Capítulo 15

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Siento mis mejillas humedecerse, llevo una mano a mi boca en un intento inútil por no jadear. Mamá acaricia mi rodilla mientras papá me observa detrás de ella de una forma indescifrable.

—Evan, esto es serio, queremos que nos digas la verdad—Su voz suena firme pero eso no es lo que me duele, es su desconfianza.

—Yo no hice nada, maldición, ¿¡Qué ganaría lastimando a Emily!?—Alzo la voz sintiendo mi garganta arder.

—Evan—Mi madre comienza en tono serio—Se trata de un testigo, alguien que asegura verte en el acto.

Niego con la cabeza. Justo ahora solo estamos mis padres y yo en el despacho, hace unas horas recibimos una llamada del Sr. Athens, el padre de Emily pero también el hombre que lleva el caso de lo que ocurrió con su hija.

Nos informó que hay un testigo que asegura haberme visto ir hacia los vestidores.

—Es su palabra contra la mía. ¿Cuáles son sus pruebas?, es imposible que haya visto algo que no ocurrió. Lo he dicho ya tantas veces que es cansado, yo nunca fui a los vestidores, estaba ahí recogiendo los conos para llevarlos a la bodega. Nunca tomé el camino a los vestidores, ustedes saben que hay más de una forma de llegar ahí.

Mamá lleva las manos a su rostro, mi padre le consuela acariciando sus hombros aún sin despegar su mirada acusatoria de mí.

—Ve a tu cuarto—Ordena.

De mala gana hago lo que me dice más sin embargo al estar ahí de pie junto a mi cama y con mis manos temblorosas por la rabia hago lo que mis instintos me piden. Voy a la piscina, el agua es mi aliada, siento tanta furia que solo nado de un lado a otro con violencia sin detenerme.

Maldigo aquel día, lo recuerdo con claridad. Eran las finales, nuestro equipo de fútbol americano se enfrentaba contra sus mayores rivales, ganaron y todos estaban ansiosos por celebrar. El entrenador me pidió que guardará los conos y por eso me quede más tiempo del necesario, para cuando yo abandone el lugar este ya estaba vacío en su totalidad.

Realmente lamento mucho lo que Emily tuvo que pasar, después de aquello ella se volvió más insegura y dejó de sonreír como lo hacía siempre. Tuvo una pelea con sus mejores amigas Dalia y Fátima ya que estas nunca la fueron a ver al hospital, se alejo de su hermana mayor quien estaba al cargo de ella ese fin de semana y nunca contacto a la policía para reportar que estaba desaparecida. Puedo entender su dolor.

Porque yo también perdí a mis amigos y familiares.

No la culpo, ella solo es una víctima más de toda esta situación. En muchas ocasiones me ha dicho que cree en mi palabra, me ha defendido de su círculo social que se aferra a verme como el culpable.

Al regresar a mi habitación voy dejando un rastro de agua que no me molesto en limpiar. En la ducha dejo que mis lágrimas salgan y que mi cuerpo se relaje. Cuando finalmente se dejó caer mi peso sobre la cama mi cuerpo se siente irritado y se que posiblemente me dolerá todo el cuerpo por no hacer los calentamiento necesarios.

La puerta es abierta de golpe y una acalorada Vanessa me envuelve en sus brazos al instante, deja besos en mi cabeza mientras comienza a sollozar. La siento temblar contra mi cuerpo y sus hipos se hacen presentes.

—Perdoname—Su voz se escucha ahogada.

—No tienes porque disculparte.

—Debí quedarme contigo ese día.

Sé a lo que se refiere. En eso entonces ella estaba en la escuela, acompañó a mi familia y a mi a ver el partido, se supone que me ayudaría a recoger pero Damián le llamo para verse y se fue temprano.

—Estoy harta de esta mierda, en cuanto sepa quién te está causando tanto daño voy a quemarle la casa y atropellar su mascota o a su sobrino.

Damián y Vanessa han demostrado confiar en mi desde el principio, no me han abandonado, siempre están presentes cuando los necesito. Son mi fuerza, mi mayor apoyo, no sería nada si me faltara alguno de ellos dos.

—Mañana será un día pesado—Susurro sabiendo lo que viene.

—No tienes que ir, tu asistencia perfecta ya está arruinada de todas formas.

—No me lo recuerdes.

Ella se acerca a mi oído con una sonrisa maliciosa para susurrar.

—¿Sería bueno si llamo a Marco para animarte?.

Jadeo y la aparto de mi escuchando su risa gangosa por haber llorado minutos antes. Ella toma su estómago y se deja caer al piso entre risas.

—Pff, ¿Él que tiene que ver?—Ruedo los ojos y me cruzo de brazos.

—Me ha estado preguntando últimamente por ti—Se encoge de hombros—Algo debiste hacer que le gustó.

Lanzo una almohada comprendiendo su doble sentido, ella deja de reír cuando el objeto impacta en su cara, me observa con el ceño fruncido para acto seguido regresarme el golpe con la almohada.

—No me pegues en la cara cuando traigo pestañas postizas.

Ahora es mi turno de fruncir el ceño.

—¿Por qué traes pestañas postizas?

—Tu mamá me contó lo que paso.

Alzo una ceja, ella queda satisfecha con su explicación.

—¿Mi madre te dijo lo que ocurrió y tú decidiste ponerte pestañas postizas?, "¡Oh, Evan esta en problemas, me voy a poner pestañas postizas"—Imito su voz y gestos ganando otro golpe y risas de su parte.

—Me las puse para no llorar, pero como puedes ver no funciono.

—Querida frambuesa, ya deberías saber que tus planes nunca son buenos—Me dejo caer en mi cama, al instante mi mirada vieja a mi brazo, donde hay una horrible cicatriz que abarca gran parte de el—Es horrible.

Vany se sienta junto a mi, sus manos juegan con mis cabellos despeinados y húmedos.

—A mi me gusta, es otra prueba de tu valor.

—¿Qué no valgo nada?—Ella tira con fuerza de mi pelo.

—Que nadie te merece porque eres demasiado para todas las personas del mundo—Ella busca mis manos para envolvernos en un abrazo—Mejor cásate conmigo, Damián no es celoso.

—¿De qué me hablas?, Damián si es celoso.

—Él no sabía que eres gay y tú estabas en mi habitación con solo unos bóxers.

—No hablo de esa ocasión—Me sonrojo de recordar aquel día cuando por primera vez conocí al pelinegro.

De su boca escapa un ligero sonido de comprensión.

—Me estaba coqueteando un italiano, si a él le hablara una chica italiana también me pondría celosa.

—Tú te pones celosa por cualquier cosa.

Frunce el ceño y estoy muy seguro que esta recordando la vez que discutió con una niña por mi amistad.

—Shhh, si esa niña pensaba que me iba a quitar a mi mejor amigo y yo no iba a luchar esta muy tonta—Me aprieta con más fuerza.

—Tú lo has dicho "niña", no tenía ni 12 años.

—No me discutas.



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N/A: Se que debí publicar ayer, pero no podía llorar por 1D y escribir al mismo tiempo, una disculpa.

Atte:Gene.

Ley De Atracción [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora