No era la primera vez que Tatiana viajaba a Japón, pero era el país de sus sueños y estaba deseosa de volver. Lo que no sabía es que ese viaje sería el más especial de todos gracias a él...
Esta historia esta dedicada a mi amiga Tatiana. Espero que...
Esa noche apenas había podido dormir. Se dedicó a rememorar aquellos besos con Tatiana mientras miraba todas las fotos que le había hecho ese primer día en el que la cosa no empezó con muy bien pie entre ellos. El día que la conoció.
No podía creer como todo estaba ocurriendo tan rápido. Apenas cinco días atrás eran completos desconocidos y ahora no podía parar de pensar en ella mientras un cosquilleo le cerraba el estómago. No tenía ni hambre y eso sí que era sorprendente.
Miró la hora y vio que tenía tiempo para arreglarse de sobra. Necesitaba verla ya. Eligió unos vaqueros desgastados, una camisa blanca y una sobre camisa azul celeste. Se peinó y maquilló un poquito, ya que las ojeras le llegaban al suelo por el insomnio, y justo antes de salir roció un poco de su perfume preferido sobre cuello y muñecas. Algo nervioso se plantó frente a la habitación de ella y llamó con los nudillos.
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Toc Toc Toc.
Ninguna respuesta.
Toc Toc Toc.
Nada. En ese momento decidió escribirle un mensaje, pero parecía no llegarle. Algo más nervioso que antes bajó al restaurante a desayunar y nada más entrar en el salón la vio de espaldas sentada en una de esas mesas simples del restaurante. El corazón le dio un vuelco ¿había bajado a desayunar sin él?
-B-buenos días -tartamudeó con nerviosismo cuando llegó donde ella se encontraba tomando su desayuno habitual.
-Ey, ¡buenos días Kookie! -respondió ella con una sonrisa deslumbrante. -Me desperté muy temprano y no quise despertarte. Pensaba que querrías dormir más.
En ese instante Jungkook resopló sintiendo un descanso tremendo en su corazón. "Ella simplemente no quería molestarle, no es que no quisiera ir con él a desayunar". Inconscientemente una sonrisa se dibujó en su cara tambien.
-Mmm que hambre tengo -agregó Jungkook justo antes de acercarse a ella y besarla de improviso -¡Voy a por mi súper desayuno! - canturreó alejándose con esa sonrisa tan preciosa y contagiosa.
Paralizada, Tatiana siguió con la vista como Jungkook se alejaba y empezaba a coger todos aquellos alimentos como hacía de costumbre. Un calor irracional le estaba subiendo por el cuerpo hasta sus mejillas. Todo era tan nuevo, pero podría acostumbrarse. Ese chico era un sueño hecho realidad.
Entre risas y miraditas sugerentes desayunaron.
-Qué ganas de conocer a Yuki -espetó de repente Jungkook con una sonrisa traviesa.
-¿Y eso por qué? ¿mmm? -replicó Tatiana volteando la cara con indignación.
-Solo quiero conocer a una de las mejores amigas de mi chica ¿te parece extraño eso? -dijo mientras se acercaba peligrosamente al rostro de ella mirándola fijamente a los ojos y mordiéndose el labio con picardía.
