Desde ese día me veo en la obligación de vestir y actuar de la manera la cual me negué, desde que tengo memoria, todos me decían que estaba mal actuar como mi verdadero yo. Así que me volví Yui Komori.
Lo único que no me imagine es que Yui caería en...
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"No soy la presa de nadie".
Burlas en sus rostros que molestia.
"¡Por favor, Dios ayuda!"
No importa cuántas veces le rogué a Dios que me ayudara, que me diera una señal de que todo iba a estar bien. No obtuve nada, quizás era mi castigo por saber quién soy en verdad, pero Dios, dices que amas y perdonas a tus hijos, pero yo que nací en el cuerpo equivocado y por demostrarlo debo ser castigado como me han dicho las personas de la iglesia. Perdóname Dios no quise nacer siendo así.
"Sigues llamándome chichinashi. Tengo un nombre y es Yui Komori".
Si tengo que actuar como Yui al menos quiero que ellos me respeten como mujer, no puedo permitir que me pisoteen tengo que ser fuerte y hacerme valer como la persona que soy.
"Pensé que eras diferente."
Él era en quien más confiaba lo consideraba un amigo, pero me traiciono se fue con Emiko, la tercera novia de sacrificio a pesar de no ser tan cruel como Fumiko quien no solo se encargaba de decirme lo inútil y torpe que era, sino que también se atrevía a golpearme y las malditas sanguijuelas esas la premiaban por ello. Emiko solo me insultaba y era indiferente a lo que me pasara, pero tenía interés en Shu, así que lo manipulo y lo hizo romper la poca espereza que tenía en ellos.
"Nunca me someteré a ti. ¡Nunca!"
No importa cuántas veces lo grite y llore nunca entendieron, que no caería ante ellos, por suerte y alivio su única idea para someter era beber mi sangre hasta dejarme casi muerta, agradezco que no les interesara mi cuerpo.
"Pero seguiré creyendo. No importa cuán dolorosa sea la vida, seguiré creyendo. El hombre es débil, así que debo creer".
A pesar de que cada uno de ellos me hacía perder la esperanza de que algo podía mejorar, decidí seguir creyendo en Dios, esperando que algún día vea lo miserable que soy y como le pido perdón todas las noches por no poder ser una mujer como se espera de mi.
"Entre el perfume de hermosas rosas, floreciendo en un abandono salvaje ... Aprendo de mi propio destino. Los conocí como atraídos por los hilos del destino. Son vampiros, hambrientos de sangre y deseo. Algo dentro de mí comienza a desquiciarse ... y comienza a despertar. Ya no hay ningún lugar para correr ".
Se supone que no puedo escapar, pero sé que hay una salida y aunque me cueste toda una vida saldré de aquí y seré libre, no seré como esperan que sea, seré diferente a sus expectativas.
Cada momento y cada recuerdo se hace más doloroso, duele más que cada maldito colmillo calvado en mi cuerpo, duele más que la perdida excesiva de sangre, pero debo resistir debo ser fuerte, al menos hasta que mi plan esté listo para llevarse acabo a la perfección
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