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Apenas entraba en la cuenta de qué estaba sucediendo, pero ya estaba rodeado de gente, apuntándole con armas, con el príncipe de cabecilla. Kris lo había hecho tener cientos y cientos de pesadillas.

JaeBum lo mantuvo abrazado en todo momento, con la intención de protegerlo. Cerró sus ojos, empuñando sus manos en el pecho del mayor. Aunque él intentase hacerle daño, no podía olvidar cuando hizo todo de todo para protegerlo.

- danos al chico, Beom, esto es su culpa. - dijo el más alto.

- él estaba teniendo una pesadilla. - le dijo el mencionado.

- dame al chico.

El más alto tomó a la fuerza al menor, aprisionándolo en sus brazos. JaeBum iba a golpear a Kris, pero fue detenido por una multitud enardecida.

- ¡suéltalo! - gritó Im, intentando liberarse de la gente. - ¡es solo un niño!

- ¡Hyung, ayúdeme! - gritó JinYoung más que asustado. - ¡por favor!

Kris cargó a JinYoung, apretando sus brazos y sacándole varios sollozos. La gente se quedó reprimiendo a JaeBum. YoungJae y YuGyeom entraron poco después, intentando exigir una explicación y por qué el menor estaba atrapado.

- suéltalo, Kris. - ordenó YoungJae con los brazos cruzados. - lo estás asustando.

- él hizo todo un desastre, tiene que asumir las consecuencia.

- lo lamento, pero en lo que a mí concierne, solo obedezco a Mark. - exclamó YuGyeom, alzando un cuchillo escondido en su bota. - dame al niño.

- Mark está muerto, asúmanlo.

JinYoung no podía contra gran hombre, es decir, apenas medía 1.60 y pasaba los 45 kilos, y el hombre que lo tenía aprisionado medía 1.87 y doblaba su peso. Su mente estaba trabajando en hallar la forma de liberarse. Intentó patearlo, rasguñarlo, incluso morderlo, pero no había caso. Los 2 hermanos no podían hacer mucho, pues cualquier golpe que den lo recibiría de lleno.

- háganse a un lado o lo tomaré como traición. - sentenció Kris.

Ambos hermanos de apartaron, no podían hacer mucho, pues ya los estaban empezando a rodear, pero por lo menos sabían dónde quedaba el cuarto.

JinYoung empezó a llorar en silencio, lleno de miedo. Ahora sí temía por su vida, pues quería salvar a Mark antes que nada. Siempre quiso un amor de encuento, dar su primer beso, conocer sus poderes, pero más que nada, compartir sus sentimientos, aquellos puros y sinceros, no los que lo hacían llorar.

Conocía sus poderes, sabía que podía usarlos, podía liberarse del hombre que quería asesinarlo, que asesinó a su hermano, que quería hacerle daño a su hermana, pero no quería, no era capaz de hacerlo. Un pequeño rastro de gladiolos quedaban por todo el camino, pero las pequeñas e inocentes flores ya estaban marchitadas.

Llegaron al gran cuarto, y con un solo brazo, Yifan aún lo mantenía preso contra su cuerpo, aunque intentase escapar, no lo lograría tan fácilmente. El mayor abrió la puerta del gran cuarto y lo lanzó hacia adentro, raspando sus rodillas y las palmas de sus manos. Intentó ponerse de pie para huir, pero el imponente hombre lo sujetó de su brazo y con la otra mano, alzó un cuchillo con un radiante filo.

- esta vez me aseguraré de que no... - ni siquiera pudo terminar la frase.

El metal se convirtió el mercurio. El mercurio se derretía a unos pocos grados, y la habitación tenía una temperatura moderada. La cuchilla se derritió como si se tratase de un hielo, lo que le dio tiempo a JinYoung de intentar hallar otra salida.

- ¡Jinnie!

Un enorme animal irrumpió en el cuarto, separando rápidamente al menor del gran hombre. El animal era obviamente Jackson, y si bien el hermano mayor quería matar a Yifan, primero se preocupó de sacar al menor de allí.

Abrió unas enormes y poderosas alas e invitó a su hermano a subirse a su lomo para escapar. Esta vez no había duda, no había objeciones, él pertenecía con sus hermanos, no con esa gente.

- llévame lejos, Jacky... - sollozó JinYoung, abrazando el lomo de su hermano, que ahora se manifestaba como un poderoso Grifo. - vámonos.

Jackson no tardó en cumplir y salió volando de allí con el menor. Desde los cielos, JinYoung vio cómo el refugio caía. Aquellos gigantes muros de madera, cemento y metales cedían debido a su poder, incluso, el techo solo se había vuelto un par de ramas.

- tranquilo, Jinnie, iremos con Ximena. - le dijo Jackson con serenidad, aunque solo podía escuchar sollozos.

- perdón. - dijo entre lágrimas. - nunca debí haber salido de mi cuarto, nunca debí haber huido, nunca debí haberte encerrado, eres mi hermano, son mis hermanos, son mi familia y nunca les debí dar la espalda. - los sollozos de JinYoung solo iban en aumento, por lo que Jackson solo optó por llegar a tierra firme y abrazarlo. - ellos querían que les hiciera daño, pero no lo haré...

El hermano mayor solo aferró el cuerpo de JinYoung al suyo. De seguro todo esto fue muy doloroso para él, pues ninguno de los 2 mayores se dedicó a explicarle las cosas nuevas que iba sintiendo a medida que crecía.

- tranquilo... - le susurró, besando su cabello. - nosotros te mantendremos a salvo.

Las propiedades de Jackson era que se podía convertir en un animal sin sufrir cambios en su ropa, pues era un hechicero, no un híbrido. Se quitó su abrigo negro y lo pasó detrás de los hombros del menor, abrigándolo.

- ellos les tienen miedo, así que querían que yo me hiciera cargo de ustedes... - murmuró entre hipidos. - Jacky, yo no quiero hacerles daño, pero vámonos lejos de aquí, dile a mi hermana que hay que huir, pero ya no quiero seguir allí, y no quiero que ellos les hagan daño.

Jackson acarició el cabello de su hermano menor, ordenando algunos mechones revoltosos que se formaban, incluso, deshaciendo algunos remolinos que tenía ocultos. Extrañaba a su hermano, hacía años que no estaba con él, posiblemente éste sea el momento de recuperar algo del tiempo perdido.

- vamos con nuestra hermana, ella hará todo lo posible para mantenernos a salvo, y a ti te daremos una barra de chocolate por ser muy valiente.

- Astred me dio sus poderes. - murmuró JinYoung. - renuncié a él y ahora puedo florecer, pero... él renunció a su vida y me dio lo que tenía... puedo hacer alquimia...

crystal loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora