15. Rose

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Los días pasaron y todos se la pasaron saliendo y visitando los lugares turísticos y aún que me encantaba pasar tiempo con mi mejor amiga, sentí la falta de mi Dios Ruso, ya las noches se hacían más pesadas ya que no tenía sus brazos alrededor mío y susurrándome lo mucho que me amaba.

Estaba en la cama tratando de conciliar el sueño cuando escucho que la abren y me encontré con Declan arrastrando una cobija y tenía un oso de peluche en la misma mano.

–¿mamá?– dijo con su tierna voz.

Me acerqué y lo cargué–No Dec, soy la tía Rose–

–No es su cuarto– fue lo único que dijo.

Habíamos dejado a los niños en una recámara que Abe acondicionó donde en una cama tamaño infantil se quedaría Declan y en la cuna André.

–¿Quieres que te lleve para allá?–le besé su mejilla

–Me puedo quedar contigo–apuntó a la cama.

Suspiré–Bien– lo acosté en la cama para luego hacerlo yo y abrazarlo.

–¿Tía Rose?– dijo rato más tarde cuando me estaba quedando dormida.

–¿mmm?– abrí un ojo.

–¿Me cuentas un cuento?–

¿Yo?¿contar un cuento? Jamás en mi vida había contado uno, nunca tuve la necesidad por que oigan lo que yo hago es matar strigois no contar cuentos. No me sabía ninguno o creo que si... había uno que nos contó la madre de Lissa cuando éramos niñas.

–Está bien– lo ataje más a mí– Había una vez...

(***)

  Sydney

Los rayos de luz atravesaban la ventana del cuarto por lo que calculaba que eran más de las ocho así que frote mis ojos con un bostezo y me levanté para poder ver a Declan, se oía el ruido de la ducha por lo Adrian debería de estarse bañando. Tomé mi albornoz y me lo puse antes de salir del cuarto, la casa era grande pero no tanto como para perderse o puede, si es que eres lo suficientemente distraído.

Al abrir la puerta de la habitación que noté estaba entreabierta, empecé a entrar en pánico cuando no encontré a Declan.

Cálmate Sydney no seas exagerada, piensa, seguramente salió y se fue a una de las habitaciones vacías. Si, eso debía ser. Pero al buscar en las demás habitaciones no lo encontré y empecé a llamar a Adrian pero la habitación de Rose estaba más cerca y fui para pedirle ayuda pero me sorprendí más las verla dormida con Declan entre brazos.

Suspiré aliviada y algo enternecida al ver la imagen.

Aún recuerdo la sorpresa de Dimitri y ella al contarles la verdad sobre Declan, pero aún así desde la última vez que habíamos hablado sobre eso con ellos, nos habían dicho que no tendrían hijos para proteger la identidad de nuestro hijo. Adrian les decía que no se preocuparan de eso pero era mejor dejarlos tomar su decisión aunque tenía el presentimiento de que cambiarían de parecer.

Sonreí y cerré la puerta despacio para no hacer ruido, en el camino me encontré a Adrian y me preguntó sobre dónde estaba el pequeño.

–Con Rose– le dije jalándolo devuelta a la habitación.

–¿Con Rose?– había sorpresa en su voz–Quien lo diría–

Linaje restauradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora