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Miraba el techo, con un único pensamiento en la cabeza.

"Tú eres increíble..."

Recordó su voz en su mente, la manera en la que el tono de voz de Taehyung se había atenuado y suavizado para decirlo. La puerta de su pieza estaba cerrada, dejando únicamente la sombra de la luz bajo ella. Las ventanas del balcón abiertas, filtrando el aire fresco nocturno. Eran las 8:00 PM, había tomado un baño y se había recostado en su cama.

Amelier le había preguntado algunas cosas, pero Jungkook lo evadió, diciendo que estaba muy cansado y mañana tenía que ir a clases. Enfocándose en la misión, estaba llenado todo muy bien, Kim Taehyung podía jurar, que ponía más atención en Jungkook de lo que siquiera el mismo se ponía.

El teléfono vibró, y le sacó de aquellos pensamientos poco productivos.

Le había parecido bastante divertido el día, había sido normal , como un día el cuál un adolescente tenía que disfrutar. Si bien, las clases en línea no le desagradaban, una escuela física era mucho más interesante y social. Aquel nuevo cambio, aunque fuera temporal, le había llenado de un enorme brillo todo su ser.

Tomó el teléfono que estaba plácido sobre la cama, aún lado de su pierna izquierda. Miró en la pantalla, la ventanilla de notificaciones indicándole un nuevo mensaje. Sonrió alegre en cuanto divisó el nombre de la persona responsable por el mensaje.

-Hope Hyung-

<<Hey, Jeon, ¿ Cómo te está llendo? Me muero de ganas por visitarte.>>

El castañito le respondió con una pequeña sonrisa, le gustaba la compañía que su amigo le proporcionaba, era bastante agradable y fresco, muy cálido y seguro de si mismo, eso le gustaba mucho de su Hyung. El chico cabría donde fuera con su bonito porte divertido y simpático.

<<No tengo idea de que esperas para llegar Hoseok Hyung. Ù-Ú >>

Unos segundos, y la respuesta llegó.

-Hope Hyung-

<<Solo sé paciente galleto, un día de estos apareceré en la puerta de tu casa con unas tremendas ganas de comer.>>

Jungkook casi quiso reírse fuerte por eso. Tardó un momento en responder pensando la oración siguiente.

<<Bien, nos vemos entonces Hobi Hobi.>>

-Hope Hyung-

<<Cuídate Kook.>>

Apagó su teléfono, dejándolo en el mueble esta vez. Algo que apreciaba bastante, mejor dicho, de las pocas cosas que tenía y todas apreciaba, era la bonita amistad que poseía con su Hyung, aunque solo le dijera así por diversión. A Hoseok jamás le había gustado el honorismo, no con Jungkook, eran bastante cercanos y divertidos cuando estaban juntos.

Todo había comenzado aquel día, cuando Jungkook estaba llorando solo debajo de la mesa del estudio de su madre, dónde ella dibujaba con tanta paciencia y delicadeza nuevos trazos, que pronto se convertían en bonitos vestidos de mujeres elegantes. Después de su muerte, un pequeño jungkook de 5 años y ojitos como de Bambi, se encerraba en el frío y nostálgico estudio de la mujer que lo había cuidado y querido con tantas fuerzas, la que por noches frías le arropaba tan bonito que pareciera inmune al frío, al miedo, y a todo.

Hoseok de 6 años con sonrisa de corazón y ojitos soñadores le había sorprendido, escuchando los pequeños y tristes sollozos del menor, cuando los padres del mencionado habían visitado la casa de los Jeon por el funeral de su madre, a quien habían tenido bastante estimación.

¿Qué haces ahí? - Hoseok había entrado por la puerta, de una manera que no fuera a sobresaltar al pequeño.

Jungkook sentado con las rodillas encogidas y el pequeño rostro húmedo por lágrimas de pura tristeza oculto entre estas. El niño no pudo articular palabra alguna, porque no podía encontrar las correctas para  describir lo que sentía, lo que sufría.

Hoseok con una pequeña expresión de empatía se había acercado, sentándose debajo de la mesa también, junto a él, encogiendo las rodillas como Jungkook.

—No debes de sentirte triste. - El mayor le aseguró y el pequeño le miró, con una lágrima cristalina escurriendole por el ojito izquierdo y su labio inferior temblabando por el llanto.

—M-... M-ami no está...- El pequeño le miró con dolor, y a Hoseok se le había roto el pequeño y sincero corazón que tenía al verlo destrozado por un hallazgo tan deplorable.

—No llores.- Sus manos fueron a parar al rededor del castañito, rodeándolo en un cálido y reconfortante abrazo.- Noona está en un lugar muy bonito.- Le prometió con una sonrisita inocente.

El pequeño castañito solo le miró, intentando contener todo el llanto que le hacía doler su pequeño pecho.

—En el cielo necesitan más ángeles. - Le asintió suavemente.- Noona es un bonito ángel ahora. El cielo la necesitaba, por eso ya no está.- El tono de la voz de Hoseok era bajito.

Jungkook le miró con sus ojos aguosos y esperanzados. Hoseok, con sus manos hizo la forma de un pajarito moviendo sus alas.

—Noona es un ángel, una bonita estrella del cielo Kookie, y ahora te  cuida desde allí. Mami dice que el universo necesita más personas buenas, y Noona era una. - Movió sus manos haciendo referencia al pajarito volando por los cielos.- Cuando te sientas triste, recuerda que la estrella más brillante, es Noona.

Sonriéndole poquito, se habían quedado allí hablando.

La voz de Amelier le hizo salir de aquel nostálgico y bonito recuerdo, la piel se le erizó en cuanto sintió como sus ojos parpadeaban haciendo que unas lágrimas frías le cayeran empapando sus mejillas sonrojadas.

Aquellos vagos recuerdos de su madre, de su estrella. Los sentimientos jamás se iban, jamás se olvidaban, y Jungkook había aprendido eso el día del fallecimiento.
Amelier estaba tras la puerta cerrada, llamándole para que bajase a comer algo. Pero Jungkook no tenía ganas, hoy no.


















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Mini actualización.
Errores los corrigo después. Ay, yo quería llorar por el flashback de Kookie, asu. Yo tengo las ideas en la mente, y cuando las pienso me dan cosa.

-Summer.

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