11. Italiano

57 4 0
                                    

PDV HARRY.

Un golpe en mi pierna me hace abrir los ojos, encontrándome acomodado en el cuerpo del ojiazul, el cual seguía durmiendo.

Me separo rápido de éste, volviendo a mi sitio, mirando el reloj.

Las nueve y veinte de la mañana.

¿Qué hacía despierto a estas horas?

Resoplo, frotándome los ojos, y me acomodo de nuevo en la cama, notando el ojiazul moverse, acercándose hacia mí.

Giro mi cabeza, mirando su precioso rostro dormido.

Tenía los labios entreabiertos y el pelo alocado, tapándole un poco la frente.

Por instinto, dirijo mi mano hacia su cabello, echándolo hacia atrás para poder apreciar más su rostro.

Tenía un pelo suave.

- Buenos días- susurra, sin abrir los ojos, asustándome.

Madre mía, qué vergüenza.

Carraspeo, metiendo mi mano bajo el edredón.

- Hola- digo, buscando mis gafas, poniéndomelas.

Éste se estira, quedando el edredón en sus caderas.

- ¿Te he molestado mucho?

- Bueno, solo la patada que me ha despertado- respondo, sonriéndole.

- Lo siento- dice, mirándome cálidamente.

Niego con la cabeza, restándole importancia.

- ¿Cómo lo haces para lucir bien recién despierto? Yo siempre amanezco con los ojos hinchados- dice, frotándoselos.

Carcajeo, lamiendo mis labios.

- Pero si estás guapísimo- susurro, y me arrepiento en el acto, aunque a éste no parece molestarle, ya que me sonríe ampliamente.

- Gracias- dice, sin despegar sus ojos de los míos.

Incómodo, me levanto, estirándome de nuevo, buscando mis zapatillas.

- Puedes ducharte aquí, si quieres- propongo, levantándome.

Asiente, todavía tumbado en la cama.

- Ve tú primero- dice, cerrando de nuevo los ojos.

Ruedo los ojos, sonriendo, y me meto en el baño, cerrando la puerta y quitándome la ropa, encendiendo el agua caliente.

En la vida pensé que en mi cama amanecería Louis.

Anoche, cuando Brian dijo que iba a dormir conmigo, me quedé un poco en shock, ya que no entendía nada, pero hablar con él me vino bien. A ver cuánto nos duraba el buen rollo. Supongo que hasta que le diese de nuevo el ataque de locura.

En unos días era la fiesta, y todavía no sabía muy bien qué haría con el tema Cole.

Quería liarme con él, pero a la vez me daba vergüenza, ya que no tenía experiencia en esas cosas, y no quería meter la pata.

Una vez enjabono mi pelo, cojo la toalla, envolviéndomela en la cadera, sacudiendo mi pelo con otra más pequeña, abriendo un poco la puerta para que saliese todo el vapor.

Asomo un poco la cabeza, divisando al ojiazul con los ojos cerrados, dormido de nuevo.

Salgo despacio, sin querer despertarle, y me dirijo hacia la cómoda, sacando unos calzoncillos.

Me giro de nuevo, comprobando que éste dormía, y saco la toalla de mi cuerpo, subiéndolos rápido.

Busco en el armario alguna camiseta que pueda ponerme para estar en casa, tirando una percha al suelo.

Sign Of The TimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora