2- Pasión

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—Nadie saldrá herido si cooperan—ordenó Hanji, una vez que terminó de colocar cinta adhesiva en los labios de cada uno de los presentes.

El hombre de ropas oscuras y de ojos fríos se quedó en la puerta principal del edificio, vigilando que ninguno de esos idiotas hiciera algún movimiento extraño y diera aviso a la policía.

Los segundos transcurrían y cada segundo hacía tensar más su cuerpo, Hanji estaba tardando demasiado tiempo en salir y eso estaba preocupando demasiado a Levi.

Si tardaba un minuto más de lo acordado, todo el plan sería un fracaso.

Levi dejó salir un disparo a modo de advertencia cuando uno de los estúpidos accionó el botón de pánico y las alarmas comenzaron a sonar por todo el lugar, donde rápidamente el moderno sistema de seguridad comenzó a bajar las cortinas blindadas de acero.

El hombre joven de cabello azabache gruñó, pero fue más de miedo que de altanería. No le quedaba otra opción más que huir sin Hanji. Le dolía el alma, pero estaba dentro del plan hacerlo en caso de emergencia.

Al menos uno de ellos debía escapar, o de lo contrario todo sería en vano.

Levi suspiró aliviado cuando desde el interior del ascensor salía Hanji cargando unas oscuras bolsas plásticas.

Hanji disparó al aire un par de veces, tomó la mano de Levi para entrelazarla con la suya y se dirigieron juntos hasta la salida antes de quedar encerrados.

Ambos corrieron por algunos oscuros y húmedos callejones, mientras podían oír las alarmas de los policías sonar por toda el área, se llevaron un gran susto cuando una patrulla pasó por la oscura calle en la que estaban ellos, pero Levi actuó de manera más rápida y apegó su cuerpo con el de Hanji en un pequeño espacio vacío entre dos edificios.

—Cuatro ojos, casi me matas del susto...tardaste tanto en salir—reprochó el peli azabache aun jadeante.

—¿No es excitante el peligro?—acotó Hanji sonriendo ladinamente mientras se quitaba el cabello de su rostro sudado.

—Maldita idiota—respondió amenazante Levi.

Sus labios chocaron amenazantes demandando atención, sus lenguas juguetearon en la boca del otro, el agarre de Levi era firme y sin intención de detenerse.

—Por un momento no logré concentrarme, no llevas puesto nada abajo, puedo ver todo incluso desde aquí—murmuró Levi, deslizando sus fríos dedos por debajo de la tela confirmando sus sospechas al encontrarse con sus pechos armoniosos y con sus bellos pezones erectos.

—No tengo que pedirte permiso para hacerlo—comentó Hanji arqueando la espalda involuntariamente tras el toque frío en su piel haciéndola estremecer.

—Si no estuviéramos en este maldito momento escapando, no me molestaría hacerte mía aquí y ahora. Mira como me tienes... —dijo Levi viendo el bulto bajo sus pantalones que comenzaba ya a incomodarle.

Hanji dibujó una sonrisa de completa satisfacción. El silencio de esa calle solitaria les indicó de que nuevamente era un lugar seguro, Levi guardó las bolsas plásticas dentro de la mochila de la castaña, también sacaron algo de ropa para poder cambiarse y pasar desapercibidamente por si volvían a encontrarse con policías.

Levi aún podía sentir la adrenalina del momento correr por sus venas, si alguien le preguntaba el por qué amaba a Hanji, sólo tenía que decir que los momentos más intensos de su vida habían sido junto a ella. Hanji no conocía el miedo, día tras día le había enseñado a disfrutar y vivir el momento, que cada segundo no era igual del otro.

Rojo [LEVIHAN/Historia completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora