O1

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Lo único que vieron mis ojos al ser abiertos fue el color gris de las paredes de la desconocida habitación.

Examiné todo mi alrededor, ¿Estaba en un hospital? Volví a echar un vistazo a toda la habitación sin entender porque estaba ahí.

Me incorporé en la camilla quedando sentada en ésta.

Quise poner un pie en el suelo pero una voz desconocida habló desde una esquina.

— Yo no recomiendo que hagas eso— dijo la voz proveniente de ¿un hombre?

Rápidamente me volví a sentar en la camilla y tenía todos mis sentidos alerta.

Claro, podría ser un doctor quien me había estado revisando y no una doctora, aún así, seguiría atenta y si hacía falta iba a protegerme.

— ¿Quién eres?— pregunté sin mostrar una pizca de miedo.

Poco a poco se fue acercando más a la luz, la figura se fue haciendo más visible y a medida que se acercaba el miedo en mi aumentaba.

— ¿Puedes oírme?— preguntó cuando finalmente la luz mostró su perfecto rostro juvenil.

Vestía una camisa y un pantalón blanco, vestimenta que delataba que no era un doctor.

Fruncí el ceño al darme cuenta de la pregunta que había hecho aquel chico. ¿Se supone que no debería oírlo?

Unas voces se comenzaron a hacer cercanas. Ambas eran femeninas, lo cual me alivió.

Una de las voces era aguda y bastante conocidas ante mi oído y al verla confirmé que quien hablaba era mi madre. Su rostro mostraba preocupación.

— Hija— exclamó al verme y se acercó rápidamente a la camilla.

— Mamá, estoy...— mis palabras no terminaron de salir y mi vista se dirigió al sector de mi estómago dónde podía ver como el brazo de mi madre atravesaba sin ningún problema ese sector de mi cuerpo.

Por miedo me levanté rápidamente de la camilla, toqué el suelo. Estaba frío.

¿Esa era yo? Mejor dicho ¿Ese es mi cuerpo?

— Señora, su hija está en coma y no sabemos si podrá resistir, lo más probable es que no— habló la doctora posando su mano en el hombro izquierdo de mi madre — Haremos todo lo posible— finalizó.

Mis ojos estaban cerrados, no podía ver mi cuerpo ¿En coma? Estaba... ¿Muerta?

— No, solo estás dormida, nada grave— la voz masculina volvió a hacerse presente.

— ¿Quién eres tú?— pregunté mirando al dueño de esa voz.

Él me miró, luego a mi cuerpo y volvió a verme.

— Bien, estás técnicamente muerta— dijo evitando mi pregunta.

Lo miré confundida, ¿Acaso tenía un problema?¿Por qué la doctora y mi madre no le dicen nada?

Quizás todo esto era un simple sueño, me di una bofetada. Nada. Seguía en el mismo estado. Mi alma fuera de mi cuerpo, el cuál luchaba por sobrevivir.

— Soy el Ángel Han, pero puedes llamarme Jisung— respondió finalmente.

— Hasta que te dignas en responder— dije con una pizca de enojo en mi tono de voz.

Su vista se dirigió nuevamente a mi cuerpo, se acercó hasta la camilla.

— Jung Yun— dijo — ¿Ese es tu nombre?— preguntó.

angelic melody | han jisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora