V. A

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“Te amo en silencio, y aunque intente controlar estos disparatados sentimientos no puedo”

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“Te amo en silencio, y aunque intente controlar estos disparatados sentimientos no puedo”

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¿UN CAMBIO DE PLANES?

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San Francisco
20 de Diciembre
05:00 p.m

—Creo que esta es la primera vez que nos encontramos a una hora normal —se rió As.

—Lo es —afirmó ella posicionándose al lado de él.

—¿Y cómo es eso?

—Porqué donde yo quiero llevarte no se puede ir por la noche.

—¿Y a dónde vamos?

—Es un secreto —sonrió ella.

Él la miró sonriente, feliz, no tenia ni idea de a donde se dirigian pero con tal de estar con ella, As ya se moria de la felicidad. Un sentimiento cálido se apoderó de él, era algo extraño que hacia mucho que no sentía y tenia un poco de miedo.

Caminaron por las calles de San Francisco tranquilamente, escuchando el murmullo de la gente, el pasar de los coches y la voz del viento.

Corrieron, rieron y por efímeros instantes se sintieron eternos, llenos de alegría y esperanza.

As volvió a observar a Rain, y Rain le devolvió la mirada, una mirada profunda y llena de agradecimiento.

«La amo» pensó As en su mente.

As acercó sus manos hasta su rostro para taparlo. Se sentía avergonzado y quería que esos sentimientos se disiparan.

—Te recuerdo —susurró ella a la vez que su tono volvia a la nostalgia.

—¿Qué?

—Recuerdo ese día de lluvia. Recuerdo que mis lágrimas acompañaban al tiempo y mi corazón a las nubes. Ese día sentí mucho odio, irá, tristeza, dolor... Aquel día fue la primera vez que hicieron más que pegarme, aquel día cogieron las colillas de cigarro aún encendidos y empezaron a apagarlos por mi cuerpo. Ese silencio y la compañía de aquel niño desconocido me reconfortó en una pequeña parte, así que te agradezco por ayudarme ese día también.

As no dijo nada. No se atrevió. Su mente retrocedió aquel día. Volvió a recordar lo que le dijo a ella la primera vez que se reencontraron. Aquella niña se veía insegura, desgraciada y triste. Y aún se sigue odiando a si mismo por no haberla salvado, por no haber podido hacer nada, por no haber cortado de raíz todo el dolor por el que pasó ella.

Siguieron caminando en la dirección en la que ella guiaba. El silencio fue eterno. Tanto él como ella estaban sumergidos bajo los recuerdos de un doloroso pasado.

Hasta que llegaron a su destino. As quedó maravillado ante tal belleza. Un enorme parque protegido por un techo y paredes de cristal se extendía ante sus ojos. Sauces, rosas, margaritas y otros tipos de plantas y flores se encontraban allí llenas de vida y alegrando el paisaje.

La gente paseaba admirando cada pequeño detalle de todas esas plantas, muchos hablaban, otros meditaban, otros pintaban o tomaban fotografías y otros tantos se tumbaban a sentir la textura de la hierba.

Y allí, en medio de ese parque, había un gazebo blanco de madera donde la gente bailaba al son de la música.

—Me encanta —sonrió As.

—Es mágico, ¿a qué si?

—Es un sitio idílico.

Un olor fuerte a jazmín inundó el ambiente provocando que todos esos recuerdos desaparecieran y obligando a esos dos jóvenes disfrutar de tal belleza.

—Te agradezco todo —dijo ella sonriendo con lágrimas en los ojos—. Dios, soy una maldita llorona —rió.

—Llorar es bueno, ¿Lo sabías? Nos ayuda a soltar todo lo que nos preocupa y nos vacía esa angustia que nos oprime el pecho, por eso llora lo que necesites. Mil lágrimas dejadas no valdrán más que el dolor que sufriste, pero ayudarán a soltarlo poco a poco.

Ella lo miró y le mostró una tímida sonrisa. Y esa sonrisa dijo todas las palabras que Rain era incapaz de decir en ese momento.

Los dos se sentaron en la hierba mientras disfrutaban del ambiente fresco e invernal que entraba. Lo que más fascinaba a As, era que aunque era invierno, las flores seguían resplandecientes y las hojas de los árboles se encontraban teñidas de tonos rojizos.

Alucinó con ese enorme invernadero que conseguía proteger a todas esas plantas del helado invierno de San Francisco y agradeció a todos los hombres y mujeres que ayudaron para que ese paisaje fuera posible.

Se tumbaron, mirando a través del cristal ese azul cielo infinito.

«Me he enamorado», volvió a pensar As en su mente.

Enamorarse era una palabra que As apenas había utilizado en su vida. En lo que llevaba él de vida solo se había enamorado una vez, y esa vez fue una parte de su destrucción.

Estuvieron dos horas más tumbados en la hierba. Apenas se intercambiaron palabras, aunque no eran silencios incómodos, eran todo lo contrario, eran los silencios más poderosos que cualquier palabra en el mundo.

Se fueron y volvieron a quedarse en la calle. Parados y sin saber a dónde ir. As miró a Rain con una mirada pícara, la tomó de la mano y la hizo correr hasta un destino que no sabían aún cual iba a ser.

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Hola bbs ❤️

Wey no me lo creo.

Enserio que no me lo creo, estoy llorando de la felicidad, aunque he hecho un churro de capítulo estoy feliz, pq después de mil años conseguí escribir algo.

Enserio no sé qué carajos le pasa a mi cabeza que no puede escribir, pero al fin hizo algo 😂

Se que es un poco raro a mí tampoco me convence mucho pero ojalá os haya gustado lo suficiente como para que no dejen el libro 😂

En fin, los amoooo ❤️

Canción: Afterglow — Ed Sheeran

Y deciros que ya sólo quedan tres capítulos y se acaba el libro 😱

Letras de un culpable #2© [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora