Bramble 4

785 66 44
                                    

— ¿Sabes? Una vez tuve un profesor que me recordaba a una gárgola... Era regordete y vestía de gris... Que agradable era...

— Oh, y qué te enseñaba exactamente.

— Bueno..

Parasteis vuestra conversación cuando escuchasteis llamaban a la puerta. 

— Adelante.

Por la puerta viste entrar a Malleus. Al instante Silver se levantó ya que al final habíais acabado ambos tumbados en la cama mientras mirabais el techo y hablabais cómodamente. 

En principio no había ningún problema ya que era bastante grande y de esa forma ambos podíais hablar mejor, además tampoco es como si estuvieseis tan juntos, cada uno estaba en un extremo y mientras que tú estabas para el lado de la almohada él estaba para el contrario. Aunque tu forma de pensar no era la misma que la de tu prometido.

Notaste como el otro veía un poco mal al de pelo grisáceo debido a la falta que había cometido, pero cuando le preguntaste si todo iba bien su atención volvió a centrarse en ti.

— Ya me encargué de arreglar todo lo necesario. A partir de hoy es mi prometida. Quería saber si quería lo anunciáramos nosotros mismos o prefería se encargase su rey de eso.

— Pues... Cómo sería si lo anunciásemos nosotros.

— Tendríamos que presentarnos en el baile como pareja oficial.

No te agradaba mucho la idea de que te viesen. No era por Malleus, sino por si acaso alguno de los dos príncipes con los que te encontraste anteriormente era capaz de reconocerte. 

Si era posible evitar algo así entonces lo elegirías, pero primero debías escuchar las dos opciones no fuese a ser igual o peor como ir presentándose a cada príncipe formalmente.

— Y la otra opción.

— Anuncian solo nuestros nombres y podemos o no presentarnos si queremos.

— La segunda opción me parece mejor. 

Ya se hacía una idea de que ibas a escoger mejor eso, pero la razón era distinta de la que él pensaba. De cualquier forma por si acaso te había preguntado no fuese a ser le sorprendieses diciendo querías todos viesen ya que no tenías problema con estar comprometida con alguien como él.

Le dijo a Silver que fuese a avisar sobre tu decisión, de esa forma no perderían el tiempo y podían dar la noticia de una vez. Ahora la cuestión era si querías o no ir al baile de esa noche o preferías quedarte en tu habitación. 

— Es algo tarde, pero si desea asistamos hoy puedo cambiarme rápido y acompañarla.

— Ah, no, no hace falta. 

— Ya veo...

— No tengo nada que hacer ahí. Es cierto que me llevé bien con alguna que otra persona, pero no les voy a quitar su momento. Estoy segura que esa persona encontrará a alguien.

— ¿"Esa persona"?

— La amiga con la que me vio hablando ayer. Era muy bella y amable... Ojalá fuese como ella.

— No sé como será, pero no creo deba envidiar a otras personas. Tiene muy buenas cualidades.

— ¿Verdad?

— ... Me refiero a usted.

— Ah.. ¿Eh?... Ammm. Eso si que no me lo esperaba... ¡Ahhh, esto es demasiado! Estamos prometidos, ¿no? Entonces olvida las formalidades, nada de hablar de a usted. 

Raganos palikuonisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora