🌻 ; ventuno

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OTTOBRE, 1957.

Estas no son notas de amor, sino de desesperación. La sociedad es cruel:

Sofia y yo caminabamos saliendo de la escuela tomando unos pocos centímetros de distancia, nuestras manos rozaban un par de veces por el constante movimiento de nuestro lento caminar, tardabámos porque no queríamos separarnos una de la otra, la suave pero fría brisa del aire pegaba contra mi rostro por la dirección en la que caminabámos.

Unos gritos y quejidos se escuchaban a la vuelta de la avenida. Ambas nos miramos con temor pensando que corríamos peligro. La pelirroja ocultó su cabeza en la pared para ver que pasaba y no ser descubierta.

━Están... Golpeando a alguien. ━relamí mis labios con nerviosismo y me dio una mirada cálida para calmar mi temor.

Era un grupo de cuatro chicos pateando a uno, este yacía indefenso tirado en el suelo de piedra que estaba húmedo por la llovizna que había caído esa misma mañana.

━¡Marica! ━le gritó uno para patearle el estómago. Un rubio le escupió en la cara.

Sentí un extraño mareo y mi estómago dando vueltas. Tal vez palidecí. Sofia resopló y se acercó a ellos con seguridad.

━¿Saben? Creo que es suficiente. Dejen al chico. ━Me acerqué también. El chico era Edward Kaspbrak, era un curso menor que nosotras. Sentí pena por él. La sangre acompañaba a su pálido rostro, sus ojos estaban llenos de temor.

━¿Qué? Sofia no lo entiendes. El estaba besándose con Richard Tozier detrás de las gradas.

━He dicho que es suficiente. ━Jeff Perlman rió burlonamente y dejaron al chico en paz, no sin antes darle una advertencia que parecía más una amenaza.

━Nos vemos, muñeca. ━Henry Bowers le lanzó un beso a Sofia y ésta resopló con enfado.

Era la chica más deseada por los pasillos de la escuela pero rechazaba constantemente a algunos, quería creer que era por mí.

Unas ganas inmensas de llorar se apoderaron de mí, ¿alguna vez terminaríamos así? O tal vez peor.

Estoy desesperada por poder ser libre sin ser juzgada.

━¿Estás bien? ━Pregunté con la voz entrecortada, el chico aún intentaba calmar su acelerada respiración.

Un par de minutos contestó: ━Dejando de lado todos esos golpes. Ya puedo respirar, creo que si. ━Hice una mueca y ambas lo ayudamos a ponerse de pie. ━Afortunadamente no siento nada de dolor. Aún. ━Fruncí el ceño. Él estaba casi muerto, no había parte de su rostro que no fuera adornado por aquél liquido rojo que corría por sus venas.

SOFIA ;; sillie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora