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Al despertar, notaron inmediatamente que sus manos estaban unidas por varios nudos. JaeBum fue el primero en reaccionar e intentó ponerse de pie,  sin embargo, se detuvo cuando escuchó sollozos, los reconocibles e inigualables sollozos de JinYoung, allí notó como las cuerdas destruían sus muñecas y él no le decía que le dolía, que lo lastimaba...

- perdón... - le murmuró. - intentaré sacarnos de aquí...

Estaban atados de las muñecas  dándose la espalda, por lo que para JaeBum era imposible saber cómo estaba JinYoung.

- no creo que sea buena idea tenerlos así.

- cállate, los vas a asustar, su carne se pondrá dura y no se va a poder comer.

Era tiempo de empezar a entrar en pánico, todo iba de mal en peor. El castaño empezó a moverse bruscamente, aun si se destruían sus muñecas o las del príncipe, era sustancial huir, más tarde las heridas sanarían y el dolor desaparecería.

- ¡ese intenta escapar! - rápidamente, los atacantes corrieron hacia ellos para evitar de que se escaparan. - ¡quédate quieto! Hace mucho que no comíamos carne humana.

- ¡el niño es un príncipe! - exclamó, esperanzado de que no le gustase a carne de príncipes niños. - él vale una fortuna, puedes cambiarlo por muchos humanos, incluso los más gordos.

El chiquillo cerró fuertemente sus ojos, temiendo a lo que le fueran a hacer. Ambos se sorprendieron cuando fueron liberados, no obstante, no pudieron correr, pues sus pies estaban encadenados con grilletes.

- nadie se mete con la reina negra. - comentó uno de los secuaces. - los dejaremos ir mañana, las noches en estos bosques están malditas. Ella no estará muy feliz si encuentra que el príncipe tiene un rasguño.

- ¿saben su nombre? - preguntó JaeBum, hasta ahora solo le decía uno que otro apodo.

- príncipe JinYoung, hermano de la reina oscura. - el mencionado miró a sus captores con el ceño fruncido. - tienes más que una moneda de cambio, tienes un boleto de entrada al cielo o al infierno. Ella lo buscará y buscará, encontrarás a su lado más oscuro, encontrarás el mal en persona, ese chico va a ser tu única salida, tu única oportunidad de salir ileso.

- pero, él apenas habla, apenas encuentra la manera de comunicarse. - mencionó el castaño.

- el noche de la lluvia roja. Ella había matado a todo aquel que empuñó una espada contra ella. - agregó. - por lo que entendí, casi lo habían atacado, de seguro fue un trauma. - el principito bajó la mirada, sintiéndose avergonzado, aunque sabía que no era su culpa.

- déjenlo tranquilo. - una tercera voz apareció. - es solo una víctima más de la Reina.

- él es su hermano, es cómplice. - alegó un chico alto.

- todos somos cómplices entonces. - reclamó nuevamente la tercera voz. - sabemos lo que sucede allí adentro pero aún no la detenemos.

Por dentro, saber que tu familia era una asesina dolía profundamente, pues ellos se encargaron de él desde su nacimiento, obviamente los amaba, pero él sabía que esos chicos tenían razón. No podía culparlos, sí sucedían cosas dentro del castillo, cosas de las que no le gustaría hablar. Ver a su hermana quitarle la vida a alguien fue doloroso, pues sabía distinguir entre el bien y el mal, y sabía que eso no era lo correcto. Simplemente asintió, asumiendo su culpa.

- no eres culpable de lo que tu familia hace. - le dijo aquel tercer chico. - tú no debes asumir sus errores.

- quizás no, pero por favor, que me ayude si me llegan a atrapar. - pidió JaeBum. El tercer chico solo rodó los ojos y le dedicó una suave mirada al chico.

- soy Mark, hijo del Dios del bosque. - se presentó. El hermoso chico delgado y alto lucía una garbina blanca que cubría casi todo su cuerpo. - soy guardián del bosque. - le dio una suave sonrisa.

De algún modo, JinYoung se sintió bien al oírlo, ya no se sentía tan solo o tan culpable. Él había sido el primer chico agradable que se encontraba.

- pensaba en llevarlo al refugio. - soltó JaeBum, captando toda la atención. - pero no sé si sea buena idea.

- el refugio es para esconderse de la Reina, para que las víctimas estén a salvo, no para llamarla a la guerra. - le exclamó uno de sus captores. - si lo llevas allí condenarás a todos.

- YoungJae. - le interrumpió Mark. - JinYoung no puede volver al reino.

- qué lástima, porque no lo podemos llevar al refugio. - dijo YuGyeom. - si él  viene y lo encuentra, arrazará con todo a su paso.

- yo me ocuparé. 

El príncipe optó por apartarse de la mirada del resto. Sabía que era lo mejor, ellos no lo querían cerca, pues creían que él era la musa de la muerte, que él, estando entre desconocidos, la muerte llegaría de una forma macabra y maravillosa, como una danza de vals en un palacio dorado. Ciertamente, ninguno estaba equivocado, salir de sus aposentos ese día fue una sentencia de muerte, un grito a la vida que la odiaban, pero, aún no se sabía quién fallecería. Era de conocimiento, que, luego de esta maravillosa aventura su final sería macabro.

Una mano se posó en su hombro. Volteó a ver quién era. Era JaeBum. Hasta estas alturas, no le sorprendería mucho si JaeBum lo abandonaba o si le pedía que hiciera cosas que no eran de su agrado, pues el mayor puso mucho en juego para tener el chico pudiera estar a su lado, aunque solo fuera un capricho de JinYoung.

- vamos a dormir, mañana iremos al refugio. - el menor lo miró con ojos tristes, desanimado. Sus labios se abrieron para soltar un suspiro. - irás conmigo, allí hay un ejercito que te protegerá, a ti, a mí y a todos los que necesiten ayuda.

El chico asintió y fue junto a JaeBum.

- perdón por no presentarnos. - dijo uno de los secuestradores. - soy YoungJae y mi amigo es...

- soy YuGyeom. - se presentó.

- ¿y qué se supone que son? - preguntó JaeBum.

- somos hijos de las flores. - respondió YoungJae. - vivimos en el bosque desde que nacimos.

- ¿una planta me iba a comer?

- exactamente no. - dijo YoungJae. - solo queríamos matarlos y entregar su carne a los trolls para que dejaran de molestarnos. - mostró una linda sonrisa que dejó incrédulo a ambos chicos. - solo queríamos asustarlos, pero creo que tendremos que esperar a otros humanos. ¿y tú qué eres?

- yo era un cazador. - contestó JaeBum. - y creo que JinYoung ya no necesita presentación.

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Me emocioné tanto con Talking que me olvidé de esta historia. Terrible, lloremos.

Ya, mañana subo otro cap en compensación.

Por cierto, subiré otra historia en poco tiempo porque está muy buena y me gustó.

crystal loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora