CAPÍTULO 8

40 7 2
                                    

# ALILACASAMENTERA

Disimulando que no escuché me voy a dejar los primeros tres libros en el estante más cerca y el cuarto es una repisa más alta, me estiro lo más que puedo y el libro encaja pero mi pantalón desencaja al mismo tiempo. La rotura de la tela suena peor que cualquier pedo que se ha podido tirar James en la historia de los pedos.

<Debí hacerle caso a Ali, ahora por floja me pasan estas cosas>

Camino con las manos en la espalda tratando de cubrir la mayor área descubierta, cuando llego a la mesa Austin tiene la misma sonrisa arrogante de siempre, pero la remplaza al ver la posición de mis manos.

—¿Estas bien?— Me muerdo el labio sin saber si contarle o no, me inclino por la última y recojo mi mochila colocándola en mi espalda tratando de taparme —Estaba pensando si quieres ir a la cafetería— se para y me hago a un lado para que él pase primero dejando la biblioteca —Tienes que recuperar energías después de tanto estudio ¿Vamos?

—No— necesito llegar a casa, no meterme a una jaula de universitarios cuando tengo mis bellas nalguitas al aire.

—Hey, es solo mi disculpa por lo sucedido en el salón— vuelve a detenerme el paso con su brazo haciendo que quedemos cara a cara en el pasillo.

—Te disculpo, pero en estos momentos no estoy libre— el me analiza con la mirada y yo por instinto tapo mis nalguitas con las manos, el me voltea sin poder detenerlo.

—Afortunado sea el que te vea en lencería— le pego con las manos para que me suelte, pero eso solo lo hace engrandar su ego. —¡Ya Bianca, cálmate!— sujeta mis manos y no las suelta hasta que ve que estoy tranquila —Tengo una camisa en mi mochila, te la doy si prometes ir conmigo a la cafetería— aparte de mirón, ahora también es chantajista. —¿Qué dices?

Asiento lentamente con la cabeza.

<Tómala, amárratela y huye>

Baja su mochila de la espalda y comienza a buscar dentro de ella, cojo la camisa cuando estira su mano con ella, la amarro rápidamente y como él está distraído cerrando su mochila, arranco la carrera más larga de mi vida hasta el estacionamiento.

—¡Oye loca! Un trato es un trato— <Un trato mis pelotas, maldito chantajista>

Se demora en cerrar la mochila, tomo ventaja y corro más rápido llegando a mi auto cuando él hace su aparición en la puerta de la Universidad, divisa mi auto y corre posicionándose adelante.

—La única forma que te vayas sin cumplir tu parte, es atropellándome Bennet.

<Que sexy se escucha mi nombre con su acento> ¡Concéntrate estúpida!

Arranco el auto y le sonrió de forma macabra retrocediendo a toda velocidad volteando a la salida, cuando ya está por desaparecer de mi vista, mi yo madura le saca la lengua y el dedo medio.

Tengo que deshacerme de Austin y su fastidioso culo hasta que solucione el problema de Zarek, si trabajo duro en ayudarlo se irá rápido y podré volver a la normalidad.

¡Bingo!

<Veo que no soy tan estúpida la mayor parte del tiempo>

El plan comienza desde ya.

Llego a casa entre mis divagaciones y voy corriendo al cuarto de Ali que está pintándose las unas de color rosa chicle, típico.

—¿Qué tipo de ropa compraste para Zarek? ¿Una camisa quizás?— la mirada de Ali se dirige a mí de manera suspicaz.

—¿Para llevarlo a una cita quizás?— rodeo los ojos, sus insinuaciones están comenzando a fastidiarme —Le compre desde sandalias de baño hasta dos camisas formales por si las dudas ¿Por qué?

Lágrimas de AfroditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora