Taehyung recuerda perfectamente el momento cuándo pudo descubrir que quería a Jungkook mucho más allá de una profunda amistad. Esa tarde sonó una canción tan suave en el viejo radio de la sala de su casa, que lo hizo quedar estático los cinco minutos con veinte segundos que duró. Fue... Doloroso, de alguna manera bastante inexplicable; porque aunque tan solo era un adolescente como cualquier otro, con muchas cosas en la cabeza que lo hacían dudar constantemente, él ya había podido comprender que a veces los sentimientos no son más que una palabra que las personas pueden ignorar con facilidad.
Después de esa fecha helada de invierno, la canción que lo rompió por vez primera en la vida, no volvió a ser escucha por sus oídos durante ocho largos años. Ocho años. Hasta ese día. Es una coincidencia, es lo que su mente concluyó mientras conducía por los caminos solitarios de Daegu. Un cigarrillo encendido en su mano derecha, y ojos tristes que disfrutan de los últimos rayos del sol de ese presente viernes que prometía ser tan solitario como cualquier otro.
Él nunca ha sido un entusiasta de la vida, no suele salir a fiestas, tomar, drogarse, ni mucho menos fumar. Al menos, eso es lo que aseguraría Jungkook si alguien le preguntara de él. Pero ahí está, fumando con calma de un asesino silencioso... Vaya, tan silencioso como lo puede ser la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares e incluso la isquemia miocárdica. Aunque no lo ha convertido en un vicio, ya que solo lo hace cuando verdaderamente necesita adormecer su sistema un poco, no le gustaría que nadie más supiera que posee el mal hábito de encender alguno en la soledad de su existencia.
Tampoco es tan malo, ¿Verdad? Oh... ¿Exactamente qué no lo es? ¿El cigarrillo o querer a Jungkook de la forma en que lo quiere? Quizás necesite más tiempo a solas para poder hallar la respuesta a ese cuestionamiento, ya que no cree que pueda hacerlo mientras estaciona frente la casa del que ha sido su mejor amigo por siempre. Dios. Eso es un poco perturbador ahora que tiene la oportunidad de pensarlo; conoce al azabache mucho, a diferencia de sí mismo que es bastante cauteloso cuando se relacionan, Jungkook es una persona bastante abierta con sus sentimientos, mucho más de lo que debería, eso realmente le hace un gran daño a su corazón que solo busca un poco de amor.
Sin necesidad de bajar del auto, puede distinguir a la lejanía el cabello negro de aquella persona que ha aprendido amar de diversas formas, en el porche de la tan conocida casa. Sonríe de manera automática. Siempre está allí, cada vez que avisa que irá a su residencia, Jungkook sale para recibirlo con aquella expresión suave que le indica que es feliz de tenerlo una vez más en su hogar.
En esta oportunidad, al igual que muchas veces anteriores, viste un suéter oscuro con capucha, unos lentes redondeados y esa tan usual leche de plátano que compra más seguido de lo que sabe está consciente.
—Por fin, pensé que no ibas a venir o que te había ocurrido algo en el camino—es lo primero que menciona al llegar a su lado después de haber descendido por las escasas escaleras del lugar. Antes de que Taehyung pueda responder, Jungkook pasa uno de sus brazos por sobre sus hombros, apretándolo a su costado en un intento de contacto que ambos han naturalizado con el paso de los años—. ¿Qué hay? Oh, espera... ¿Qué es esto?—el azabache toma las mejillas del otro de forma espontánea, verificando de muy cerca aquella mínima línea negra que enmarca sus ojos avellanado. Las mejillas del mayor se tiñen de rosa—. ¿Delineador? Vaya, nunca te había visto de este modo.
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Antes de despertar ¹ | KookV
أدب الهواةTaehyung, un naciente escritor frustrado que ha creído que el silenciar sus sentimientos por años, haría apaciguar el amor unilateral dirigido a su amigo de infancia, ignorando de esa forma, la cuota de dolor que viene con el permanecer a su lado c...