Capítulo 9. 2U

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Se encontraban sentados sobre el césped de una zona cercana a un pequeño lago que formaba parte del parque de atracciones. No habían parado de disfrutar de todas y cada una de las atracciones y se sentían exhaustos, por lo que decidieron descansar un poco allí y esperar a ver los fuegos artificiales que estaban programados para iluminar el castillo de Cenicienta al anochecer.

Ambos se encontraban en silencio observando como el sol se ocultaba poco a poco tras el horizonte y una brisa fresca les acariciaba el rostro meneando con gracia sus cabellos al viento. Aquella era una zona muy alejada del bullicio y ellos llevaban minutos respirando aquella tranquilidad totalmente en silencio.
Por un instante Tatiana abrió sus ojos y se quedó embobada con la imagen que tenía ante ella. Jungkook estaba con sus ojos cerrados recostado hacia atrás sobre sus brazos mientras su melena azabache, mecida por el viento, flotaba destellando algún que otro reflejo caoba efecto de la luz anaranjada del atardecer, la cual también acentuaba el precioso tono canela de su piel.

La mano de Jungkook se posó sobre la suya que reposaba sobre el césped sacándola de ese ensimismamiento en el que se había sumido -Gracias... -dijo suavemente aún con los ojos cerrados mientras la acariciaba con su pulgar.

 -dijo suavemente aún con los ojos cerrados mientras la acariciaba con su pulgar

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-¿Gracias? ¿Por qué?... -estaba realmente sorprendida. Descolocada. -Soy yo la que debería...

-No...Tatiana verás, yo...- Jungkook se giró mientras mantenía la mirada fija en cómo sus manos tocaban las de ella propiciándole suaves caricias -Puede parecer que esto no es nada, pero...lo es, para mí lo es. Siento como si todo esto fuera justo lo que necesitaba. M-mi vida no es... bueno, mi vida es complicada, y siempre he tenido la sensación de ir demasiado rápido. Siempre conviviendo con la sensación de tener que correr y competir para conseguir avanzar, pero tú... tú me has dado el tiempo que necesitaba, todo en su momento a pesar de que tiempo es lo que menos tenemos... -Un reflejo de tristeza empaño los ojos de Jungkook que se alzaron centelleantes hasta que sus miradas conectaron con esa magia tan especial a la que ya se habían acostumbrado. -Estoy feliz. Me haces muy feliz Tatiana, por eso, te doy las gracias. Gracias por estar hoy aquí conmigo. Por todos estos días a tu lado. -Una tímida sonrisa se dibujó en sus preciosos labios de melocotón.

-Jungkook... -susurró acariciándole el rostro tiernamente. Como si de un gatito se tratara, Jungkook cerró los ojos restregando la cara contra su mano.

-Sé que la situación no es la mejor y esto puede ser una locura incluso demasiado cursi, pero... eres como mi cuento de hadas -Su voz parecía quebrárse mientras todos esos sentimientos brotaban de su boca sin filtro alguno -por eso te traje aquí, quería que, al menos por un día, viviéramos juntos ese cuento con final feliz...-Jungkook volvió a mirarla con miles de emociones agolpándose en aquellos ojos que brillaban como la galaxia entera.

-Te quiero... - musitó Tatiana. Aquellas dos palabras salieron liberando su corazón de aquella coraza que ya no podía mantener con aquel chico que no hacía más que hacerla feliz.

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