Miraba sus manos enguantadas con atención, como si fuese aquello lo más interesante en el lugar mientras que los mayores hablaban acerca de sus asuntos. Lamió sus bonitos y rosados labios ahora secos por el frío que hacía, claro, estaban a finales octubre, el frío apenas comenzaba de verdad, pero, siempre había sido sensible a los cambios de temperatura.Era la mejor estación del año para él, a pesar de tener frío, lo amaba, tal vez un poco masoquista, pero le gustaba mucho sentir la gelidéz del ambiente y dejar que sus pulmones se llenaran de aire helado y la nariz se le enrojeciera y entumiera.
-¿ Has escuchado lo que he dicho Jeon Jungkook ? -Fue su padre quien llamó su atención, haciéndolo salir de lo absorto que estaba en su mente.
-Perdón, ¿ Qué han dicho ?- Jungkook se disculpó, tornandose visiblemente apenado por la situación.
-Tenemos el plan perfecto -El señor Elrick fue quien habló ahora.- Parece que te transferirán a Busan.
Jungkook giró la cabeza mirando un poco a su padre, que tenía los ojos atentamente puestos sobre él, cada movimiento, cada cosa, no se le escapaban a esos orbes marrones,fríos y serios.El señor Elrick volvió a hablar después de la pausa.
-Su padre está dispuesto a todo por el chico, tiene una gran suma de dinero, son dueños de manzanas completas en Busan, tienen buenos negocios, prácticamente son casi una potencia en la ciudad.- El tipo tomó la copa de vino que yacía elegantemente en la mesa de vidrio frente a ellos y bebió un gran trago del contenido.- Necesitamos muchas cosas de él, y hemos probado por las buenas, no ha funcionado como sabes.- Hizo una pausa y dejó la copa en su lugar anterior, suspiró y entrelazó sus manos.- Lo haremos por las malas.
Jungkook curvó los labios en una pequeña sonrisa de lado, y su padre lo miró orgulloso.
-Entonces dígame, ¿ Qué es lo que tengo que hacer ?
Ya eran casi las 11:40 PM, y él aún no podía pegar ojo, esto era demasiado grande para su padre, si el señor Elrick estaba complacido, entonces su padre lo estaría, más por lo que el tipo le podía ofrecer, por las puertas que le podía abrir, y la buena influencia que podía otorgarle.
Miraba por la ventana, la luna brillaba el iluminaba de manera tenue dentro de su habitación, la que dejaría en unas horas, sería mejor descansar, tendría que salir por la mañana, y había mucho que hacer. Sabía perfectamente que el padre de aquel chico no estaba enterado de él, no estaba enterado de que su padre tenía un hijo, Jeon Jungkook, y claro que no sospecharían de esos bonitos ojos oscuros y piel grácilmente blanca. Con esa pequeña sonrisa derrite corazones y la expresión tan inocente como la de un adorable y pequeño conejo.
Una apariencia.
Suspiró hondo, y un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando una oleada de aire gélido se filtró por la ventana abierta, donde aún observaba el exterior. La cerró, dispuesto a aprovechar las horas restantes que tenía para poder descansar, lo necesitaría.
Se metió en la cama, cubriéndose son las sábanas tibias y suaves, con ese olor a limpio que tanto le relajaba, cerró los ojos y soltó una bocanada de aire.
-¡Jungkook!- La voz de su papá sonó desesperada.- ¡Perderás el vuelo, apresurate !
Jungkook miró por última vez su vestimenta en el espejo de cuerpo completo en su habitación, asegurándose de su aspecto, con un traje formal y juvenil, muy bueno para su porte, el cabello echado a un lado, castaño y sedoso como siempre.
Dió un último vistazo a la habitación y tomó sus maletas, la copia de las llaves de la casa, su teléfono en su bolsillo, y salió, cerrando la puerta tras de sí. Bajó las escaleras, aún sintiendo el pesar de dejar su alguna vez cálido hogar, pese a todo, era su hogar, su casa.
-Has tardado como no tienes idea Jeon.- Le estiró un poco para que saliera de la casa.- Recuérdalo, tienes un objetivo, no te distraigas, en cuanto llegues a Busan, Amelier te estará esperando en el aeropuerto.
-Si papá.-Le aseguró, y salieron ambos en dirección al auto, subieron y tomaron la ruta para llegar al aeropuerto de Miami.
Él apreciaba una última vez la ciudad donde vivió 12 años después de la muerte cancerígena de su mamá. No era algo que le afectara ahora, tenía 17 años ya, una mentalidad madura, y la suficiente inteligencia como para poder afrontar tener que dejar temporalmente su ciudad.
Estaba consciente de que temporalmente serían meses los que estaría en Busan, no era algo que le molestara para nada, igualitariemente su padre y él solían viajar a menudo por cuestiones laborales, pero volvían, porque también estaba consciente de que en el interior su padre no era un total tempano de hielo, y hechaba de menos lo único que quedaba de la pequeña familia que habían sido alguna vez.
El transcurso del viaje, fue rápido, absorto en sus ideas y memorias el tiempo pasó rápido, para ambos era evidente.
-Jungkook, sigue al pie de la letra lo que hemos acordado, mientras lo hagas, más fácil será obtener lo que queremos.
Lo que queremos...
Repitió en su mente y tomó aire para hablar.
-¿ Cuándo te he fallado?- Lo miró con el mentón en alto y una sonrisa de lado.
-Ese es mi muchacho.- Le dió unas palmadas com su mano derecha a Jungkook y le sonrió sintiendo el orgullo subirsele a la cabeza.
-Te mantendré informado papá.- Y fue que después dicho eso, Jungkook desapareció entre la multitud de personas que había en el aeropuerto, siguiendo el llamado del vuelo que le correspondía, indicándole que saldrían en 10 minutos ya.
No era nuevo que lo envíacen encubierto, lo que era nuevo, es que tuviera que acercarse así de mucho a alguien como para tener que ganarse la confianza suficiente para que el chico esté igual de dispuesto a hacer lo que sea por él, como su padre lo estaba.
Las horas pasaron y pasaron, el viaje fue largo, pero soportable, odiaba los viajes largos, pero solían ser los mas importantes, por ende, no tenía derecho a quejarse, porque su padre estaría orgulloso, porque lo complacería si cumplía con lo qué le habían dicho que hiciera.
Jungkook no supo realmente cuántas horas fueron las que transcurrieron, pero cuando abrió los ojos sabiendo que el avión había aterrizado, supo que definitivamente era otro día, y pasando las 12:00 de la tarde tal vez. Cuando bajó del avión y se dirigió a la sala, había sido tal y como su padre le dijo, su secretario Amelier estaba allí, vestido tan elegante como siempre, con su agradable sonrisa conquista chicas en el rostro. Algún tiempo atrás a Jungkook le hubiera gustado quitársela de un jodido golpe,pero terminó entablando hasta cierto punto, una amistad, tenía que hacerlo si o si, por variadas razones.
-Joven Jeon, bienvenido a Busan.
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Primer fanfic, bebus, denle amor, porque tengo muchas ideas e inspiración para esta.
Los errores los corregiré después, pasense por "Todo por lo que pasa una adolescente" aún está en proceso,pero se me fue el enfoque :v así que comenten por allá ideas que las agradeceré mucho y les daré los créditos.
-Summer.
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•|Appearance|•-Vkook-
Fanfiction-Jungkook, si alguna vez todo lo que me dijiste fue cierto, p-por favor, no dispares...-El sonido del cañón del arma resonó estruendosamente en sus oídos.