Sólo toma mi mano.

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El corazón de ambos latía rápidamente, sus mejillas se sentían húmedas por el llanto y sus respiraciones eran entrecortadas.

Sus corazones dolían un poco, dos jóvenes que se amaban fuertemente rechazados por todo aquel que los rodeaba; un día hartos de todo tomaron sus cosas, tenían que salir de ese lugar antes de que todas esas personas los ahogaran con todas sus negativas; al comenzar la madrugada salieron de su casa lo más silenciosos posible y comenzaron su camino, al por fin salir del pueblo sonrieron un poco.

La sociedad es una mierda con la gente diferente, ellos lo saben muy bien, después de todos ellos están sumergidos en aquella mierda.

En su camino, malas miradas, comentarios despectivos se hicieron presentes, y eso sólo clavaba el cuchillo más profundo, ambos se dedicaron una sonrisa de apoyo y siguieron caminando.

-tengo hambre kong- soltó arthit en un tono bajo, Kongpop lo miro con tristeza, el tenía todas las ganas del mundo de poder llevar a comer un poco de comida decente a su amado P'Arthit, pero aún que quisiera no podía hacerlo, unos centavos eran los únicos que lo acompañaban en las bolsas de los pantalones, y Arthit lo entendió a la perfección, el podía sentir la misma impotencia que Kongpop.

Al caer la noche los pies les dolían en demasía, y su cuerpo comenzaba a demandar con furia un poco de comida y agua, ambos se sentaron en una banqueta y vaciaron todo el contenido de sus bolsillos, con la cantidad que tenían podía alcanzar para un plato de comida y una botella de agua, con algo de prisa se dirigieron a buscar su preciado alimento, una vez con las cosas ya compradas se pusieron cómodos en una de aquellas bancas cerca del puente Ranma VIII, se dividieron la comida y comenzaron a comer tranquilos.

Las horas pasaron y el tiempo se comenzó a hacer frío, Arthit se pegó más al cuerpo de Kongpop para poder guardar un poco de calor, su garganta comenzaba a doler, fue ahí donde Kongpop se arrepintió mucho de no traer consigo una manta. Pasó el brazo por los hombros de su amado para poder calentarlo más.

Arthit no podía resistir más, y sin querer de sus ojos comenzaron a bajar aquellas gotas saladas que reflejaban su tristeza, Kongpop abrazo su cabeza y le hizo segunda a Arthit. Ambos se sentían realmente frustrados, no podían entender el por que el mundo era tan cruel con ellos dos, con pequeños temblores tomó la mano de su mayor y ambos se vieron a los ojos, ambos sabían que tenían que hacer.

Con pasos lentos y temblorosos cada vez se acercaron más a su destino.

Querido M, te escribo está carta por que no se cuando te volveré a ver, tal vez nunca más nos podremos volver a juntar, sólo te quiero agradecer por tu apoyo, tu fuiste el único que no soltó mi mano cuando Arthit y yo nos dimos a conocer, muchas ocasiones fuiste nuestro salvavidas Y tanto Arthit como yo queremos darte las gracias por eso.

Sus manos fuertemente apretadas, sus ojos sólo podían ver el agua en la que se reflejaban ambos, con un tierno beso una de sus piernas cruzó el barandal y con una mirada repleta de amor se dieron valentía para pasar la pierna sobrante, quedando sentados en el barandal que los detenía de caer.

La sociedad nos ha aventado muchas piedras y ni Arthit ni yo podemos atrapar una más, nos hubiera encantado poder verte una última vez y darte un fuerte abrazo, lastima que la madrugada nos ganó y con ella el tiempo.

-¿Crees que alguien se pregunte por nosotros?- cuestionó Arthit con voz temblorosa, pero Kongpop sólo negó con la cabeza. Sólo quería poder ver aquellos ojos una última vez, ambos se quedaron unos segundos mirándose mutuamente y apretaron fuertemente sus manos, un pequeño aventón bastó, los dos sintieron la caída larga, sus lágrimas no paraban de salir y el viento se las llevaba lejos, después todo se apagó.

Cuando empiece el día de mañana, por favor ven a buscarnos, nosotros no podremos esperarte, pero ambos tememos por nuestra almas, tal vez, sólo tal vez, si nos encuentras y rezas por nosotros, Dios se apiade de nuestras almas y no nos odie demasiado como para rechazarnos, se que el no odia, pero me lo han dicho tantas veces que una parte de mi comienza a creerlo, temo más por el alma de Arthit que por la mía, se que el se merece el cielo, y me duele no poder dárselo.
¿Sabes?, lo que más odio de todo esto es que nunca pude amar a Arthit de la forma que ambos hubiéramos deseado, nunca pudimos fundirnos en un sólo ser y sentirnos más cerca de lo que en realidad estamos, siempre añore probar el sabor de la piel de mi amado P'Arthit, tal vez cuando reencarnemos podamos hacerlo, pero mientras no es así, sólo me queda prometer que lo amaré siempre, así el mundo este en nuestra contra.

Te quiere tu mejor amigo Kongpop.

Pdt. Ambos te esperaremos debajo del puente Ranma VIII

Soundtrack peraya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora