Letras de un culpable #2© [✓]

I. C

“Confío en que un día de estos, volveré a sentirme libre y sin remordimientos”

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UN COMIENZO UN TANTO INESPERADO

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Golden Gate, San Francisco
19 de diciembre
00:10 a.m

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Todo en la vida de aquel joven, que se encontraba caminando cabizbajo por el puente de San Francisco, se había desmoronado en tan solo unos segundos.

Como un error podía hacer que tu vida se derrumbara.

Se sentía afligido, triste y enfadado con el mundo. Por las injusticias de la humanidad, de la sociedad. Odiaba a toda esa gente que se creía un ser superior por tan solo tener más dinero que otra persona.

Apretó sus puños y empezó a quejarse en voz alta. Por suerte nadie pasaba por ahí a esas altas horas de la noche, ya que las palabras que salían por su boca era fuertes, firmes y rudas, y la gente posiblemente hubiera dado un brinco al escucharlas.

Suspiró abatido, y se quedó apoyado en la barandilla del puente observando aquel oscuro estrecho de agua que separaba el Pacífico de la bahía de San Francisco.

Miró a su alrededor, y en la lejanía pudo divisar una sombra. Una sombra en forma de humano. Vio como esa figura difuminada por la luz se subía sobre aquella fina barra de hierro.

Él inconscientemente caminó hacia esa sombra. Su paso era ligero, no era rápido, pero tampoco lento.

Cuando estuvo más cerca pudo admirar su belleza occidental. El oscuro, opaco y largo cabello le caía por el rostro tocándole los hombros, la fría y casi invisible brisa hacía que sus perfectas ondas se movieran al son del viento. Sus ojos eran de un color ámbar con toques dorados, mostrándole atardeceres en el interior de ellos, y estaban decorados con tristes y brillantes gotas que recorrían sus mejillas.

—¿Por qué lloras? —preguntó el joven clavando su mirada en ella.

Ella lo miró, al ver que era un desconocido se asustó. Él vio el error que acababa de cometer. Si no fuera porque la joven tenía un buen equilibrio, ella ya estaría río a bajo con la cabeza abierta.

Él la estuvo observando mucho rato hasta que la muchacha se dignó a contestarle:

—Siento que tengas que presenciar esto —contestó ella—. Mejor, vete...

El muchacho suponía que acababa de aguarle la fiesta, acababa de romper uno de los rituales sagrados del suicidio, la soledad.

—Yo no te lo impediré, no te preocupes por mí, he presenciado cosas peores —informó él mirando otra vez hacía a bajo. Esta vez, se sacó un mechero y un cigarro y lo encendió.

Ella no se movió. Un paso en falso y la chica caería puente a bajo. Aunque a él no le importaba lo que la chica quería hacer, prefería impedirlo. Ella era un alma rota como él.

—¿Sabes?, me recuerdas mucho a una niña que conocí en mi vecindario hace ocho años... —dijo el joven a la vez que expulsaba todo ese humo lleno de toxinas.

—Me alegra.

—Yo no me alegraría, la primera vez que la vi se me rompió el corazón. Se veia tan insegura, desgraciada y triste bajo la lluvia que mi corazón se rompió en un instante. Lloraba, lloraba mucho, pero siempre de una manera muy silenciosa. Ese día recuerdo haberme sentado junto a ella en las escaleras, ninguno habló, pero en ese silencio habian más palabras que en una oración —se calló—. Yo te recuerdo —susurró él y elevando la mirada hacia ella.

—Yo no —musitó ella.

—Bueno, no era un chico muy carismático o extrovertido, era más bien del tipo tranquilo—sonrió, posando su mirada en el horizonte.—¿Puedes bajar de ahí? Es que me siento bajito.

—De momento estoy bien aquí —respondió con un tono apagado.

—¿Por qué? ¿Por qué quieres desaparecer de este mundo de mierda?

—Porqué como tú muy bien has dicho, es un mundo de mierda. ¿Sabías que la vida es una lotería? A algunos les toca una vida llena de calidez y amor, otros llena de poder y frialdad, y otros llenas de dolor y golpes, a mí desgraciadamente, me ha tocado la última, así que... ¡¿Qué más da?! Solo quiero acabar este ciclo lo antes posible, desaparecer y ser otra muerta más en el mundo.

—¿Sabes que no vas a ir al cielo?

—Que más me da, no creo en Dios, ni en el infierno, ni en el cielo. 

—Yo tampoco creo.

—¿Se puede saber por que aún estás aquí?

—Por que tanto tú como yo necesitábamos hablar, queremos ser salvados de secretos que nos desgarran por dentro.  Yo también he cometido errores, errores que a la vista de la humanidad están mal, que es pecado. Ayudemonos mutuamente. 

—¡¿Y si ya no quiero más ayuda?! ¿Y si la ayuda que tengo no me está ayudando en nada? —se alteró.

—La ayuda nunca falta, escucha esta propuesta. Sal conmigo, cinco citas, expliquemonos todo, miremos sitios inolbidables y tengamos recuerdos jamás borrados.

—Estás loco. 

—Sí, puede que lo esté, pero no puedes negarme que en el fondo de tu alma realmente no quieres morir, que en verdad quieres ser salvada, aunque no imaginabas que fuera yo el que te quería salvar.

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¡Buenas mis silenciosos!

¿Cómo se encuentran en este bonito día de hoy?

Bua, no saben lo feliz que estoy de volver con esta trilogía, osea, real que llevaba un largo tiempo con un bloqueo del copón.

Y aunque seguí muchas de las sugerencias ninguna me ayudaba, hasta que me di cuenta que el problema era que no me gustaba el primer libro, pero ahora que lo corregí ya me siento happy y satisfecha jjaja.

Quiero avisar que cambiaron algunas cositas en el primer libro, para las personas que se leyeron el primer borrador Rain era una chica entre miedosa pero valiente y en una de las críticas que pedí eso no acababa de cuadrar así que si personalidad cambió un poquito, y también se introdujo a Mily, una de las niñas que fue acogida en el centro donde está Rain, yo es que me enamoré de su personaje 😂

Y bien, aunque aquí en el primer capítulo no se sabe el nombre del chico algunas ya lo saben jajjaa.

¿Que dió una buena impresión el chico?

¿Que error creen que pudo cometer para que su vida de derrumbará?

Canción | mountains of the mood — caterpillar |

Los amo 💕❤️