Seis días después.
Mientras la sujetaba en mis brazos en el sexto amanecer, pude sentir como la intimidad regresaba entre nosotras. Cada día era más fácil. Incluso llegue a pensar que me estaba acostumbrando a cargarla y por eso era menos notable llevar el peso de su cuerpo. Y definitivamente, no le contaba nada de ello a Seolhyun.
Cuando miraba a Lisa, solo admirarla era suficiente en aquella fracción de segundos.
Esa era la chica que me había entregado 10 años de su vida, de su juventud. Era una chica que de verdad valía la pena, única, ya que había aceptado pasar tiempo al lado de este intento de esposa.
La miraba, y sentía un tremendo peso en mi pecho.
Pero... No... Yo no podía cambiar de opinión, no podía.
La decisión ya estaba tomada.
...¿verdad?
(...)
Una semana después.
De acuerdo. Había que aceptarlo.
Ya no tenía ningún control sobre mis sentimientos. Estos se encargaban de tomar el mando cuando lo deseaban. Tal como en aquel momento.
Había salido temprano de la oficina después de un arduo día de trabajo. Si, me hubiese hallado en todos mis cabales, seguramente mi destino después de aquello habría sido la casa de la mujer con la que había compartido parte de mi tiempo unas semanas antes.
Pero en lugar de encontrarme frente a la puerta de un departamento, me encontraba allí, frente a una bella puerta de madera con cristales, perteneciente a una magnífica casa color crema, y tan solo aguardando el momento más oportuno para entrar.
Estaba nerviosa.
¿Pero porqué?
Con temor a recibir una respuesta de mi subconsciente, abrí y cerré la puerta con apuro y caminé con rapidez a la sala.
-¡Mami Lisa, ya llegó mamá!- Dowoon se paró sobre el sillón y comenzó a saltar sobre él. -¡Mamá, mira, estamos viendo Avengers!- por supuesto, el niño no espero un solo segundo en hacerse notar.
-¡Hola campeón!- hice un ademán de correr con emoción y salté a su lado en el sillón. -Eso es genial, me encanta ver al hombre verde aplastar cosas ¿Me dejas verla contigo?
-Se llama Hulk, mamá- Dowoon se sentó sobre mi regazo y yo lo atrape entre mis brazos. -Y no la estoy viendo solo, mami Lisa esta conmigo. Fue por palomitas.
-¡Oooh, ya veo! Entonces ¿crees que mami Lisa me deje verla con ustedes y comer palomitas?
-Mmm...- el pequeño se sujeto la barbilla e hizo un ademán de considerar lo pedido por su madre. -No lo sé, primero tienes que pasar la prueba.
-¿A qué prueba de valor tengo que someterme, little man?
Justo cuando formule la pregunta Lisa hizo su aparición desde la cocina, cargando con ella un tazón repleto de palomitas y dos latas de jugo de durazno.
-¿De qué hablan?- la ojimiel se paró detrás del sillón mirando interrogante a su hijo.
-¡Mamá quiere hacer la prueba para ver Avengers!- el niño giró entre mis brazos para ver mejor a su mamá a nuestras espaldas, recargando sus manos sobre mis hombros.
Lisa miró con sorpresa y nerviosismo a su hijo.
-Dowoon...
-Tienes que darle un beso con mucho amor a mami Lisa ¡Yo se lo di en la frente!- dijo mirándome directamente a los ojos y con tanto orgullo, que incluso logro hacer que sonriera. Aún cuando sentía que no podría haberme puesto en situación más comprometedora.
Un traidor inocente. Un triste niño de seis años.
Y Lisa solo parecía querer esconderse bajo una roca. -No tienes porque...
-¡Ella quiere! ¡¿Verdad, mamá!?- Dowoon tomó mis mejillas con ambas manos y giró mi rostro lo suficiente para que viese a la ojimiel tras de mi. -¡Es muy fácil! ¡Ven mami! ¡Ven!
Lisa apretó el tazón contra su pecho, incapaz de darle un no por respuesta. Se acercó con lentitud y me miró con inseguridad.
La verdad, no es que hubiese mucho problema. En aquel momento ya habían pasado prácticamente dos semanas en las que llevaba a Lisa en mis brazos. Y pensé, bueno ¿Cuál es el problema? Lo cierto es que un pequeño beso no era gran cosa.
O al menos, eso trate de decirle a las malditas pulsaciones de mi corazón.
Miré por un segundo la insistente mirada de mi hijo y por último los ojos mieles a unos centímetros detrás de mi. -De acuerdo. Haré la prueba.
Dowoon aplaudió entre risitas, Lisa me miró con asombro y yo solo me encojí de hombros.
La ojimiel se acercó con cierto temor por sobre mi hombro, mirándome por un corto momento antes de voltear hacia abajo. Y yo, con una lentitud rayando en lo sutil, coloque un suave beso sobre su mejilla. Un cosquilleo prácticamente olvidado recorrió todo mi cuerpo, y casi sentía la necesidad de quedarme allí, por unos eternos momentos más. Y lo hice, casi inconscientemente. Incluso Lisa lo notó, lo supe cuando la tensión en su cuerpo comenzó a desaparecer bajo el tacto de mis labios contra su mejilla.
Cuando me separé fue inevitable no ver aquel pequeño sonrojo que invadía su delicada mejilla. No pude evitar pensar en cuán adorable se veía y en la poca importancia que le había dado al beso en un principio. Aquello se había sentido increíble. Como si hubiese acabado de desempolvar un valioso recuerdo guardado en un viejo baúl.
Uno guardado con mucho cuidado y...
-¿Qué fue eso?
Lisa y yo miramos a nuestro hijo a la vez, quien nos veía con un notable ceño fruncido y brazos cruzados.
-¿Un beso con mucho amor?- le dije insegura. Había que admitir que la mirada del niño me intimidaba un poco.
-Eso no es cierto, cuando mami me da un beso con mucho amor me lo da en la frente- se señaló en el lugar dicho. -Pero cuando se lo da a mamá, se lo da aquí- y sin más, señaló con su pequeña manita mi boca.
Ahora sí, Lisa se alarmó.
-Creo que ya a sido suficiente, Dowoon. Mamá Jennie a pasado la prueba, listo. ¡Ahora a ver la película!
-¡Pero eso no es justo!
Lisa se sentó en el sillón con nuestro hijo entre nosotras manteniendo la distancia y sin voltear a verme, lo cual yo y mi rostro rojo agradecimos en silencio.
Y después de aquello, nuestra atención quedó atrapada en la televisión frente a nosotros. O al menos lo fue así hasta que en una de las ocurrencias de Dowoon, este comenzó a jugar con una de las manos de Lisa y otra de las mías. Y cuando junto ambas de ellas, palma contra palma, el choque de nuestras mirada fue inevitable.
Nos quedamos viendo los ojos de la otra, en trance, sintiendo como los seguidores pasaban como sinuosos minutos. Y no pude evitar volver a sacar otros dos viejos recuerdos del baúl.
¿El primero?
El deseo constante de entrelazar mis dedos con aquella delicada mano de porcelana.
¿Y el segundo?
Bueno, se podría decir que... Por fin recordé porque el color miel es mi color favorito.
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No Sabemos Lo Que Tenemos. [Jenlisa; adaptación]
FanficJennie toma el valor de cambiar su vida con la "sencillez" del divorcio, a cuestas de quien alguna vez abarcó su corazón. Por eso, Lisa no está preparada para un cambio que es ajeno a su lucha. En cuerpo y alma. esta historia no me pertenece, todo...