Cendero nocturno

332 33 0
                                    

—¿Una fuente de energía desconocida?
—Eso indican las lecturas que Entrapta reportó.
La sala quedó en silencio. Callaron esperando la palabra de su directora. Podían escuchar los granos de arena en los relojes caer por la inmensa quietud. Castaspella golpeó la superficie de la mesa con la palma abierta molesta.
—Es muy peligroso no sabemos lo que encontraremos.
—Y es exactamente por eso que debemos encontrarlo antes que los humanos. Sería muy arriesgado si un ser no mágico la obtiene primero.
Ángela hizo un ademán callandolas. Sopeso los pros y contras en silencio.
—Si los humanos lo encuentran tanto ellos como el mundo mágico estarán en peligro—se levantó desplegando su alas imponente—Busquenla discretamente y encuentrenla antes que ellos. La junta término.
La puerta se abrió y las tres salieron. Castaspella siguió a Light Spinner apurando el paso para alcanzarla. Odiaba que caminara tan rápido.
—Es una locura. No sabemos la magnitud del riesgo.
Light Spinner paró abruptamente. Castaspella tambaleo recuperando el equilibrio al tropezar.
—Es por eso que vendrás conmigo.
—¿Qué?—la miró enfadada.
—No puedo hacerlo sola y eres la más capacitada y disponible de las hechiceras.
Cruzó los brazos decidiendo si era un elogio o un insulto.
—Exactamente ¿Cuándo lo decidiste?
Light Spinner la observó tranquila.
—Te espero esta noche frente a las puertas del Castillo y trae tu bolso de hechicera.
La observó irse altiva en su lugar impotente. Siempre se iba dejándola sola.

Espero frente al castillo. La noche era fría.y llevaba media hora esperando. Una luz broto a su lado.
—Creí que habías dicho en la noche— reclamo molesta.
—La oscuridad no es lo mismo que el anochecer.
Torció el gesto indignada. Light Spinner camino unos pasos cerca del lago. Un círculo violeta creció bajo ella. Extendió su mano a Casta.
—¿Vienes?
Gruño y caminó hacia ella. Su mano era fría pero reconfortante como la brisa en un día de verano.
Luz emano de las runas envolviendolas. En segundos aparecieron en la parte más profunda del bosque. Las ramas de los árboles eran toscas y retorcidas. No había más ruido que el de los animales acechando y la madera crujiendo.
—No me gusta este lugar.
Lights Spinner no respondió solo observo el entorno en silencio.
—Es por aquí.
Avanzaron entre los árboles siguiendo el indicador que Entrapta fabricó por minutos convertidos a horas. Castaspella estaba cansada no lo admitiría pero su paso disminuyó considerablemente delatandola. Una rama atrapó el borde de su capa. Tiro de ella con fuerza. Oficialmente aborrecía el bosque.
Su corazón saltó sorprendido a ver a Light Spinner estudiarla.
—No me mires así—sus mejillas brillaron.
Light Spinner estrecho los ojos sin intención.
—Y ¿Cuánto falta?
—Casi llegamos.
Volvieron al silencio. Sus conversaciones recurrían a quejas de Castaspella y opiniones mordaces de Light Spinner. Ella era admirada y temida. Pocos se atrevían a dirigirle la palabra, mucho menos entablar una conversación. No se lo diría pero disfrutaba exasperarla más de lo que le agradaba admitir.
La piedra resplandeció descontrolada emanando calor. Apresuraron el paso girando, volviendo, perdiéndose y encontrándose. Castaspella gimió frustrada. La había dejado. No le sorprendía, la molestaba, pero no le extrañaba. Estiró los brazos uniendo sus palmas frente a ella, los giro en sentidos contrario dibujando un runa azul, esta se comprimió y un ave apareció. La siguió hasta encontrar a Light Spinner.
—No puedes irte así.
Light Spinner no respondió.
Una resplandor la sego al acercarse. En el centro del bosque un núcleo de energía irradiaba con fuerza provocando una constante brisa a su alrededor. Una corriente eléctrica recorrió su piel recargandolas, llenandolas de magia. Sus pulmones eran más amplios, el aire se sentía más limpio, su visión más clara. Era sorprendente, una sensación que no percibían desde el siglo XVIII y abandonaron toda esperanza de volver a encontrar.
Light Spinner jadeo. El poder que anhelaba desde su juventud estaba frente a ella. Podía salvar su mundo, podía ser el héroe. Su cuerpo vibraba de anticipación. La oportunidad estaba frente ella solo necesitaba extender su mano y tomarla.
Una mano sujetó su brazo con firmeza. Castaspella miraba al frente precavida aferrándose escondida tras ella, su frente cubierta de sudor, su expresión tensa y calculadora.
Hubo una época en que busco el poder desesperadamente con sangre y sudor aferrándose al dolor para encontrar fuerza. En ese tiempo luchó sola. Ahora una hechicera un par de siglos menor que ella se escudaba a su lado. Aun deseaba el poder, era parte de su naturaleza. pero la meta antes difusa cambio más clara y elevada que en todos su años de vida. No llenaría un vacío. Protegería el corazón que permaneció gruñendo molesto a su lado durante años.

Sombra de media noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora