Luego de derrotar a Naraku y destruir la perla de Shikon, Kagome logra volver a su época. Al no poder encontrarse de nuevo con Inuyasha y el resto de sus amigos que se encontraban en la era Feudal debido al que pozo dejo de funcionar, Kagome entra e...
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—Oye, Hojo, ¿no tenías tres entradas para el cine que tu hermana te había regalado? —insinuó Yuka mirando al chico.
—Así es —asintió afirmativamente Hojo.
En ese momento, Kagome se encontraba degustando su almuerzo mientras su cara se encontraba sombría sintiendo la presencia lejana de Soushi, era obvio que estaba cumpliendo órdenes de Sesshomaru. Luego su humor empeoro recordando que no podía deshacerse de Irie, ya que él estaba muy determinado en molestarla cuando podía.
—¿Por qué no invitas a Kagome y a su prima? Ya que ninguna de nosotras podemos acompañarte —sugirió Ayumi.
—Es cierto, seguro que Kagome no tendrá problema —dijo Eri sonriendo divertida.
Kagome arqueo una ceja mirando a sus amigas no sabiendo lo que intentaban hacer; ellas sabían que había rechazado a Hojo hacia tres años atrás. Al menos, que intentaran emparejarlo con su prima aun sabiendo que esta estaba empeñada con Irie, pero pensándolo bien no era una mala idea.
—¿Tu qué opinas, Higurashi? ¿Están libres tú y Kotoko el sábado? —pregunto Hojo mirándola.
—Por supuesto, estoy segura que Kotoko estará encantada —comento Kagome no pasando desapercibido que Hojo llamo a su prima por su nombre.
«Solo espero que no se niegue por querer estar con Irie.»
A lo lejos, vio a Kotoko con sus amigas y se ahogó con su almuerzo de la risa al ver la cara de su prima y la marca de una raqueta de tenis por toda su cara. Tanto sus amigas junto a Hojo la miraron extrañados por su de repente risa.
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Esa tarde en la casa de los Irie, Kagome se encontraba tomando su café sentada en el sofá más lejano para no estar cerca de Irie, quien se encontraba silenciosamente leyendo un libro. En ese momento, apareció Kotoko con una revista en mano y posicionándose enfrente de Irie haciendo que Kagome mirara atentamente lo que estaba por pasar.
—Irie-kun, ¿Te gustaría este sábado ir a ver una película conmigo? —pregunto Kotoko nervios mientras que Kagome se ahogaba con su café, al mismo tiempo, que evitar tener un ataque de tos.
