Cuando te veo. [Pausada]

•Capítulo 14•

Capítulo 14: El tatuaje

Los últimos cinco segundos se me hacen infinitos, el tiro decisivo que decidirá si mañana me tatuo o no ahora mismo está transcurriendo, lo veo como si estuviera pasando en cámara lenta. Veo como Blake tira la pelota, rebota contra la mesa y la mete en el baso sin que rebote con el borde. Cierro los ojos y pienso en lo que acaba de ocurrir, acabamos de perder, pero lo peor no es eso, es que mañana me va a tocar tatuarme después de llevar sin hacerlo cuatro años más o menos.

Abro los ojos y miro a Blake, que está celebrando con Aleix que han ganado la partida. Cabreada miro como lo celebran y sin poder aguantarlo más salgo pitando de allí hacia el jardín de la parte de alante. Según salgo siento una cálida fresca que hace que me tranquilize, me hago un cigarro y me lo enciendo mientras me siento en un pequeño muro mientras miro a las estrellas embobada en mi mundo.De repente noto como alguien se sienta a mi lado.

–Siento que hayamos perdido, no pensaba ni quería que te pusieses así.– Dice con un tono triste.

–No te preocupes, no es culpa tuya.– La digo tratando de consolarla.

–Si, yo acepté sin preguntarte antes a tí.– Dice dando en el clavo.

–Es verdad.– Admito riéndome.– Pero de verdad que no te preocupes por eso, no me voy a morir.

Después nos quedamos cayadas, se apoya en mi hombro y me quita el cigarro dándole unas caladas para después devolvermelo.

–¿Tienes pensado quedarte más tiempo en la fiesta?– La pregunto rompiendo el silencio.

–Si, pero si quieres te llevo a casa o busco a alguien para que te lleve.

–No hace falta que te vayas tú por mi, busca alguien que me lleve.

–Vale, pues ahora saldrá, mañana nos vemos.– Dice despidiéndose de mi, mientras baja del muro de un salto.

Llevo un rato sentada esperando a que aparezca alguien por esa puerta que me lleve a casa, me hubiese quedado más, pero mis ánimos se bajaron al perder la apuesta y ponerme a pensar en el tatuaje.

Pasan un par de minutos más sale Aleix de la fiesta y me mira.

–Vamos te llevo.– Me dice sin esperar respuesta.

Yo sin rechistar me bajo del muro con un pequeño salto y voy detrás de él hasta llegar al coche. Cuando ya llevamos la mitad del trayecto, no aguanto más las ganas de hablar y al final pregunto lo que llevaba tiempo queriendo hacer.

–¿A quién se le ocurrió la idea de tener que tatuarme?– Le pregunto mientras le miro.

–Realmente fuimos los dos. Blake pregunto ¿qué es lo que más le molesta a Freya? Y sin pensarlo los dos pensamos en lo mismo, los tatuajes.

–Y eso es sólo para molestarme, no podrías haberme humillado durante un día o hacerte las tareas durante un mes.– Pregunto un poco enfadada.

–Lo primero, no pretendíamos humillarte en ningún momento y segundo, no necesito que nadie me haga los deberes. Pensamos en eso porque en los retos hay que buscar cosas que no gusten a los otros.– En sus palabras hubo algo de sinceridad, pero en ese momento me di cuenta. Lo único que hice fue apartar mi mirada de la suya mirando hacia otro lado.

Cuando llegamos a mi casa aparca el coche y nos bajamos yendo hacia la entrada, abro la puerta y voy directamente a las escaleras para ir a mi cuarto. Me cambio de ropa rápidamente y me desmaquillo, vuelvo a bajar las escaleras y voy hacia la cocina, me sirvo un baso de agua y me siento encima de la encimera.