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Dos días pasaron, luego de que Louis estuvo en el despacho de Harry.

Desde entonces no habían vuelto a verse ni había hablado, a pesar de que el ojiverde había estado llamándolo por teléfono incansablemente.

En su galería, el ojiazul se pasó esas horas aislado del mundo, pensando en su situación actual.

Esa mañana tras levantarse más alterado de lo normal, comenzó a caminar de un lado a otro mientras se frotaba su cara con las manos.

...—No, no, no...definitivamente no puedo ser el pasivo...yo puedo ser un alfa tan dominante como lo puede ser él...si...el que sea más bajo y mi trasero más voluminoso, no me hace más femenino, ¿O si?.

El timbre de la puerta sonó, sacándole de sus inquietantes pensamientos.

—¡Abreme Lou!, ¡Abreme por favor!—escuchó gritar.

—¿Harry?...vete, no quiero verte.

—¡Abre la maldita puerta o la tiraré, Lou!— escuchó gritar nuevamente.

—¡Vete Harry!...¡vete!—gritó también mientras se alejaba de la puerta.

Un gran estruendo se escuchó y entre los añicos de la destrozada puerta, apareció un Harry bañado en sudor y terriblemente furioso.

—Ve-vete.

El ojiverde caminó con decisión hacia el temeroso ojiazul y entonces lo sujetó con fuerza.

—Mi celo ya está aquí y tú tienes que ayudarme, Lou.

El ojiazul intentó resistirse.

—¡No Harry!, ¡búscate a otro!.

El ojiverde soltó un enorme y desgarrador rugido, el cual hizo estremecer todo el lugar y también que las piernas del negado artista comenzasen a temblar.

—¡No puedes resistirte maldita sea!, ¡Tú eres lo que yo necesito!, ¡Tú eres mi destinado!.

Tras gritar esas palabras, el enervado empresario, cogió a Louis en su regazo y lo llevó hasta el segundo piso donde encontró la cama pues el ojiazul se solía quedar a dormir allí  cuando la inspiración lo acompañaba.

—¡No puedes forzarme!, ¡Soy un alfa!—gritó este en cuanto fue arrojado al colchón.

Rápidamente el ojiverde comenzó a desvestirse dejando a la vista sus enormes y trabajados bíceps y su más que erecto miembro.

—Lo siento Lou, yo no quería que nuestra primera vez fuese así pero tú no has querido contestarme y ya te lo había advertido.

—¡No soy tu perra, Harry!, ¡no soy tu perra!, ¡Te odio!, ¡Te odio!—gritó desesperado el ojiazul, mientras se resistía, sujetando su ropa, la cual fue  arrancada sin remedio una por una.

—Tranquilo Louis, intentaré lastimarte lo menos posible —dijo entonces el empresario con un poco de lucidez en medio de su agónico éxtasis—No te resistas más.

El más bajo comenzó a llorar al sentir como los fuertes, desesperados y largos dedos del ojiverde profanaron su rosado agujero.

—Oh joder pequeño, eres tan apretado...me muero por estar dentro de ti.

—No, Harry, por favor...no lo hagas, no, no

Las súplicas no surdieron efecto alguno en el ojiverde pues cuando ya el agujero de Louis estuvo más dilatado, poco a poco, el alfa se adentró en el interior de este, a la par que soltaba otro terrorífico gruñido.

Harry comenzó a penetrarle lentamente, metiendo y sacando su enorme polla, mientras que el asustado ojiazul comenzó a sentir una extraña y placentera sensación.

—Ooh Lou, esto se siente tan jodidamente bien.

Los débiles gemidos del alfa más bajo comenzaron a escucharse y eso hizo que el ojiverde sintiese aún más deseo, volviese así un total loco por destrozarle el culo a su amante.

De un momento a otro las estocadas aumentaron su ritmo y profundidad, llegando a la próstata de Louis, entonces este chilló enérgicamente debido al placer que sintió.

—¡Oooh joder, Harry!, ¡aaah!.... ¡me corro oooh!... ¡Madre mía! ¡aaah! ...¡joder no puedo más aaah! ....¡me voy!, ¡me voy Ha-Harryyyyy...!

Blancos e intensos hilos de semen salieron del pene del ojiazul, manchando su vientre, a la par que jadeaba enloquecido.

—Así me gusta Lou...ves, no fue tan malo...anda prepárate porque ahora me toca a mi—gruñó el ojiverde al sentir su nudo hincharse y sus colmillos crecer.

—N-No me marques, por fa-favor...te lo ruego, no lo hagas— suplicó Louis aún recuperando el aliento.

—Tranquilo, pequeño, todo irá bien—habló el jadeante alfa ladeando el cuello del más bajo en seco movimiento.

Louis estaba indefenso ante la enorme fuerza del alfa, tan solo le quedo cerrar los ojos y coger aire, entonces Harry abrió su boca y acto seguido le clavó sus afilados colmillos, mientras derramaba su caliente y espeso semen en el interior de este.

Liego de unos minutos, el alfa terminó y luego lamió la herida para que cicatrizase mejor, mientras que esperaba a que su nudo bajase y pudiera salir del aquejado alfa ojiazul.

Cuando al fin estuvo liberado totalmente, este se tumbó exhausto al lado de Louis, el cual lo miró con sus aguados y hermosos ojos azules y a continuación se giró dándole la espalda.

El alfa ojiverde esbozó una leve sonrisa y girándose también, lo abrazó y le besó en la nuca.

—Perdóname Lou pero era absolutamente necesario... desde ahora estaremos unidos para siempre.

 desde ahora estaremos unidos para siempre

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56. Delta Lou- Omegaverse Larry Stylinson- Historia Corta - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora