, cundo recupero la consciencia, oigo mi teléfono, una notificación de Instagram, veo las historias en las que me etiquetan con cosas como "controla a tu hermano" "menudo trío he hecho con tu hermano"

Frunzo el ceño, y dudosa abro las historias, efectivamente, Tomás, con dos chicas besándose, pero no es lo peor, ellas, han publicado videos de cuando estaban follando, venga, ¿Enserio?, No pienso ver más, me levanto, me despido de Martha y entro en mi habitación, en la que están todos esperando a Sarah, y sin mediar palabra, mi mano impacta sobre la cara de Tomás, noto como mis lágrimas salen descontroladas y entre una mezcla de rabia y dolor le digo:

- ya te has enterado, hermanita- dice burlón- porque si, solo somos hermanastros.

- a partir de ahora, no me mires, no me hables, ni me toques, no existo, me has demostrado todo lo que tenías que demostrar, y tú orgullo de hombre es lo importante, solo somos hermanastros, no habrá nunca, nunca, algo mas- me voy bajo la atenta mirada de todos, con las maletas y entro llorando a la habitación de Martha.

- ¿Que ha pasado cielo?- dice abrazándome

- me he peleado con él, ¿puedo ducharme aquí? No quiero verlo- digo llorando

- claro, pasa- dice ella mirándome triste.

Me intento aclarar las ideas hacia Tomi pero solo tengo rabia, si quería que solo fuésemos hermanastros no debería hacer todo lo que hizo. Me engañó, soy imbecil.

Me visto y me arreglo lo mínimo bajo con Martha y en el camino de vuelta a Madrid no me separo de ella ni de Sarah.

(...)

Al fin, hemos llegado a casa, nos hemos despedido de todos y por suerte encuentro una nota de mi padre, diciendo que llegarían por la noche, así que, sin hablar con él, me voy a dormir. No puedo mirarlo a la cara. Es imposible.

Justo cuando me acuesto tocan al timbre, bajo y me encuentro a Lola, oh sí, la rubia con aires de silicona, digo, de grandeza.

- ¿Tomás?- dice ella

- arriba- digo sonriendo

Han pasado dos horas y los muy imbéciles no dejan de gemir, dado el puto ruido pongo música y llamo a Sarah, que viene con dereck y un chico del que no me habían hablado antes.

No pasa mucho tiempo cuando veo a mis amigos aparecer, justo detrás de ellos, un chico, moreno, ojos azules y con buen cuerpo me saluda con dos besos.

- él es Marco- dice dereck- del equipo de fútbol

- oh, hola- sonrío

- hola, encantado preciosa- dice dándome un abrazo y dos besos.

Esto se pone interesante.