capítulo 3

6 1 0
                                    

4 de marzo.

Invité a mis amigos a casa para aprovechar nuestros últimos días de vacaciones, además mañana Esteban y yo vamos a salir así que los necesito. Y también quiero evitar contarles lo que pasó con Luca la anterior noche, porque sé que no van a reaccionar bien y no quiero que las cosas empeoren aún más. Yo sé que puedo controlar esto y hace días que las cosas están tranquilas, así que quizás (y espero) ya no moleste más.

- Después de hablarnos varios días creo que es hora de que nos veamos, estoy como emocionada. Sé que dije que iba a estar sola, pero me hace muchísima ilusión que alguien se interese por mi así; pero por otro lado no quiero que pase lo de Luca otra vez, así que creo que voy a ser amistosa pero no mucho. – Le cuento a Azul.

- Deja de sobre analizar todo, me pones nerviosa hasta a mí. Yo creo que si de verdad pensas mucho, las cosas no van a salir como las planeas, así que mejor relájate y deja que pase. – Me responde.

- Aaron, ¿no vas a decir nada? – Le digo mirándolo y sólo hace la vista para otro lado. - ¿Sami?

- Yo esta vez apoyo a Azu, creo que pensas mucho y las cosas después te salen al revés, así que relax por favor. – Responde.

- Ah si, trátenme de loca otra vez, creo que no tuve suficiente con el otro, mejor ni lo nombremos. Gracias amigos.

La verdad es que me da muchos nervios salir "serio" con alguien otra vez, no quiero caer en la rutina, en volver a cegarme de esa manera. Por otro lado, siento que es muy poco tiempo el que pasó, pero tampoco puedo amargarme toda la vida por su culpa. Igual lo voy a explicar a Esteban que no creo estar lista para una relación, para que no se haga ilusiones y lastimarlo. Sí, sé que lo estoy pensando mucho, pero mejor dar explicaciones a que alguien salga lastimado.

5 de marzo.

Me desperté "temprano" (eran las 11 pero eso ya es muy temprano para mí, ¿ok?) y me arreglé con toda mi paciencia y dedicación posible, porque si la haces, mejor que sea a lo grande. Así que así fue, le avisé a mamá que iba a salir, me di un baño, me maquillé, busqué ropa bonita y me prepare mentalmente. Mis amigos se fueron un rato antes de que pasara a buscarme Esteban, me dijeron que si pasaba algo o necesitaba algo que los llamara.

Pero es que la verdad me sentía muy relajada, sentía que finalmente las cosas podían salirme bien e iban a salir bien.

Ya por la tarde casi noche de ese día estábamos volviendo con Esteban hacia mi casa. Me llevó a un lugar muy bonito cerca de un lago o río, no estoy segura, era como una feria donde había comidas y cosas que hacían y vendían las personas de ahí. Nos la pasamos súper bien, lo pude conocer más y él a mi; por primera vez desde que salgo con chicos me sentí muy cómoda y estoy extremadamente agradecida por eso, ya hoy en día es difícil encontrar a alguien que te respete y te trate como mereces.

- Te digo la verdad cuando digo que nunca me la pasé tan bien. – Le digo a Esteban.

- Ay pero que ni fue para tanto, fue algo bastante simple y... – Lo interrumpí

- ¿Querés pasar un rato? Para ya sabes, tomar algo y ponernos más cómodos. Si es que querés y tenés tiempo, sin compromiso, ya sabes.

- Si, pasemos. ¿Estás sola? – Me pregunta

- La mayoría del tiempo si, mi mamá trabaja mucho.

Entramos y hubo un silencio, ninguno de los dos dijo nada, nos miramos y noté que su cara estaba un poco tensa. Era la primera vez que estábamos completamente solos y con juicio. Nos fuimos acercando, lentamente le di un beso y fue como si nos hubiéramos conectado. Estoy casi segura de que con nadie sentí algo así, nos entendíamos bastante bien y fácil, estaba más que sorprendida. ¿Será este el indicado?

BonhomíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora