"Oye Tú!" | Yoonmin 3° Temporada

17. Tae

La noche era un buen momento para pensar. Y más si era al aire libre. Las ideas fluyen como la cristalina agua de una catarata en alguna isla virgen.

Y Taehyung sentía esa agua. Pero eran sus cálidas lágrimas llenas de dolor bajando por su mejilla mientras iba a paso rápido por la zona. En busca de Yoonsoo.

Giraba su cabeza con desesperación. Buscaba con la mirada sin tener resultado alguno, solo más y más oscuridad de la fría y lúgubre noche.

Mientras caminaba escuchaba en forma de eco la voz de Jungkook, que lo llamaba preocupado por lo que había ocurrido.

Por primera vez, Tae no le hizo caso y con toda la tristeza que su cuerpo podía soportar, evitaba a toda costa ir corriendo hacia Jeon. No podía.

Jungkook lo había herido de una forma no tan amigable. Está bien, acepta que fue un descuido estúpido y cometió un error al haber dejado a Yoonsoo solo, aunque sea por un momento. Pero Taehyung era alguien sensible con las palabras y ahora se sentía destruido.

Metros más atrás, los ojos de Jungkook recorrían de cielo a tierra la calle sin encontrar la figura de Kim. Y eso le daba más ansiedad. Temía que algo pudiera pasarle o que se perdiera debido a su existente torpeza.

Hizo a pie unas veinte cuadras sin tener éxito en su búsqueda. Por más que lo llamaba era inútil, no había rastro de Taehyung.

Se vio obligado a volver a casa solo. Y eso lo aterraba. En su mayoría porque había dejado ir a su esposo y por otro lado, no quería oír a Jimin gritándole por lo que había hecho.

Apenas puso un pie fuera del ascensor sintió una presencia.

—¿Y Taehyung?—una voz le heló la sangre. La que menos quería oír en ese momento.

Levantó la mirada y se encontró con Park cruzado de brazos. Su tierno rostro se encontraba fruncido y en sus ojos podía ver enojo.

—D-dijo que no quería hablar conmigo—mintió con torpeza. Hizo un intento de entrar a su apartamento pero se lo impidió.

—¿Estás seguro?—inquirió de manera intimidante. El contrario no respondió—Te lo voy a preguntar de nuevo ¿Dónde está Taehyung?

Jungkook suspiró hondo. No era un buen mentiroso y Jimin a veces era alguien muy difícil de tratar.

—No lo encontré—apretó los ojos esperando un insulto por parte de su hermano o tal vez un golpe. Lo que viniera primero.

Pero recibió una respuesta que lo dejó totalmente confundido.

—Está abajo. Ve a disculparte con él antes de que te patee el culo.

Jeon lo miró con intriga. Dudó un instante si creerle o no, pero creyó que Jimin no sería capaz de mentir en algo así.

Obvió la existencia del ascensor una vez más, porque ir a ver a Taehyung era lo importante y no tenia tiempo para esperar una inútil y gigante caja metálica.

Bajó las escaleras a la velocidad que le permitieron sus piernas y al abrir con fuerza la pesada puerta del apartamento de su hermano lo vió. Sentado en el sofá.

Se acercó a Taehyung con un poco de miedo. Temía que le fuese a hacer algo, pero se veía más pacífico que nunca. Ambos brazos cruzaban por su torso, como si se estuviera abrazando a él mismo. Y su mirada estaba perdida en algún punto de la sala.

—¿Taehyung?—dijo con miedo.

El mencionado dió la vuelta y conectó su mirada con la de Kook.
Kim se levantó del sofá y caminó con calma hasta el azabache, hasta que se detuvo justo frente a él.

Jungkook cerró los ojos, preparado para una posible cachetada y un insulto por parte de su amado cuando vio a Tae levantar un brazo.

Pero simplemente su extremidad se desvaneció para terminar en un fuerte abrazo que envolvió a Kook.

Tae en verdad se sentía culpable y esperaba que Jungkook lo entendiera. En ese momento solo quería que Yoonsoo regresara con ellos.

—Lo lamento mucho ¿Sí? Fui un tonto—dijo con Tae entre brazos.

—Un estúpido—agregó Jimin.

—Un idiota—Yoongi apoyó a su novio.

—Ya entendí—dijo Jeon entre dientes—Gracias por su ayuda.

El ambiente que hace momentos estaba más tenso que tornillo flojo en un submarino ahora era más calmo.

Al parecer Namjoon y Seokjin habían llevado a Tae de vuelta a casa cuando lo vieron deambular por las afueras de la cafetería sin rumbo fijo.

Ahora lo que más les importaba era recuperar a Yoonsoo, y hacerlo cuanto antes. El tiempo corría demasiado rápido y ellos no tenían ni un segundo para perder.

Debían encontrar al señor Park de inmediato y terminar de una vez por todas lo que él mismo comenzó.

Sea como sea y cueste lo que cueste. 

Vivo o muerto.