31. Novios

50 5 0
                                    

PDV LOUIS.

Por fin habíamos terminado los exámenes, y había aprobado todo, para mi sorpresa.

Estas semanas han sido un poco caos. Apenas pude pasar tiempo con Harry, ya que, entre nuestros exámenes, apenas podíamos sacar tiempo.

Lo poco que nos vimos era en algún descanso que sacábamos en la uni, donde nos relajábamos un poco y hablábamos en la parte trasera. Se había vuelto nuestro pequeño escondite.

Hoy teníamos nuestra segunda cita, en mi casa, como dijimos, y estaba un poco nervioso por cómo podía salir, que yo esperaba que todo fuese bien, pero cuando cocinaba podía pasar de todo.

Harry dijo en su casa que pasaría la tarde con Margot, aunque mis planes eran que durmiese conmigo, pero no iba a presionarle si no quería.

- ¿Qué te parece si me paso por tu casa luego y echamos un FIFA? Me puedo quedar a dormir- propone Brian, remangándose la sudadera.

- Lo cierto es que había pensado pasar la tarde en casa, solo. Me duele un poco la cabeza.

- Anda, no seas aburrido. Lo pasaremos bien- dice, palmeando mi hombro.

- Otro día, ¿vale?- sonrío.

Asiente, serio, inspeccionando mi rostro.

- ¿Te pasa algo? Llevas unas semanas algo raro.

- ¿Raro? Qué dices- carcajeo, negando con la cabeza.

- No sé...- susurra, todavía serio.

- No me pasa nada- le aseguro- es solo que me duele la cabeza y me apetece descansar ahora que hemos terminado por fin.

- Vale, vale. Te creo- dice, más tranquilo, metiéndose en el coche.

Se me estaba haciendo cuesta arriba mentir a mi amigo, pero Harry seguía empeñado en no decirle nada, al menos por el momento, pero yo estaba cansado de ocultar a todo el mundo lo mío con el ojiverde, pero no podía obligarle a decirlo si él no estaba todavía preparado.

Cuando llego a casa coloco todo bien, en su sitio, bajando unas cuantas películas y preparando la merienda-cena.

Había optado por hacer unos tacos mexicanos de carne y verdura y nachos con guacamole, ya que a Harry le encantaba la comida mexicana.

Hacía tiempo que no estaba tan nervioso en una cita. De hecho, quitando la primera que tuve con Harry, llevaba mucho sin tener una, y la verdad yo lo había dado por perdido.

La gente de hoy en día no tiene citas, ni tarda en conocerse, simplemente van a lo fácil. Y podía entenderlo si lo que quieres es divertirte, ya que, bueno, yo llevaba una temporada que simplemente quería diversión, pero cuando te gusta alguien de verdad, sigue siendo increíble esa sensación de nerviosismo ante la primera cita, que todo salga bien. La emoción del primer beso... Siempre diré que todo eso es mágico.

Pasada una media hora ya tengo mis tacos listos, los cuales emplato y dejo ya preparados junto con los nachos, esperando a que el ojiverde llegara.

Decidí ponerme unos pantalones vaqueros simples y una camiseta de manga corta, ya que la primavera estaba cerca, llevándose el dichoso frío.

Cuando el timbre suena mi corazón comienza a acelerarse, suspirando, y abro la puerta, divisando a Harry. Tan guapo como siempre.

Llevaba sus característicos pantalones negros y una camisa negra de manga corta que tenía hojas de palmeras blancas y anaranjadas.

Lucía increíble simplemente con dos prendas.

- Hola- saludo, sonriéndole.

- Hola- susurra, dejando un pequeño beso en mis labios, entrando.

Sign Of The TimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora