Capítulo 8

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- ¿Me podes explicar que fue lo que pasó allá? Y obviamente responderme quién es el padre. – Me atosiga con preguntas cuando lo único que quiero es estar en mi cama haciendo nada.

- Primero que todo llevame a mi pieza, si querés allá hablamos, pero necesito acostarme. – Le respondo y sin quedarle otra lo hace.

- Bien, ¿ahora pensas dejar el misterio? – Siempre tan considera la queridísima Helena.

- La cosa es que no estoy segura, sé que pensas que obviamente es de Esteban, pero podría haber algunos más... - Le cuento intentando que suene lo más natural posible.

- ¿ALGUNOS? ¿LEAH ESTÁS LOCA? DECIME YA QUIENES, ME VAS A VOLVER LOCA A MI. – Ya levantó la voz, esto no va hacia nada bueno.

- No empieces a gritar por favor, y podría ser Luca, Alejo o Esteban. – Me está inundando un sueño profundo, espero que se apure con su cantaleta.

- ¿De verdad Leah? ¿Con ese vago de Luca? ¿Qué acaso no te eduqué bien? Y me podes responder quién es Alejo por favor. Y bueno, Esteban, podría aceptarse si fuera de él, su familia es normal y es un buen chico. – Odio cuando se pone a criticar a las personas así, pero casi siempre termina teniendo la razón, es odioso,

- Helena, me está dando mucho sueño, debe ser por todas esas cosas que me dieron, ¿me permitirías dormir o vas a seguir con todo esto? – No sé muy bien, pero me molesto con mucha mayor facilidad ahora.

- Lo voy a hacer, pero no más por ese pequeño. Voy a hacer la cena, te despertaré cuando esté y vamos a hablar más a fondo. – Finalmente un momento de paz.

¿Qué voy a hacer ahora? ¿A quién le tengo que decir? A Luca no lo puedo ni ver, al igual que Esteban y Alejo es un niño más. Debería mandarle el mensaje a Sami que estoy en mi casa ya.

Cuando veo los mensajes en mi celular noto muchos mensajes de Azu, creo que a alguien se le soltó la lengua un poco y espero que sólo con ella. Aunque decido ignorar todo y decirle que venga mañana después del colegio, no tenía ganas ni energía de explicar todo en este momento. Además tengo permiso de faltar unos días y si vuelvo hacer el menor esfuerzo posible. Por ahora me priorizo en lo que mi cuerpo necesita y eso es descansar, quizás sea mejor así.


2 de Abril.

Mi mamá intentó despertarme en la cena pero me sentía sin energía, así que me dejó seguir durmiendo. Son las 4 de la mañana, pensaba que tenía que ir al colegio hasta que recordé todo. Igualmente me levanté, tenía que alimentarme y pensar muchas cosas; también aproveché para mandarle mensaje a Azu y decirle que podríamos hablar mejor si venía a casa después del colegio, de paso podría pasarme la tarea para no quedarme atrás.

No es una opción no tener a este bebé, lo siento como mío, pero ¿mío y de quién más? Y si le digo a Esteban que es de él, las fechas darían y no tendría que hablar de esto con los otros dos, aunque no sería justo, sino es de él y se hace un adn me sentiría muy mal. Tendría que hablar con Luca, pero no sé como lo tomaría, se obsesionaría otra vez conmigo y podría haber problemas con Esteban. Y Alejo, estoy casi segura de que no me creería y más si le cuento que podría no ser de él. Pensaba todas estas cosas, hasta que un ruido fuertísimo se escucha fuera de la casa ¿debería despertar a mi mamá? Aunque no le falta mucho para levantarse para ir al trabajo. Igualmente fui a fijarme, ¿Qué podría ser? ¿un gato? Si fuera un ladrón ya hubiera entrado. Prendo la luz, me fijo por la ventana y nada, miro por la mirilla de la puerta y tampoco nada. Me armo de valor y decido salir afuera, aunque no había nada ni nadie, tanto problema para nada. En cuanto me doy vuelta estaba Helena parada un poco lejos de la puerta pero igual me dio un buen susto.

- ¿Qué haces afuera? ¿No deberías estar en la cama? Son las 6 de la mañana. – Me pregunta sin entender nada y medio dormida.

- Si, es que tengo hambre y escuché un ruido afuera, aunque no hay nada. – Le contesto.

- Seguro fue un gato, vamos a desayunar y después vas a seguir en reposo. – Casi sonó como una orden, pero tiene razón.

Luego de que desayunamos se fue a trabajar, pero sin antes decirme que me vaya a mi pieza, que lleve lo que necesite y sólo me levante por si necesitaba ir al baño. Se notaba que a pesar de que estaba molesta, el preocuparse le ganaba a eso. Me hace sentir muy mal que las cosas vayan así, sé que mamá quería otra cosa para mí, quizás yo también, pero evito pensarlo para no ponerme mal. Si las cosas son así seguro es por algo, además, ya no puedo hacer nada para cambiarlo.

Después de estar toda la mañana adentro decido salir un rato al patio a tomar sol, sé que no es lo que a mamá le gustaría pero siento de que me podría hacer bien. Llevo un libro y me acomodo hasta que Azu llegue y entremos.

- Hey ¿qué haces así? Pensé que te había pasado algo grave para que vayas al hospital y faltes a clase, pero yo te veo en una pieza. – Me dice Azu viéndome del otro lado de la reja esperando a que le abra.

- Bueno, parece que a Sami no se le aflojó tanto la lengua. Voy por la llave para que pasemos. – Le contesto y voy adentro.

- Leah ¿que es esto? – Me pregunta Azu antes de entrar a la casa señalando lo que parecería ser una cadena.

- Pasa que tenemos que hablar tranquilas. – Le respondo y la llevo a mi pieza. – Principalmente no tengo que alterarme o estresarme, tengo que estar unos días en cama y cuando vuelva al colegio tiene que ser sin esfuerzos.

- Pero ¿Qué te pasa? ¿Tenés una rara enfermad? ¿Cáncer? – Me lo dice con un tono más de broma pero sé que está preocupada.

- No, estoy embarazada. – Se lo dije por lo bajo, porque al final ella tenía razón.

- NO PUEDE SER, VOY A SER TÍA. – Me dice muy emocionada. – Pero espera ¿Qué le vas a decir a Esteban? – Y ya metió el dedo en la llaga, sin querer pero lo hizo.

- Si, bueno, ahí está el problema. No sé si es suyo. – Le contesto.

- ¿Estás loca? No me digas que es de la peste esa. – Me pregunta un poco inquieta ya.

- Realmente no sé, no quiero pensarlo. Cambiando de tema ¿Qué onda la cadena que estaba afuera? No puedo creer lo que voy a decir pero esta mañana escuché ruidos a fuera, tardé un poco salir, pero ¿crees que hubiera estado alguien ahí afuera? Quizás se le cayó a alguien más tarde.

- Las casualidades existen amiga, pero esta no es una, no quiero decirlo pero ¿vos crees que podría ser posible que alguien te esté espiando?

BonhomíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora