Becka observaba sorprendida su obsequio, parecía más que feliz con aquel ojo ensangrentado. Yo me mantenía de pie rígida mientras todos permanecían sentados, estaba claro que no pertenecía allí.
—Tú novata—llamó el pelinegro dirigiéndose a mi persona—ven aquí—comenzó a rebuscar algo de entre sus bolsillos y no pude evitar sentirme inquieta, hice caso a lo que me había indicado y lentamente comencé a caminar hacia él, al pocos metros separarnos noté como sacaba una peculiar cinta azul desteñida—acércate más, dame tu muñeca.
Mi cuerpo temblaba, con muchísimo miedo se la extendí y este la tomo con tal delicadeza que me hizo desconfiar, subió una de mis mangas y clavo su mirada sobre mi brazo derecho descubierto, de un de repente comenzó a rozar lentamente sus huesudos dedos en mi piel, parecía inspeccionar maliciosamente la zona de mis venas, algo en mi se retorcía del pánico que sentía a cada segundo que pasaba y sentía su tacto tan frío, parecía extasiado descubriendo cada rincón de mi piel, de pronto levanto la vista y la fijó sobre mí, mi rostro expresaba terror mientras la de él diversión pura.
—Has sido muy obediente pequeña, ¿pero sabes?—hizo una pausa y apretó mi muñeca hasta el punto en que pude notar como ahora la sangre circulaba con dificultad y mis manos se ponían moradas—no lo suficiente—hizo un movimiento tan brusco que ni siquiera alcancé a ver nada, tan solo llegué a percibir un ardor indescriptible, tan inhumando que me hizo pegar un grito desgarrador, logré zafarme y casi al borde de la locura pude apreciar la parte baja de mis venas quemada, tenía una marca como una brecha tan profunda y la parte externa de mi piel estaba expuesta, podía verla despellejándose, el dolor me envolvió en una tortura llena de sufrimiento, sentía dolor desmedido, punzadas y piquetazos que atacaban salvajemente esa zona.
De las manos del pelinegro cayó al pasto con fuerza lo que parecía ser un tubo de hierro caliente, este se limpió el polvo en la chaqueta y observando cómo me retorcía inmersa en esa tortura prosiguió—esa será tu marca de ahora en adelante—hizo una seña y uno a uno fueron alejándose de la escena, entre ellas la persona que considere mi hermana durante tantos años.
Aún permanecía tendida en el césped, me sentía tan débil como para levantarme he irme, el ardor en mi muñeca se hacía insoportable tanto que sentía que una parte de ella había sido arrancada, ser quemada al rojo vivo con un tubo de hierro caliente se me hizo imposible de soportar, fue así como lentamente comencé a perder la noción, acurrucada entre malezas a la intemperie sola y abandonada, perdida y revoloteando entre las miserias.
(...)
Un olor a chamuscado me invadió por completo, al igual que mis demás extremidades todo mi cuerpo permanecía en una calma envuelta en total inmovilidad, aun así, mi corazón se disparaba a medidas aceleradas como si quisiera escapar de mi pecho, era una sensación de querer despertar pero algo me lo impedía.
Me sentía como en una caja de cristal, los sonidos los percibía tan cerrados y el espacio me oprimía, tanto que mis huesos parecían rotos hechos polvo ahora.
Muy a los lejos oía unos pasos acercándose, mi mente viajaba, percibía las pisadas y risas de unos niños dentro de algún orfanato, cuando aquellos pasos se acercaron y encontraron la carriola con sangre, la risa quebrada de una pequeña desquiciada al observar las vísceras de otro niño tendido en el suelo y una mujer ensangrentada tocándome el rostro. Pegué un grito y me levanté de golpe, mis ojos se abrieron hallándose con una luminiscencia, mi cuerpo temblaba y mi corazón retumbaba dentro de mí. Era la misma pesadilla de siempre, esa que me martillaba la cabeza y ocasionaba mis peores miedos, ¿por qué siempre se repetía algo que ni siquiera yo podía explicar?
Cuando el pavor iba bajando de intensidad pude percatarme apenas de la realidad, está no era mi habitación y tampoco estaba sola.
Era una cabaña muy vieja, tanto así que la madera parecía haber sido devorada por miles de termitas, un extraño humo provenía desde lejos, el piso polvoriento se sentía húmedo, al rededor todo se veía desordenado, no entendía cómo había llegado hasta allí, lo último que recordaba era la fogata y la fría maleza donde había perdido el conocimiento.
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Los Chicos Del Presagio 🚫FINALIZADA🚫
Teen Fiction«𝐔𝐧𝐚 𝐜𝐫𝐢𝐚𝐭𝐮𝐫𝐚 𝐞𝐧𝐟𝐞𝐫𝐦𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐢𝐝𝐞𝐫𝐚𝐫í𝐚𝐧 𝐫𝐞𝐩𝐮𝐠𝐧𝐚𝐧𝐭𝐞» «En el pueblo de "Terrier", el principal atractivo son los chicos que ahí viven. No puedes poner un pie cerca de ellos, ya que tan solo con...