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El restaurant lleno de gente comenzaba a bajar las luces y cambiar sus tonos a medida que el sol desaparecía en el horizonte del mar. En la mesa se encontraban Valentina, Emma y Jorge, amigo de Valentina, los tres congeniaban de maravilla, desde que se habían sentado ahí hace un par de horas la platica no había parado.

¿Cuanto tiempo de llevo abrir este lugar?—preguntó Emma totalmente admirada por el lugar, no había momento en que una mesa se mantuviese vacía, y ahora que la noche amenazaba parecía llegar más gente ocupando las barras además de una larga fila de personas esperando entrar.

—2 años, desde la planeacion del concepto hasta el día en que abrimos puertas, y no hemos parado desde entonces— respondió animado dando un trago a su mojito— Vengan, les voy a mostrar algo.

Ambas chicas se pararon y lo siguieron hasta un extremo de la terraza del restaurant, Jorge les pidió que observaran el restaurant, desde ahí se podía ver cada rincón del lugar, después pidió se dieran vuelta dirigiéndose al mar y entonces Emma se dio cuenta que las vistas daban la sensación de estar en un barco en altamar y le encantó.

— Por cierto, Valentina te tengo una sorpresa, ¿ya viste quien está entrando justo ahora? —le sonrió a su mejor amiga y ella respondió dando un grito.

— ¡Francisco! —gritó emocionada, tanto que el dichoso Francisco lo escuchó por encima de la música y la saludo desde lejos mientras que ella caminaba apresurada a saludarlo.

— Está como quiere— comentó en voz alta a la mexicana que se había quedado a su lado.

— ¿Disculpa? —cuestiono la chica, más como una reafirmación para saber si había escuchado correctamente.

— Chico, esta muy majo, que me lo como.

Y entonces Emma confirmó sus sospechas de la tarde, Jorge era gay, y no era que le importara en lo más mínimo simplemente se sintió mucho más en confianza.

— He notado eso de todos los amigos de Valentina.

— Pero ninguno tan divertido y apuesto como yo, guapa —la tomo de la mano para caminar juntos de regreso a la mesa.

Una vez los cuatros juntos, Valentina le presentó a Francisco, quien pidió le llamara Chico, era amable y muy chistoso, además de obviamente atractivo atractivo con su cabello castaño oscuro, pobladas cejas, ojos miel y al igual que Jorge era gay. La música del lugar comenzó a cambiar, ahora sonaban por las bocinas únicamente los últimos hits del momento. Valentina graba videos de los cuatro tomando shots de tequila, tomaba fotos de sus amigos y selfies con cada uno de ellos.

La noche seguía avanzando y con ella el alcohol consumido en la mesa de Emma, el ambiente del lugar era ahora más el de un club, había gente bailando, cantando las canciones que el DJ ponía, sobre todo cuando sonó el éxito de ese verano "Despacito" de Luis Fonsi y Daddy Yankee. Los tres acompañantes  de Emma se pararon rápidamente a bailar la canción, mientras ella los grababa divertida hasta que Jorge se acercó a ella pidiéndole que bailara con él, la chica puso el celular de su amiga en la mesa de nuevo y se levantó a bailar con el dueño del lugar. Emma internamente agradeció no haber perdido el ritmo después de tantos años de no escuchar ni bailar esa música, Valentina tomó su celular y comenzó a grabarlos, estaba segura que mañana le mostraría ese video a su amiga, se avergonzaría  de ver lo cerca que bailaba de un Chico que acababa de conocer y ella podría usarlo para chantajearla en algún momento valioso de su amistad.  Enseguida el DJ comenzó a reproducir una canción que ninguna de las chicas reconocía pero los chicos si.

Dime que sabes hacer twerk— pidió dirigiéndose a la rubia de la mesa.

—Oh no no, eso se lo dejo a la latina frente a mi—dijo arrastrando ya las palabras y señalando a su amiga.

Saving Prince HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora