Rainbow

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788 palabras.

Sonrió dulcemente al ver como su nieto de siete años corría por la orilla de la playa, huyendo de las olas mientras reía con la pureza que solo un niño puede tener. El pequeño Christopher Bang había insistido en esa tarde salir a la playa para poder recoger conchas de la arena. Sus pies como siempre desnudos por la mala costumbre de no llenar calzado, una pequeña bolsita de tela en su manito izquierda donde iba guardando las conchas que encontraba, siendo recogidas con su manito derecha. 

— ¡Nana, Nana! —gritó el infante de cabellos oscuros corriendo hacia la persona que lo cuidaba durante las horas en la que sus padres trabajan— Mira estas ¡Son muy bonitas!

Abrió sus manitos dejando ver una concha de un tamaño mediano, la que brillando por los rayos del sol dejando ver una multitud de colores dignas de un arcoiris.

— Es muy bonita, Chris —sonrió con dulzura, acariciando su cabello.

— Nunca había visto una tan linda —dijo el niño mostrando asombro en sus facciones mientras movía el objeto entre sus manos para poder verlo brillar.

— Tiene un buen tamaño para que sea un collar. — La persona que lo tenga va a ser alguien muy especial. — ¿Qué tan especial, Chris?

— Con quien me vaya a casar —confirmó asintiendo una y otra vez, seguro con esas palabras. — Podemos ponerle barniz para que su brillo dure mucho tiempo y así puedas dárselo a esa persona —esperó hasta que su nieto guardara con mucho cuidado la concha con el resto para poder tomar su mano y volver a casa.

 — Podemos ponerle barniz para que su brillo dure mucho tiempo y así puedas dárselo a esa persona —esperó hasta que su nieto guardara con mucho cuidado la concha con el resto para poder tomar su mano y volver a casa

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— Hyung~ —escuchó la risa de aquel chico que siempre estaba a su lado— ¿A donde me llevas?

— Es un secreto, amor.

Siguió tirando de la mano al menor, ambos caminando por la playa luego de un largo día en las calles de Sidney.

A sus 28 años su vida estaba completa, eso podía asegurarlo sin dudar por un solo segundo, teniendo una carrera como productor donde con el tiempo se terminó enamorando de uno de los bailarines. Lee MinHo sin dudas era su pareja destinada aún teniendo en cuenta cada una de las diferencias que los hacían únicos.

Un día lo besó sin saber que ambos terminarían siendo padres de tres gatitos y un perro, quienes siempre los acompañaban a cada uno de los viajes que hacían. 

Ya luego de siete años de relación había sido lo vivido, con altos y bajos que nunca lograron separarlos. Ahora luego de unas merecidas vacaciones caminaban por las playas de Sidney por propia exigencia.

— Chris~ ¿Por que estamos aquí? —habló nuevamente el menor ahora en inglés.

Christopher sé volteó para poder abrazar a MinHo por los hombros, apegando sus rostros hasta que sus narices casi se tocasen.

— ¿Qué día es hoy, Honey? —le preguntó rozando sus narices.

— Junio 13 —contestó con obviedad en su voz— El día que nos dimos nuestro primer beso.

— Vaya, lo recuerdas —bromeó conociendo la facilidad con la que MinHo olvida las fechas.

— Cállate —rió MinHo robándole un beso .

— Bueno, bueno —levantó las manos en muestra de paz, aprovechando el momento para buscar algo en su bolsillo— Ahora en serio, estamos aquí por una razón.

— Te escucho, amor.

— Cuando era pequeño venía aquí con mi Nana a recojer conchas, hacia muchas cosas con ellas...

— Chris varios de nuestros cuadros están decorados con ellas.

— No me interrumpas —puchereó dándole un pequeño golpe en el pecho al menor, haciendolo reír— Y entonces una tarde encontramos una muy especial, aún no he encontrado ninguna que brille igual que aquella. Con nana la cubrimos de un barniz especial y la hicimos un collar.

Lentamente sacó el collar en cuestión, dejando que los rayos del atardecer mostrarán los colores que había mencionado segundos antes.

— Le dije que la única persona que llegaría a portarlo sería la persona con quién me casaría, fueron ideas de un niño pequeño pero eso no ha cambiado —miró a los ojos ahora llorosos de MinHo, quien cayó en cuenta de lo que Christopher estaba a punto de hacer— Lee MinHo ¿Te casarías conmigo?

MinHo asintió dejando caer algunas lágrimas, cuando sintió el objeto alrededor de su cuello y el pequeño peso en su pecho miró al mayor antes de lanzarse a sus brazos. Pudo sentir como fue levantado del suelo mientras las risas de Christopher llenaban el ambiente, al momento de que sus pies tocaran el suelo unió sus labios con los del mayor, unidos en un beso lleno de amor y ternura.

Marcando un nuevo inicio en sus vidas, tomados de la mano caminaron por la orilla de la playa, bromeando con lanzarse uno al otro al mar y robando pequeños besos de manera traviesa. Estando completamente a la espera de llevar una hermosa vida juntos.

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