Capitulo 21

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Taehyung llegó rápidamente al hotel, tomó su maleta y tomó el primer taxi para tomar el autobús más próximo a Seúl.

Tiempo después, estaba sentado en una de las bancas de la sala de espera, cuando alguien se acercó a él.

—Hoseok, ¿qué haces aquí?

—No es obvio, no estás bien y lo sabes. Y para que no te sientas solo, compré un boleto.

—Hoseok yo... tenías razón, yo debí hacerte caso pero... —sollozaba.

—Ya, Tae, Jungkook no era el indicado.

—Un momento. ¿Cómo sabes que Jungkook y Jimin son esposos?

—Yo...

—¡Tu lo sabías desde un inicio! Y por qué no lo dijiste, Hoseok.

—Tae, tranquilizate, yo te juro que no sabía hasta hace tiempo, pero quería que te dieras cuenta.

—Hoseok, eres mi amigo y con mayor razón debías decírmelo.

—Tae, al menos deja explicarte.

—Tu ganas.

Hoseok comenzó a contar lo sucedido, desde el punto en el que se encontró con Yoongi, hasta donde había idealizado un plan para desmentir todo. El castaño solo escuchaba con atención con lágrimas en sus ojos, mientras maldecía haber sido un completo idiota.

—Y esa es la verdad, Tae— bajó su cabeza.

—¿Y que hay de Yoongi y de Jimin?

—Bueno... Jimin ya sabe la verdad y Yoongi ya se enteró de todo esto.

—Dios, tal vez Jimin me odie...

[...]

—¡Te odio, Jeon Jungkook, te odio!—Jimin gritaba a los cuatro vientos desde su habitación— como pudieron traicionarme de esa manera, mi amigo y mi esposo, pero como no me di cuenta—lloraba—Jimin eres un tonto, un tonto por creer en la gente, definitivamente lo eres—dijo para si mismo.

Jimin se levantó del suelo sacando cada prenda del clóset que pertenecían al pelinegro, las puso en una bolsa y eliminó cada foto que tenía con él en un cuadro. Se sentía una mierda, pero bien, llorar por alguien ya no lo valía. Consideraba que había llorado lo suficientemente en vano, así que, ¿qué mejor desechar las cosas que tenían que haberse quedado desde un principio en la basura?

[...]

—¿Hola?

Hyung... —dijo Jungkook con la voz cortada.

¿Está todo bien, Jungkook? Suenas algo raro—dijo Namjoon desde la otra línea.

No, Hyung, definitivamente no estoy bien, necesito que me escuche alguien y que mejor que tu...

¿qué pasó?

Es Jimin y Taehyung, ellos...

Te lo dije, la verdad algún día iba a llegar. Yo siempre te lo recordé ahora paga las consecuencias.

—Si, pero necesito que me escuches.

—No, las veces que yo te di mis consejos nunca le tomaste su debida importancia. Ya no te apoyaré en esto y te lo dije, ahora habla contigo mismo y decide que hacer con tu vida sin ellos. Lo siento, pero debo irme.

Namjoon cortó la llamada dejando a un Jungkook en lágrimas, ahora si estaba solo...

A la mañana siguiente Jungkook despertó con los papeles sobre su cara, había sido una dura noche y no solo por el dolor de espalda, sino que había estado llorando toda la noche hasta caer dormido.

—¿Jefe?

Dijo Nayeon del otro lado de la puerta.

—¿se encuentra usted bien?

—Estoy bien, Nayeon, adelante.

La chica tímida, abrió la puerta y se acercó a Jungkook a entregarle un sobre.

—Debió ser una dura noche—comentó Nayeon refiriéndose a que a Jungkook se veía muy desaliñado.

—Lo sé, ahora retírate—dijo seco y la chica salió aún más avergonzada.

Jungkook abrió el sobre hasta perder de vista a su secretaria. Era una carta de renuncia por parte de Taehyung, aventó los papeles y tocó su rostro con mucha frustración, creo que este día iba de mal en peor, no quería llegar a esto, o bueno tal vez no así...

La noche por fin cayó y Jungkook llegó a casa estando todo  completamente oscuro, conservando aún el dulce aroma del rubio, pero ¿dónde estaría?. Acomodó sus cosas y cuando se disponía a ponerse su pijama, nada de sus pertenencias estaban. Lo que sí, es que en su mesita de noche estaba un papel por parte de Jimin, en donde se despedía del pelinegro. No decía a dónde iría, solo era un simple adiós. Cuando estaba a punto de echarse a llorar, frustrado bajó las escaleras, ya que alguien estaba tocando la puerta, no estaba listo para visitas y menos si no tenía ánimos.

—¿Quién eres? — dijo el pelinegro arqueando su ceja.

—Soy Min Yoongi, ¿se encuentra Jimin?

—No te conozco, vete.

—Yo no vengo a tratar asuntos contigo, y por lo que veo no está tu marido, lo siento me equivoqué, tu ex esposo.

—¿Qué quieres?

—Vengo animar a Jimin, ya que se siente tan mal por culpa de tus errores.

—No sé quién demonios seas, pero deje de entrometerse en mi vida.

—Yo si sé quién eres, eres el estúpido chico que cree que con alcohol puede resolver sus problemas.

—Espera, tu no eres el sujeto del bar.

—Exactamente y está va de mi parte—Yoongi le soltó un fuerte golpe en el labio inferior.

—Óyeme ¿qué te sucede, imbécil?

—¿Qué que me sucede?, te lo mereces por ser un hijo de puta. No sabes lo mal que has hecho sentir a Jimin estos últimos meses—se acercó a él para enfrentarlo cara a cara— Y como nadie te da una lección, yo me aseguraré que te arrepientas todos los días de tu jodida vida— Yoongi iba por un segundo golpe, pero se detuvo cuando alguien en la acera gritó

—¡Ey!, detente.

—¡Namjoon!— dijo Jungkook quien sintió un gran alivio.

—Voy a pedir que dejes de molestarlo.

—Pero se lo merece—reclamó el pálido.

—Claro que se lo merece, en eso estoy muy de acuerdo contigo, pero de nada sirve arreglar las cosas con violencia, créeme, algún día llegará algo llamado carma.

—Vaya, me agradas.

—Si, es un placer, ahora si no es molestia, ahora me toca darle una lesión a mi por medio de un diálogo.

Y así fue como Yoongi se marchó dejando a Jungkook con los labios sangrando del buen golpe que le había soltado. Mientras que Namjoon incitaba a que el pelinegro entrara a su propia casa.

—Debiste haberlo dejado que me matara de una buena vez.

—No, Jungkook, así no es la forma, tienes que pagar las consecuencias por jugar con los sentimientos de dos personas.

—Creí que me odiabas.

—No, Jungkook, dije que no iba a apoyarte en esto, pero Jinie me hizo recapacitar un poco y por eso estoy aquí.

—Que bueno que aún te tengo.

ᴛᴡᴏ ʙᴏʏꜱ, ᴏɴᴇ ᴘᴀᴛʜ [ᵛᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora