Desde ese día me veo en la obligación de vestir y actuar de la manera la cual me negué, desde que tengo memoria, todos me decían que estaba mal actuar como mi verdadero yo. Así que me volví Yui Komori.
Lo único que no me imagine es que Yui caería en...
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Había una vez un pequeño pueblo que se caracterizaba por ser religioso, vivía una niña llena de sueños que deseaba cumplir con todo su corazón. Esa niña siempre sonreía porque tenía una vida casi perfecta, nadie podía cambiar eso o eso es lo que pensaban las personas de aquel pueblo.
A pesar de amar su vida la niña odiaba usar vestidos y jugar con muñecas, ella quería jugar al balón con los otros niños, pero no la dejarían porque ella no era un niño, le molestaba, pero no se quejaba. Con el tiempo se resignó y adopto una rutina.
Un día como cualquier otro la niña cansada de repetir la rutina de levantarse, arreglarse e ir a la iglesia a ayudar mientras sonreía tontamente hasta que era hora de volver casa decidió que sería divertido ir a explorar un poco el bosque, le dijo a su padre que quería explorar un poco y él aceptó porque sabía que su niña era una niña buena.
La niña salió a explorar el bosque. Ella quedó maravillada con todo lo que veía que no se percató que se alejaba más de lo que debía. Mientras más se asombraba con lo que observaba ella olvidó ver a su alrededor, ya que los lugares hermosos también son peligrosos.
Sin darse cuenta la niña quedó atrapada en un pozo sin salida, donde frecuentemente llegaban animales a burlarse de ella a tirarle comida para que su juguete no muriera. Ella rezo y rezo para que alguien la salvara de esa cruel vida donde era humillada por esos animales que la veían con superioridad desde arriba del pozo, rezo porque su padre un día llegará y la salvara.
Eso nunca paso.
Ella un día perdió la esperanza de ser salvada y dejó de rezar. Mientras ella aguantaba el sufrimiento se empezó a quedar vacía de emociones. Las humillaciones de los animales ya no le afectaba y a ellos les molestaba no provocar reacción alguna..
La niña un día en inmensa agonía imploro entre rezos estar muerta. Alguien respondió a ese llamado. Claro que no era un demonio, ni aquel a quien fue devota alguna vez, en su lugar había un hombre que le propuso ayudarla a salir sin tener que morir. Él le propuso un trato donde debía convertirse en su hijo en un nuevo mundo, donde debía de cuidar a la abuela y tendría los mejores sirvientes que serían sus fieles compañeros.
No dudó en aceptar la ayuda, aunque algo le decía que no debía aceptarla, ella decidió ignorar esa sensación y salió del pozo siendo una persona nueva, una persona sin sueños y sin esperanzas. Aquel hombre la llevo hasta su nuevo hogar donde los sirvientes la convirtieron en el hijo perfecto al menos en apariencia, ya que al niño le faltaba mucho que aprender para ser el niño perfecto.
Con el tiempo el niño conoció a sus fieles sirvientes a quien les atribuyó el título de mejores amigos. A pesar de que los sirvientes rechazaban ese título, el niño lo ignoro. Ese niño creció siendo educado como la perfección y a la vez teniendo la tarea de ser imperfecto para que nadie sospechara que era un arma letal.
