Capítulo 33

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Estando en mi habitación escucho su voz desde la planta baja, un peso se asienta en mi pecho y siento mi cuerpo temblar ligeramente.

Ayer después de la feria no volví a saber más de Amit, ni siquiera se despidió de mi cuando se fue, Samara simplemente regresó a nosotros cuando él ya se había ido sin decir nada a nadie. Hoy tampoco me dijo nada de su visita por lo que dudo entre ir a bajo o no.

—No me gusta que estemos distanciados.

Refugiándome en mi suéter salgo de mi habitación sintiéndome pequeñito, bajo las escaleras en silencio y conmigo llevo un plato sucio que tenía en la mesada para tener una excusa. En la sala están Delia, Adam y Emily, les saludo con un movimiento de mano y sigo en camino a la cocina, ahí me encuentro a Dereck y Amit saliendo del lugar.

Hay un corto periodo de tiempo en el que nadie dice nada, Amit intenta seguir de largo pero mi hermano es más rápido y le hace quedarse en su lugar, comenzando a sentir nervios asfixiantes sigo caminado a la cocina donde dejo el plato de golpe en el lavadero.

—¿Por qué volvemos aquí?—Me asustó un poco al escuchar la voz de Amit a mis espaldas.

—Recordé que tenemos algunos aperitivos.

Dereck va hacia una de las alacenas mientras que el castaño y yo estamos frente a frente sin decir nada. Su mirada comienza a ser demasiado pesada por lo que digo lo primero que viene a mi mente.

—¿Quieres agua?.

Me mira como si realmente no pudiera creer lo que acabo de decir, bueno, al menos lo estoy intentado señor indignado.

—No, gracias—Responde entre dientes.

Giro mi rostro hacia mi hermano y ahí es cuando noto que ha huido saltando la barandilla, me abrazo a mi mismo temiendo que Amit se vaya pero el permanece en su sitio.

Suspirando me atrevo a preguntar lo que me está molestando desde el minuto uno de su distanciamiento.

—¿Por qué estas molesto?—Tomo la manga de su sudadera y mantengo mi vista ahí.

Él aparta mi tacto y coloca su mano en mi mentón obligándome a mantenerle la mirada.

—Te dije que sentía que me ocultas cosas y aún así no hiciste nada, luego aparece ese chico desconocido con el que te vas en una moto apesar de que las detestas.

—Perdón.

Niega con la cabeza y por su ceño fruncido sé que esta comenzó a molestarse.

—Quiero decírtelo, a ti y a Dereck pero es muy difícil.

Los recuerdos me atormentan, estuve tan cerca de saltar.

—¿Él lo sabe?.

Guardo silencio sin comprender su pregunta, ve la interrogación en mi rostro por lo que habla con más claridad.

—El chico, ¿Él sabe eso que no quieres decirme?.

Mi rostro le da todas las repuestas que busca, su ojos dejan de buscar los míos y sé lo herido que se siente. No lo quiero perder, no por algo como esto, tengo que ser fuerte.

—Estoy yendo a terapia porque yo intente....

—¡Evan!—Reconozco la voz de mi madre.

Ambos salimos en su búsqueda, al llegar donde ella la sorpresa me golpea al ver a Marco y Lizi en la habitación, la menor corre hacia mí con su carita llena de lágrimas por lo que la cargo en brazos.

—¿Mamá?—Pregunto confundido, todos en la sala están al pendiente de lo que ocurre.

—Marco y Elizabeth se quedarán aquí unos días—Explica y eso le da sentido a las maletas de ambos.

Mi corazón comienza a palpitar fuerte al ver el rostro de Marco tan pálido, el chico está perdido en sus pensamientos.

—Te enseñaré la habitación—Marco asiente y camina tras ella, mamá me da una mirada llena de tristeza y comienzo a comprender lo que pasa.

—¿Qué está pasando?—Pregunta Dereck.

Los demás chicos están al pendiente de la respuesta.

—Tienen algunos problemas en su hogar—Explico.

La pequeña Lizi despega su rostro de mi cuello y sus ojitos se agrandan al ver a Emily, su boquita se abre en asombro.

—Evan, es una princesa—Señala y una sonrisa se forma en su rostro al ver a Dereck—Y él un príncipe.

—¿Si?—Pregunto sin entender.

Ella se quita su mochila y saca de ahí un libro, me muestra la portada donde se ven dos dibujos animados muy parecidos a mi hermano y su novia, el cuento se titula "Las aventuras de la princesa Emma y el príncipe Daniel".

—¿Te parece si te quedas un momento con el príncipe y la princesa mientras yo voy con tu hermano?—La pequeña asiente.

—¿Van a hablar de lo que hizo molestar a mi papá?—Su labio tiembla.

—Elizabeth—Advierte Marco mientras llega a la planta baja seguido de mamá.

Dejó a Lizi en los brazos de Emily quien carga a la menor con entusiasmo, me veo atrapado entre hablar con Marco o con Amit, lo medito y elijo lo que considero mejor opción.

—Tengo que hablar con él, pero no quiero dejarte sin respuestas y molesto.

—Esta bien—Habla no muy convencido.

—Gracias por comprender—Hago el intento de dejar un apretón en su mano pero se aparta antes de que pueda tocarle.

Con un fuerte dolor en mi pecho le doy la espalda y me dirijo hacia Marco, no puedo abandonarle, estuvo ahí cuando más le necesite.

—Vamos a tener esa competencia de natación ahora.

Le guió lejos de ahí sintiendo punzadas fuertes en mi corazón al dejar a Amit. No digo nada mientras abro las puertas corredizas de mi lugar seguro, la piscina bajo techo a la que no dejo a muchas personas ingresar.

Me desnudo dejando solo mi ropa interior y me adentro en el agua invitándole a hacer lo mismo, Marco imita el gesto aún pareciendo confundido, le hago seguirme de un lado a otro para que tome su ritmo, me detengo en cuanto le veo comenzar a desahogarse en el agua. Le veo nadar de una lado a otro sin descanso, sigue así por un largo tiempo hasta que finalmente se detiene junto a mi.

—Mi padre es una mierda—Responde con la respiración agitada.

—Ya diste el paso, no te va a detener.

—Mamá está hablando con él, está furiosa, nunca la había visto defenderme como lo hizo hoy.

—Ese es el poder de una madre.

Le dejó pensar mientras voy en busca de algo para alimentarle, al salir me topo con Amit recargado en una de las paredes, me observa de arriba a abajo y noto la tensión en sus músculos.

—Justo ahora siento que no soy importante para ti—Expresa con sinceridad y me rompe verlo tan herido.

—Por favor no saques conclusiones, déjame explicarte primero.

—No quiero que lo hagas por obligación, esta claro que es algo que no pensabas decirme.

—Amit—Le llamó al verlo comenzar a alejarse.

—Buenas noches, Evan.

Le dejo ir, sólo le observó alejarse hasta desaparecer de mi campo de visión, no puedo gritar que estuve por rendirme pero si puedo agradecerle por ayudarme a levantar.

—¡Gracias por todo, te amo!.

Es la primera vez que lo digo en voz alta, no le veo volver ni le escucho responder.

Ley De Atracción [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora