Rojo [LEVIHAN/Historia completa]

12- Rojo [Epílogo]

—¿Cuánto dinero te debo?—. Preguntó Grisha abriendo su billetera y contando algunos billetes ante la mirada cabizbaja de Kuchel.

—Lo mismo de siempre—. Respondió en voz baja Kuchel, sin mucha emoción aparente.

La mujer solo quería que Grisha se fuera pronto, Levi regresaría de la escuela en cualquier instante y quería evitarle el momento incómodo a su cliente.

Kuchel dibujó una expresión de hastío cuando Grisha comenzó a besarle el cuello y comenzó a tocarla otra vez.

Se suponía que ya había finalizado su trabajo.

—Págame, mi trabajo terminó hace un rato—. Kuchel se apartó.

Kuchel había experimentado toda clase de situaciones en aquel tipo de trabajo. Sin embargo, debía admitir para sí misma, que no le gustó la forma en que ese hombre la observó.

Grisha se fue encima de ella y Kuchel en respuesta, se apartó nuevamente con violencia y le mordió el labio cuando él la tomó del rostro para obligarla a besarlo.

—¿Desde cuándo te niegas?

Grisha le gritó de tal forma que Kuchel se encogió en la cama y comenzó a gimotear.

—Por favor, váyase. Mi hijo volverá pronto de la escuela.

Kuchel probablemente sintió que había cometido un tremendo error cuando un par de grandes manos se fueron directo a su cuello, quitándole hasta el último aliento de sus labios.

***

Como una sombra, Grisha siempre estaba un paso adelante por sobre el resto. Asesinar mujeres solo porque sí, se estaba haciendo una conducta frecuente.

No sentía lástima, ni remordimiento alguno, es más, sentía que le hacía un enorme favor a la sociedad eliminando a quienes él creía no aptos para vivir.

Poco a poco, se convirtió en un ser temido y respetado dentro de su círculo.

Nadie tenía porqué sospechar nada. Su hijo mayor Zeke se casaría pronto con una estupenda mujer que era la carnada perfecta para estar al tanto de los movimientos de la policía, sin siquiera estar cerca de Eren. Su hijo menor, por su parte, hacía un trabajo inigualable que le enorgullecía pese a todo.

La verdad estaba saliendo a la luz repentinamente y eso lo dejó en un estado de alerta. Como siempre, los débiles fueron los primeros en morir. Era de esperar que imbéciles como Floch o Rod no soportaran la presión y decidieran acabar con sus vidas por su propia cuenta, en vez de afrontar la realidad. Los hilos eran movidos a su antojo y tenía a todas las personas que quería enredadas en su propia red.

Le dio curiosidad a Grisha saber si su hijo sería capaz de descubrirlo y si luego lo delataría. No le importó deshacerse de Yelena y la monja a propósito para que su hijo comenzara a buscar pistas.

Sin embargo, se dio cuenta que no solo Eren estaba tras sus pasos, sino también una pareja que hasta el momento había permanecido en el completo anonimato y aparentemente llevando una doble vida. Los siguió un par de ocasiones, parecían una familia común y corriente, pero entonces vio a aquella mujer.