Capítulo 13

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Al día siguiente Percy estuvo demasiado meditabundo como para hablar con Fransie, así que ella lo dejó solo, aunque moría por sentarse a platicar con él acerca de lo que harían para rescatar a Annabeth, porque lo harían ¿no?

Annabeth era la única amiga que Fransie tenía en el campamento, haría lo que fuera para salvarla y sabía que Thalia y Percy sentían lo mismo, ese era un buen equipo de búsqueda, debía hablar con Quirón.

La noche anterior en la cena, había sentido la mirada de varias de las cazadoras fijas en ella, como si fuera una curiosidad, y se había sentido realmente incómoda, incluso Percy lo había notado, aunque no había mencionado nada.

Justo en ese momento estaban haciendo lo mismo.

Una chica de cabello oscuro, que parecía ser su líder, estaba mirándola fijamente desde el otro lado del pabellón mientras todos se preparaban para el inicio de captura la bandera, la chica rubia del día anterior estaba a su lado, susurrándole al oído. El resto de las cazadoras se apiñaban en el pabellón y susurraban entre ellas mientras se ajustaban las armaduras.

Daba la impresión de que algunas habían estado llorando.

Los residentes del campamento tenían en su equipo a Charles y a otros dos chicos de Hefesto, a unos cuantos integrantes de la cabaña de Ares, a los hermanos Stoll y a Nico, de la cabaña de Hermes, y a varios chicos y chicas de Afrodita.

Era curioso que la cabaña de Afrodita se presentase a jugar.

Ellos habitualmente se mantenían al margen, charlando y contemplando su reflejo en el río. Pero en cuanto se enteraron de que iban a enfrentarnos con las cazadoras, se apuntaron con unas ganas enormes.

– Ya les enseñaré yo si «el amor no vale la pena» —refunfuñaba Silena Beauregard mientras se colocaba su armadura– ¡Las voy a pulverizar!

Varios campistas les habían preguntado a Charlie y Fransie si querían capitanear el equipo y ellos habíamos accedido, pero parecía que Thalia y Percy tenían otros planes.

– Yo me ocupo del ataque –le estaba diciendo ella a su hermano– tú ocúpate de la defensa.

– Eh... –Percy parecía no estar de acuerdo.

Charles y Fransie se miraron, confusos e intrigados.

– ¿No te parece que con un escudo estarías mejor defendiendo? –le dijo el chico a Thalia.

– Bueno, justamente estaba pensando que el escudo servirá para reforzar el ataque –respondió ella– Además, tú tienes más práctica en la defensa.

No era que Fransie conociera demasiado a su nuevo hermano, pero no parecía alguien que fuera más de defensa que de ataque, pero lo mismo podía decirse de la hija de Zeus.

– Vale, es cierto. –concedió Percy, y Charles y Fransie se miraron estupefactos.

– Genial –respondió ella.

Sería mejor que se apartaran de ellos, la verdadera batalla no sería contra las cazadoras. Así que los dejaron "liderar" la estrategia y se hicieron a un lado.

– ¡Héroes! –llamó Quirón– Ya conocéis las reglas. El arroyo es la línea divisoria. El equipo azul, del Campamento Mestizo, ocupará el bosque del oeste. El equipo rojo, de las cazadoras de Artemisa, el bosque del este. Yo ejerceré de árbitro y médico de campaña. Nada de mutilaciones, por favor. Están permitidos todos los artilugios mágicos. ¡A vuestros puestos!

Fransie se aseguró la armadura y tocó el cilindro para asegurarse por enésima vez de que lo tuviera encima.

– ¡Equipo azul! ¡Siganme! –exclamó Thalia.

Hija de los Mares (Percy Jackson Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora