Capítulo 13

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—¡No puedes seguir así!—Vanessa tira de mis sabanas, enciende todas las luces y abre la ventana haciendo entrar el bullicio del exterior.

—Observa como si puedo.

Me cubro el rostro con la almohada y ella la arrebata con brusquedad.

—Evan Reece Grea....

—No lo digas completo—Le riño.

—Tú me has llamado Morticia en cuanto me has visto entrar—Jala mi cabello—Sabes que no me gusta mi segundo nombre.

Arrugo la nariz.

—Apaga las luces, quiero dormir.

—Has estado así desde el fin de semana pasado, he venido dos veces en el transcurso de la semana y siempre te encuentro en tu habitación como un cangrejo ermitaño.

No digo nada, me limito a mirarle con fastidio.

—Arreglate, vamos a salir.

—¿Qué?, no.

Observo el reloj en mi mesa de noche, las manecillas marcan las 8:00 PM. Ella no se deja vencer y jala de mi brazo para levantarme de la cama, a empujones me adentra en el baño.

—Duchate, comeremos algo y te arreglaré, Damián llega por nosotros a las 10.

—¿A donde me quieres llevar a estas horas?, mi madre no te dejara secuestrarme.

—Tu madre me pidió que te secuestrara—Lleva sus manos a sus caderas amenazante—¡Ve!—Señala el interior del baño, rodando los ojos hago lo que me indica.

Media hora más tarde ambos estamos sentados en mi cama, comiendo la cena que mamá preparo y nos trajo a ambos. Vany hurga en mi armario al tiempo teclea algo en su celular.

—Necesitas cosas modernas, esos pantalones no le hacen honor a tu trasero.

—Los pantalones entubados son un horror, he tenido que ocultarlos para que no me obliguen a usarlos.

Ella se gira hacia mí con una ceja alzada.

—Eso significa que si tienes.

Me quedo mudo mientras una sonrisa triunfante surca sus labios. Ella no se rinde y empieza a desordenar mi ropa en busca de algo que desconozco.

—Mientras yo me encargo de esto, ¿Te parece si me cuentas que ocurrió para que no salgas de la cama y solo reproduzcas Gran Hotel?.

—¿No puedo solo estar triste porque Alicia y Julio no pueden vivir su amor?.

—¿Alicia y Julio O Amit y Evan?.

—Ahí no hay ningún amor.

—Ajá—Ella me apunta con su dedo índice—Empieza a cantar pajarito.

Rendido comienzo a relatarle el motivo de un Evan triste y solitario que solo anda por la vida como perro con la cola entre los patas. Mientras hablamos ella me hace probar ropa hasta quedar satisfecha, finalmente peina mis cabellos hacia atrás y me perfuma.

—Estas listo.

Me contempla maravillada, yo no me siento así, los pantalones negros entubados son incómodos, siento frío por la camisa azul oscuro con los primeros botones desabrochados y las mangas enroscadas hasta los codos. Ignorando mi molestia por completo se dedica a revisar su celular nuevamente.

—Ya estan aquí, vamos, no hay tiempo que perder.

Al llegar al recibidor mamá se acerca nosotros con una sonrisa en el rostro, besa mi frente y le pide a Vanessa que cuide de mi. Les miro perplejo sin comprender.

Ley De Atracción [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora