Advertencia:
Esta historia contiene escenas de sexo duro y vocabulario fuertes, además de comportamientos abusivos, como violación, agresión, etc...por ello, si eres sensible a estos términos no continues. Sin embargo, quiero decir que no puedes olv...
Al amanecer, Louis abrió los ojos y aún adolorido miró a ambos lados de la habitación y no encontró a Harry.
Como pudo, se levantó, caminó hasta el lavabo, abrió el grifo y luego se miró al espejo con molestia.
-Maldito seas harry...yo no quería esto...yo era un alfa y ahora tu me has convertido en tu jodida perra.
Tras soltar un ahogado rugido, el ojiazul se adentró en la ducha para intentar limpiarse lo restos resecos de la intensa sesión de sexo necesitado y salvaje.
Luego de unos minutos salió y entonces escuchó ruidos en el piso inferior y a continuación unos pasos subiendo las escaleras.
-Buenos días, cariño...mira re he traído cade y croissant para que recuperes fuerzas-dijo Harry entrando a la habitación.
Un zapato sobrevoló muy cerca de su cara y a continuación lo hizo el otro.
-Hey, oye ¿qué demonios ocurre contigo, Lou?.
El ojiazul furioso, se acercó al alfa y de un manotazo tiró los vasos de café y los bollos, que el rizado amablemente había comprado en el Starbucks de la esquina.
-¿Por qué has hecho eso?, ¿Qué demonios te ocurre?.
El castaño resopló y acto seguido se limpió las lágrimas dr su húmedo rostro.
-¡No quiero nada que venga de ti!, ¡Eres un maldito hijo de puta!, ¿Qué se supone que haré ahora con esto en mi cuello?, ¿En que jodida mierda me has convertido?-gritó señalando la mordida-...te dije que yo no quería esto.
El ojiverde asintió con resignación.
-Lo siento, Lou pero esto es así, tranquilo te acabarás adaptando...tan solo debes entenderlo.
-¿Entender?, ¿Entender qué, Harry?, ¿Acaso debo rendirme y soportar que me trates cómo un frágil y tonto omega?...ni lo sueñes porque no lo haré.
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Tras unos intensos segundos de mirarse en silencio, Harry se acercó e intentó abrazarlo pero este se alejó.
-Por favor, Lou, no hagas esto.
El ojiazul sonrió con amargura y acto seguido caminó hasta la cama, recogió su ropa del suelo y comenzó a vestirse.
-Vete Harry, por favor...quiero estar solo.
El alfa ojiverde se le acercó nuevamente.
-Lou, cariño, somos destinados y ahora estamos unidos, no puedes alejarme de tu lado...no puedes sacarme de tu vida.
Una vez más, el ojiazul miró con furia al afligido alfa y a continuación le dio un fuerte empujón, el cual casi le tira al suelo.
-¡He dicho que te largues, maldita sea!, ¡No quiero verte!, ¡Marchate joder o te patearé!- gritó con todas sus fuerzas.
El empresario lo miró horrorizado y finalmente asintió.
-Está bien, Lou... me iré por ahora pero quiero que sepas que no me alejaré de ti... eso no lo haré nunca.
El artista resopló nuevamente y acto seguido volvió a empujarle hasta que el ojiverde estuvo fuera de la habitación.
-¡Vete!, ¡Marchate, joder!, ¡Lárgate de una maldita vez!.
Luego de unos minutos de irse el empresario, el ojiazul salió de su galería, subió a su coche y condujo como un auténtico loco, saltándose varias señales de tráfico hasta llegar al edificio donde estaba la consulta de su psiquiatra.
Rápidamente bajó se su vehículo, caminó hasta el interior e irrumpió exigiendo verlo.
La recepcionista intentó persuadirlo pero este también la empujó y a continuación caminó hasta la puerta del despacho del terapeuta y sin dudarlo la abrió.
-¡Necesito su ayuda ahora mismo!.
El anciano beta levantó su vista del expediente que estaba ojeando y resignado le dio paso.
-¿Qué te ocurre Louis?, ¿Por qué estás tan alterado?.
El castaño se tumbó rápidamente en el diván, soltó un profundo suspiro y luego ladeó su cuello, dejando a la vista la fresca mordida.
-Mire esto, ¿Qué mierda se supone que haré ahora?, ¿Qué demonios seré?...
