Alumnas y profesoras respiraba frenéticas recobrando el aliento tras la batalla. El ejército de espíritus de magia negra se dispersó perdiéndose en el bosque y el cielo. Un último soldado atacó desesperado volando hacia los heridos. Angela lo intercepto cortandolo con el filo de sus alas. El cuerpo de la criatura se desintegró y un pequeño frasco que ocultaba cayó del cielo. Estaban exhaustos al pelear por semanas sin descanso. Angela tardó en reaccionar, su velocidad no era suficiente, el enemigo contaba con venenos y explosivos arriesgarse a esperar el efecto de la poción no era opción.
—¡Bow!—llamó Glimmer.
El guerrero tenso su arco sintiendo sus músculos resistirse con dolor agotados. Su vista se nublaba. Una flecha parpadeó en su mano esforzándose en conducir la magia y estabilizar su forma. Disparo. La flecha se transformó en una red en el trayecto. La botella perforó su barrera.
Ropio cerca del lago levantando una nube rosada. Todos se cubrieron con sus capas conteniendo la respiración. Aguardaron sin sentir un cambio. Caminaron hacia donde había impactado. Una esfera de energía brillaba encapsulando una silueta , explotó como una burbuja revelando un hombre que observaba incrédulo sus manos.
—No puede ser— surro Light Spinner sorprendida. Castaspella se sostuvo de su capa enderezandose.
—¡Papá!— sollozo Glimmer.
Corrió hacia el hombre olvidando el cansancio. El la recibió con los brazos abiertos abrazándola con fuerza ambos con lágrimas de felicidad y dolor en sus ojos.
Angela aterrizó a unos metros asustada de que fuera una ilusión
—Micah...—su corazón tembló— ¿De verdad eres tú?
El hombre sonrió. Extendió un brazo hacia ella sosteniendo a su hija con el otro.
—Hola Ange.
Rompió en llanto y voló a su lado. Los tres colapsaron en el suelo aferrándose en un abrazo.
Unos pasos lentos se acercaron. Castaspella se acercó apoyada en Ligth Spinner. Micah las vio con brillantes.
—Hola hermana—su voz se cortó.
Light Spinner sintió a Castaspella resbalar y apretó más el agarre en su cintura.
—Hola hermano— mordió su labio deteniendo un sollozo.
Micah volteo a su lado y un calor protector resurgió en su pecho.
—Maestra—su voz rebozo afecto— gracias por cuidarlas.
—No tienes que agradecerme te debo demasiado— el pañuelo que solía cubrir su rostro estaba rasgado permitiendo ver su sonrisa.
Soñó todos los días con regresar a su forma original, abrazar a su familia y recuperar su vida. Pasó años en el cuerpo de una rana viendo a su hija llorar frente al lago sin poder consolarla pero esto era real por fin estaba en casa.
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Sombra de media noche
FantasiAdora no conocía a su familia, vivió en un orfanato hasta cumplir dieciséis años y mudarse a un pequeño departamento. Pasaba el tiempo mirando por el balcón hacia el misterioso castillo sobre las montañas pérdida en su imaginación soñando con aventu...