5. Debe saber cocinar

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La semana transcurre sin demasiadas eventualidades. Los primeros días de regreso a la escuela suelen ser apacibles en Mountain Oak High. Todavía no hay disputas ni enemistades, celos, traiciones ni venganzas.

Vivir en medio de una zona rural ayuda a que se sienta siempre un clima letárgico y calmo. Muy pocas veces ocurren sucesos importantes que sacuden a los estudiantes. Aquí somos siempre los mismos, casi nunca llega gente nueva ni se marcha la que estaba. Nos conocemos desde que éramos niños pequeños, nuestros padres, tíos y abuelos también se conocen. Como hay una sola escuela pública en la zona, la mayoría de los vecinos han pasado por estos mismos corredores. Incluso entre los profesores hay familiares y conocidos de alumnos y de exalumnos. Somos como una gran familia.

Y es por ello que la llegada de Noah y su repentino noviazgo conmigo se ha vuelto el tema de conversación preferido de la comunidad. Es, posiblemente, el chisme más excitante de los últimos meses.

Por fortuna, pocos son los que hablan de mí, la mayoría solo se interesa en él. En su sonrisa de comercial de pasta dental, en su inteligencia y en su atrayente personalidad, en su melódica voz y, claro está, en su coche costoso y nuevo. Se preguntan dónde vive, de qué trabajan sus padres, cómo demonios es que fue a fijarse en mí, cuánto durará nuestra relación, etc.

Aunque cambien de tema cuando me aproximo, sé lo que dicen. Lo veo en sus redes sociales y en sus rostros, me lo cuentan mis amigos. ¡Y me pone nerviosa! Si hubiera sabido que tener un novio atractivo me causaría tantos dolores de cabeza habría pedido algo más útil.

Es una lástima que los deseos pedidos al soplar las velitas del pastel de cumpleaños no se cumplan como los de las estrellas fugaces porque, de lo contrario, podría utilizar esa oportunidad para decir que quiero hacer un cambio: mi novio por un billón de dólares.

¿Es legal subastar a una persona por eBay? Digo, porque no me molestaría subir una foto de Noah para ver cuánto me ofrecen por él. No es un humano real, así que no cuenta como esclavitud ni nada de eso.

¡Ay! ¿En qué demonios estoy pensando? Sacudo la cabeza y dejo escapar un suspiro. Siento que no he podido concentrarme en absolutamente nada desde la llegada de Noah. Y no es que me haya obsesionado con él y con su absoluta perfección, sino que, a pesar de todo, no me siento enamorada.

Se supone que nos enamoramos de las personas con las que decidimos salir. A veces lo hacemos antes de dar el paso, otras veces el cariño crece con el tiempo. Sin embargo, creo que en algo ha fallado el deseo.

Noah es atractivo, eso nadie puede negarlo. Es exactamente lo que yo quería que fuera. Y, al mismo tiempo, no me invade la necesidad de estar a su lado. Él es más como mi sombra, como un guardaespaldas o un perro leal. Me sigue porque me tiene que seguir y nada más.

"Ay, Amelie, deberías disfrutar más de la situación. Media escuela siente envidia de ti, tienes un novio adinerado y guapo que haría cualquier cosa por verte sonreír. ¡No a todos se les cumplen los deseos! ¡No seas malagradecida!", me digo.

Es complicado. Me encantaría poder hablar sobre lo que siento con alguien, pero ¿con quién? Nadie me va a creer la verdad.

—Estaba pensando —dice Noah de repente, estamos caminando rumbo a su coche para regresar a nuestros hogares—. Es viernes, no tenemos que ir a la escuela hasta el lunes. Entonces, ¿qué quisieras hacer el fin de semana? Tengo ganas de planear algo interesante para ambos, pero temo que no te agrade, así que es mejor preguntarte qué quisieras, ¿no?

—Dormir —suelto, distraída—. Estoy harta de levantarme temprano.

—¿Y luego?

—Rodar de un lado al otro de mi cama hasta que mi cuerpo me pida a gritos comida —añado.

El chico que bajó de las estrellas (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora