Capítulo VI

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Dos días después..

—Hola Candy

—¿Terrence, es usted? —Preguntó la joven rubia con sorpresa, pues después de su intromisión, mientras el joven Duque discutía con su madre, creyó que jamás le dirigiría la palabra

—Si —respondió él sentándose a su lado

—¿Que hace aquí? —preguntó cuidadosamente —creía que a estas alturas me odiaría por todas las cosas que dije ayer frente a su madre.

—No dijo mas que la verdad, "ningún hijo debe levantarle la voz a su madre por muy enfadado que este". —Terry ladeó el rostro, montar aquella escena no había sido fácil para él, pero con la ayuda de su talento histriónico consiguió hacerlo.

—Me alegra saber que se dio cuenta de su falta —dijo ella esbozando una leve sonrisa —¿y como se encuentra su madre ahora?

—Está muy bien y le envía muchos saludos.

—Muchas gracias —suspiró.

—Lamento mucho que no cuente con sus espejuelos para que aprecie lo hermoso del lugar —dijo él para cambiar el tema

—Es una verdadera pena —suspiró mientras volvía su rostro al frente —había planeado organizar un Picnic con Anthony, pero ahora sin mis espejuelos no podré hacerlo.

—¿Cuantos años tiene Anthony?

—Seis años. ¿Por que lo pregunta?

—Tengo un hermano de diez años y una pequeña hermana de cinco y se me ocurre que podríamos organizar algo juntos, le aseguro que les encantará la idea.

—¿En verdad haría eso?

—Claro —respondió Terry sonriendo —que le parece si lo preparamos todo para mañana, conozco un buen lugar donde los chicos pueden divertirse.

—Gracias Terrence —Candy giró el rostro guiándose por el sonido de su voz —Anthony se pondrá feliz.

—Ayuda, Ayuda, socorro, socorro

—¿Que pasa? —preguntó Candy sobresaltada

—No se nadar, por favor ayúdenme.

—Cállate, no grites.

Candy se puso de pie.

—Ayúdenme no quiero morir ahogada.

—Archie, haz algo.

—Tendré que ayudarla —musitó Terry

Mientras Terry se lanzaba al río para rescatar a quien pedía ayuda, Candy, sintió un fuerte pinchazo en su cabeza y comenzó a escuchar gritos en el interior de esta.

El resto de los jóvenes se acercaron hasta donde Terry yacía con una joven en brazos.

—¿Estas bien?

—Realmente es una vergüenza, ninguno de ustedes sabe nadar que tuve que salvarla yo.

—Nosotros somos muy buenos nadando —refutó Archie.

Recuperando El PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora