—Bienvenida a Terrier Sarah—dijo una voz apacible muy cerca de mí, sonó tan gélida y a la vez reconocible, como si ya la hubiese escuchado antes, ya no sentía la imponente fuerza recargada sobre mí y en cambio me percibía más liviana y tuve la oportunidad de soltarme.
—¡¿Becka?!—solté un grito lleno de confusión, en lo que ella me tapaba la boca con inquietud.
—Baja la voz—susurró llevándose los dedos a la boca—¿Te sorprende verme?
—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté llevándome las manos a la cabeza—¡¿Y por qué entras de esa maldita forma a mi habitación?! —estoy en shock, esto no puede ser cierto, no es posible que algo tan estúpido como esto acabara de pasar.
—Sé que es inapropiado que me haya presentado de esta manera, disculpa por eso—suspiró mientras se encogía de hombros—y respondiendo a tu pregunta ocurrió mucho desde lo que pasó, hice cosas muy estúpidas y no le preste la menor atención a lo que me habían ya advertido.
» Mis últimas calificaciones estuvieron por los suelos, tenía los reportes y llamadas del director encima y ni hablar de mi comportamiento, discutía mucho con mis padres y la gota que derramó el vaso fue cuando mi madre encontró una bolsa de cocaína en mi habitación. Así que mis padres me mandaron a "componerme" aquí con mi tía Sally, la solterona, ¿La recuerdas?
Como olvidarla, era la persona más buena que había conocido, cuándo apenas andábamos en pañales era ella quien nos cuidaba a Becka y a mí, y así se forjó nuestra amistad.
Al no tener hijos era la que siempre paraba con Becka de arriba abajo ocupando el rol de Mamá, ya que sus padres en esa etapa viajaban por todo el mundo debido a sus negocios y su hija era en lo menos que se preocupaban.
Así crecimos, la tía "Sally" era la que siempre nos compraba helados en el parque y nos acompañaba cuando jugábamos en el patio de nuestras casas.
De eso prácticamente no recuerdo más, ya que tendría unos siete años cuando fui a buscar a Becka a su casa un día de juegos y la tía Sally no volvió a aparecer nunca más, ni siquiera Becka sabía a donde había ido, sus padres no le decían nada y simplemente parecía que había desaparecido.
—¡¿Está viva?!—pregunté exaltada—
—Sí—contestó con un leve suspiro entrecortado—supongo que se casó y se vino a vivir aquí completamente alejada de todos, vaya que no debimos hacerle ese tonto funeral.
Como olvidar eso, no es lo que yo llamaría un perfecto funeral, pero en esos momentos de nuestras vidas, nos sentíamos muy tristes y desamparadas ya que ella era en pocas palabras nuestra hada madrina que nos entendía hasta muchísimo más que nuestras propias madres.
Con el pasar del tiempo de no volverla a ver y al no obtener ni una sola respuesta de sus padres, Becka y yo asumimos la realidad y lo primero en lo que creímos ciegamente fue que había muerto y no nos lo decían para protegernos.
Lo que hicimos a modo de "funeral" fue introducir varios objetos nuestros que alguna vez habíamos compartido con ella en una caja y enterramos está en su patio, para ambas fue más que suficiente y prometimos jamás volver a hablar de ello o el castigo sería cortarle la lengua a la otra. Al causarme gracia aquello último me reía, pero un cierto miedo me invadía al notar que ella lo decía muy en serio.
—¿Te espantaste o qué? —escuche la voz de Becka a mi lado que me hacía despertar de mis profundos pensamientos—.
—¿Eh? —respondí un tanto distraída alzando la vista, vaya que me había perdido por un segundo de la realidad—eh..., sí, claro—contesté confundida—¿ahora me dirás porque entraste por la ventana?
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Los Chicos Del Presagio 🚫FINALIZADA🚫
Novela Juvenil«𝐔𝐧𝐚 𝐜𝐫𝐢𝐚𝐭𝐮𝐫𝐚 𝐞𝐧𝐟𝐞𝐫𝐦𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐢𝐝𝐞𝐫𝐚𝐫í𝐚𝐧 𝐫𝐞𝐩𝐮𝐠𝐧𝐚𝐧𝐭𝐞» «En el pueblo de "Terrier", el principal atractivo son los chicos que ahí viven. No puedes poner un pie cerca de ellos, ya que tan solo con...