Luego de derrotar a Naraku y destruir la perla de Shikon, Kagome logra volver a su época. Al no poder encontrarse de nuevo con Inuyasha y el resto de sus amigos que se encontraban en la era Feudal debido al que pozo dejo de funcionar, Kagome entra e...
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—Tu nunca perteneciste a la Era Feudal. Ve a casa. Regresa al mundo al que perteneces —dijo una voz profunda que provenía de la perla de Shikon.
Kagome miro a su alrededor viendo que había nada más que la oscuridad y la perla que flotaba en frente de ella. El temor y la inseguridad surgieron en su interior deseando que Inuyasha estuviera allí.
«Si pido regresar. ¿Lo hare?». Pensó ella con vacilación mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos.
—¿No pedirás tu deseo? ¿Prefieres pasar el resto de la eternidad sola en esta oscuridad?
El silencio hacía que Kagome sintiera la desesperación mientras miraba a su alrededor sin ninguna salida mientras sujetaba con fuerza su arco. Miro hacia la infinidad de oscuridad evitando mirar la perla hasta que escucho una voz a la lejanía.
—¡Kagome! ¿Puedes escucharme?
Los ojos de Kagome se abrieron de sorpresa al reconocer la voz de Inuyasha, sintiendo que un hilo de esperanza volvía a su cuerpo.
—Es Inuyasha, puedo escuchar su voz —dijo con ilusión aun escucha la voz de este.
—¡Kagome no desees nada, ya voy por ti! ¡Espera que vaya por ti!
—¡Inuyasha por favor, no tardes! —grito Kagome a la nada, esperando a que Inuyasha la escuchara mientras sentía felicidad por saber que el vendría por ella.
—¿Quieres ver a Inuyasha? Contéstame. ¿Quieres verlo? —pregunto la perla con serenidad.
Kagome se quedó mirado a la perla en silencio pensado en todos los momentos que vivió por recolectar los fragmentos perdidos y en todo lo que Kikyo tuvo que haber pasado cuando cuidaba de ese objeto poderoso.
«Kikyo simplemente deseo a ver a Inuyasha otra vez y estoy segura que Naraku también tuvo un deseo parecido al de ella.»
—La perla de Shikon nunca concede tu verdadero deseo —revelo Kagome.
—En ese caso. ¿Qué harás?
Los ojos de Kagome nuevamente se llenaron de lágrimas no sabiendo que hacer.
—Debes ser honesta con tus sentimientos. ¿Deseas ver a Inuyasha? Solo tienes que pedirlo —persuadió la perla.
«¿Realmente es el deseo correcto?»
En ese momento, recordó las explicaciones de su abuelo sobre el funcionamiento de la perla diciéndole que cuando la persona elegida tenga la perla y sea capaz de pedir el deseo correcto, la perla se purificaría y desaparecería del mundo.
—Ser capaz de pedir lo correcto, no lo había entendido hasta en este momento —se dijo Kagome a si misma reflexiva—. Inuyasha siempre ha estado a mi lado, no pediré ningún deseo —aseguro con determinación y en ese momento la perla palpito—. Inuyasha vendrá por mí, confió en él.
