Capítulo 12

1K 196 65
                                    

¿Alguna vez te han roto el corazón?

El día comenzó como cualquier otro, me siento con más animos de los que tengo habitualmente. Mi mañana mejoró en cuanto Damián entró a mi habitación con un bote de helado de chocolate.

—¡Hey!—Me alejo de mi computador para quitarle el pote de las manos y lo guardo en la mini nevera.

—Si, yo también te extrañe.

—Hola—Me tiro en mi silla nuevamente mientras le regalo la mejor sonrisa que tengo.

Se siente en el borde de mi cama mientras saca algo de su bolsillo.

—¿Me vas a proponer matrimonio a mi también?.

Él ríe y me siento feliz de alegrarlo, siempre me ha gustado hacer sonreír a las demás personas. Sé lo que es estar decaído por lo que quiero hacer feliz al mayor número de personas posibles.

—Nah, te voy a llevar a Rusia.

Le golpeo el hombro mientras le pido silencio. Sólo con él he platicado respecto a mi año en otro lugar.

—Aún no tomo una desición.

—En lo que decidas, yo te apoyaré.

Le miro con el mayor agradecimiento posible.

—Es por eso que quiero darte esto—Damián deja algo en mi mano.

Reconozco el objeto al instante, una pulsera de hilo que perteneció a su hermano menor antes de fallecer.

—No puedo aceptarla.

—Si puedes, yo quiero que la tengas tú.

—Damián, esto es—Me quedo sin palabras.

—Nadie merece llevarla más que tú.

La coloca al rededor de mi muñeca y la observa con un deje de fascinación, una amplia sonrisa surca sus labios, sus ojos brillan intentando retener las lágrimas. Le doy un corto abrazo que él acepta, al separarnos el ambiente se vuelve más tranquilo.

—Evan, yo te tengo demasiado cariño, años atrás le regale esa misma pulsera a mi hermano menor para hacerle recordar lo orgulloso que me sentía por tenerlo—Soltó aire contenido—Me hubiera gustado que lo recordará la noche que lo perdí.

Deja caer su peso sobre sus rodillas.

—Estoy orgulloso de ti y quiero que lo recuerdes siempre. Quiero que siembre que veas la pulsera en tu muñeca me recuerdes a mi diciendo estas palabras y lo espacial e importante que eres. Las personas estan llenas de rencor, no estan listas para aceptar que no esta mal amar o sentir atracción por alguien de tu mismo sexo. Siempre que en tu mente resuenen sus comentarios negativos, recuerda a las personas que te amamos.

Damián paso un tiempo más charlando conmigo, cuando es hora de que se vaya lo acompañó hasta la puerta para despedirlo. Al bajar las escaleras nos encontramos con el equipo de fútbol, en esta ocasión también se suma el equipo de porristas.

Las chicas empiezan a susurrar cosas en cuanto ven a Damián mientras que los chicos se apartan conociendo el carácter que tienen mis amigos.

—Nos vemos pronto, cualquier cosa llamame.

—Si, nos vemos pronto.

Damián se despide de los intrusos en mi sala con la mano y estos devuelven el gesto.

Yo hago lo mismo para subir a mi habitación y ellos responden con falsas sonrisas. Mientras camino de regreso a mi alcoba pienso en las manos de Amit y Emily entrelazadas también en un Dereck curioso mirando esa unión con ningún tipo de emoción en su rostro.

Un peso se asienta en mi estómago. Después de todo si sabes lo que es querer alguien, lo que es estar enamorado.

Me tiro en mi cama con la intención de dormir un poco, lo único que consigo es dar vueltas por mi cama y arrugar las sabanas. Me intento convencer que la falta de sueño se debe a los gritos desde el jardín y no por la opresión en mi pecho.

—No lo hagas, no lo hagas, no lo hagas.

No me puedo resistir, necesito verle. No quiero sonar igual que una niña de secundaria tras su amor platónico, pero realmente tengo la necesidad de verlo.

Me armo de valor y bajo las escaleras de dos en dos, atravieso el salón principal completamente vacío, supongo que todos se encuentran en la piscina. Escucho un ruido que proviene de la cocina y por inercia me dirijo ahí sin detenerme a evaluar la situación. Me adentro en la cocina paralizandome al instante.

Amit y Emily giran sus rostros hacia mí, él la tiene aprisionada con su cuerpo contra la barandilla, ambos con sus rostros muy cerca.

—Lo lamento—Mi voz suena mecánica, apagada.

No espero respuesta, huyo de vuelta a mi habitación de donde no debí salir en primer lugar.

Cierro la puerta con más fuerza de la necesaria, mis piernas fallan y me dejo caer al piso. Las lágrimas caen si que pueda retenerlas, y no, el problema no es lo que acabo de ver, el problema son mis tontas ilusiones de las que nadie mas que yo tengo la culpa.

A él le gusta ella, ¿A quién no le podría gustar?, hermosos cabellos dorados, un rostro que le hace parecer un ángel, manos delicadas, voz dulce y amable, tiene un cuerpo lindo con curvas y buenos atributos, es perfecta.

¿Y yo?.

Solo soy un chico torpe por quien siente pena.

Me cuesta trabajo calmar los hipos, el sabor salado de mis lágrimas llega a mis labios y no me molesto en limpiarlos, solo me abrazo a mi mismo dejando cada gota caer. Que ridículo soy, doy pena.

Emily, ¡Hasta su nombre es ideal!, tiene un buen promedio y es buena atleta, sus gestos son adorables, su mirada siempre te transmite paz, su piel tersa y suave, su aroma.

No tengo ninguna posibilidad de gustarle a Amit. Soy un chico sin ningún tipo de atributo, por supuesto que el quiere a una niña linda como Emily, alguien a quien presentar a sus amigos y sentirse orgulloso. Y yo no puedo darle eso, no puedo darle nada. No soy para él y eso me destroza, porque lo quiero, lo quiero como nunca he querido a nadie.

—Es doloroso ver la realidad—Susurro a la soledad de mi habitación.

Mi garganta se siente rasposa, lo que hace que mi voz suene mas grave, nunca he sido de tener una voz dominante o fuerte, pero por supuesto no estoy cerca de tener una voz parecida a la de una chica. Nada en mi es parecido a una chica.

Quiero estar contigo Amit, pero no puedo.

Por lo que pido olvidarte.

Ley De Atracción [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora