10 de marzo.
Es el primer día de clases, veo bastantes caras conocidas pero mis ganas de estar ahí siguen siendo nulas, nunca fui una persona muy apasionada por el colegio a decir verdad.
El tiempo se me pasó bastante rápido y en cuanto me di cuenta ya me encontraba a varias cuadras del colegio. Mientras caminaba pensaba en que la calle estaba un poco vacía para ser los primeros días, cuando alguien interrumpe mis pensamientos y me pone en estado de alerta. Me toman por la espalda y me dan la vuelta,me asusté muchísimo porque ni siquiera llegué a escucharlo y no sabía quien podría ser o que podría hacerme. Pero todos esos pensamientos desaparecen cuando noto que sólo era Alejo.
- Vaya susto que me diste, ¿acaso no te enseñaron a saludar como todas las personas? – Le recrimino y no es para menos después del sobresalto que me hizo pasar.
- Si y te pido perdón, no quería asustarte. Hoy te vi y quería acercarme, pero noté que querías estar sola, así que me contuve. – Que tonta fui, interpreté mal las señales.
- En fin ¿necesitas algo? – Cada vez se está pegando más a mí, y él sabe bastante bien que no puedo decirle que no.
- Si, te necesito a vos, estaría bueno si vamos a un lugar más tranquilo, para hablar y ponernos más al día. Ya sabes. – Me dice a un par de centímetros de mi cara.
- Y esto no va a volver a pasar, no vas a necesitarme cuando quieras y después olvidarme como si no existiera. Si vas a volver a hacer eso gracias pero no gracias – Le digo alejándome y comenzando a caminar.
- Leah, es muy feo que creas eso de mí. Me conoces y sabes como soy. - ¿Por qué los hombres siempre dicen lo mismo?
- Si, bueno, supongamos que te creo y ya. Tengo que irme, hablamos después.
Ya estaba bastante convencida de que no iba a pasar más nada, que íbamos a seguir cada uno por su lado y fin de la historia. Pero nunca se sabe qué esperar cuando se habla de Alejo, es muy impulsivo y espontáneo en algunas ocasiones, y esta no era la excepción. Me tomó por el brazo derecho, me dio media vuelta y me dejó tan cerca de su cara que podía sentir su respiración y su perfume tan particular y fuerte. Y me dijo: "¿estás segura de querer que las cosas queden así?". La verdad es que no puede decir nada, me paralice en esos momentos, él sabía perfectamente la respuesta y sin embargo no quería anticiparse. Pero al ver que no había ningún tipo de respuesta, se fue acercando lentamente y nos besamos.
De un momento a otro estábamos en mi casa, en mi cuarto, más exactamente en mi cama y sabía que nada ni nadie nos iba a interrumpir porque no lo iba a permitir. En un punto noté que había un papel en la bisagra de la puerta, pero no iba a detener todo por un simple papelito.
Luego de que se fue Alejo decidí completar algo que no llegué a hacer en clase y me distraje. Al rato hablé con mi papá, siempre con las mismas excusas de no tener tiempo con su trabajo, su otra familia y yo, como si fuera una desconocida que necesita de su caridad, por favor. Ya estaba a punto de acostarme a dormir cuando me acordé del papel y era una nota que había dejado Esteban.
- "Cita?" ¿De verdad? – Le mandó un mensaje a Esteban respondiendo a su nota.
- Si, cuando quieras. Es broma, pero si, cuando quieras y puedas podemos ir a donde te guste. Me sorprende que hayas tardado tanto en darte cuenta. – Me responde.
- ¿Te parece ir por algo después de el colegio? – Le respondo.
- Me parece muy bien.
Esos mensajes me dejaron pensando, y si Esteban es realmente el indicado y yo estoy haciendo cualquier cosa. Quizás sea un buen momento para dejar ir a Alejo, al final sólo soy una cita de juegos para él.
11 de marzo
Antes de irme al colegio le avisé a mi mamá que iba a llegar un poco más en la tarde porque tenía que hacer algunas cosas, la verdad no le doy muchas explicaciones y ella no me las da a mí, me parece bastante justo. Mamá es una persona que no está mucho en la casa, debido a su trabajo y su ocupadísima vida social. Aunque siempre se hace un tiempo para que estemos juntas y me gusta mucho que las cosas sean así, no nos asfixiamos tanto y cuando hacemos algo lo disfrutamos muchísimo más. En cambio con papá es distinto, no nos vemos casi nada ya que su familia y yo no somos muy compatibles. Pero lo bueno es que para intentar ocultar la ausencia sentimental, lo tapa con cosas materiales, así que si le pido algo siempre dice que sí.
Con mis amigos decidimos que íbamos a empezar a ir al colegio o encontrarnos en cierto lugar para ir, así que tengo que apurarme para estar lista cuando llegue Sami y después nos vamos a juntar con Azu y Aaron unas cuadras antes del colegio en una plaza. Obviamente no les voy a contar nada de lo que pasó con Alejo porque sé que no tendrían una buena opinión, además ya no va a pasar nada más, pero sí quizás les hable de Esteban. Aún me sigo poniendo nerviosa cuando estoy con él ¿será que me está gustando más de lo planeado?
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Bonhomía
Teen FictionLeah es una adolescente que siente que puede pasar al mundo por encima, pero todo cambia con la llegada de una noticia, es necesario poner un cable a tierra y crecer.