Capítulo 15

66 7 0
                                    

Ahora Link vivía en el castillo dónde se pasaba los días junto a Zelda con quien había desarrollado una gran amistad, pero el sentimiento de remordimiento y culpa aún lo atormentaban, aunque sabía que nadie lo culpaba de nada, él no conseguía deshacerse de las horribles visiones que aún lo acechaban por la noche y que apenas lo dejaban dormir, sabía que tarde o temprano estás desaparecerían pero tendría que aprender a vivir con el dolor de su pérdida y el remordimiento.

A causa de esto el muchacho se sumió en una profunda depresión, pero nunca le dijo nada a nadie ni siquiera a su amiga, pues sabía que nadie podía entender lo que sentía mucho menos ayudarlo, he intentaba fingir que todo estaba bien aunque en realidad él estaba destrozado y lloraba casi todas las noches hasta quedarse dormido, habían días en los que era más fácil aparentar, pues lograba silenciar sus pensamientos, pero también había días en los que estos mismos no lo dejaban tranquilo.

Podía estar en el patio de entrenamiento practicando, en la biblioteca leyendo, en el establo cepillando a Epona o simplemente en los jardines del castillo descansando, cuando de pronto las imágenes de lo sucedido le volvían a la mente con toda su intensidad, si estaba con alguien, el chico inmediatamente intentaba mantener la calma, se excusaba y se dirigía a su habitación, pero si estaba solo, dejaba que las lágrimas cayeran por su rostro, mientras corría hasta su cuarto, cerrado la puerta y dejándose caer en la cama abrazando la almohada llorando.

Un par de meses después mientras Zelda caminaba por el pasillo, pasó por delante de la puerta cerrada de la habitación de su amigo escuchando unos leves sollozos, preocupada pegó la oreja a la puerta escuchando los sollozos con mayor claridad, preocupada llamó a la puerta -¿Link, puedo entrar? -preguntó la voz de Zelda, el chico no respondió por lo que ella abrió la puerta lentamente y entró, el muchacho permanecía acostado boca abajo con el rostro hundido en la almohada,

la chica se sentó a su lado sin decir una sola palabra y simplemente acarició su pelo, allí estaba la princesa de Hyrule, sentada junto a él tratando de consolarlo, pasadas unas horas su amiga le preguntó -¿Estas bien? ¿Qué sucede? -él la miró a l...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

la chica se sentó a su lado sin decir una sola palabra y simplemente acarició su pelo, allí estaba la princesa de Hyrule, sentada junto a él tratando de consolarlo, pasadas unas horas su amiga le preguntó -¿Estas bien? ¿Qué sucede? -él la miró a los ojos y supo que no valía la pena mentirle ni ocultarselo por más tiempo, así que le confesó por todo lo que había pasado en los últimos dos meses, la chica lo miró sorprendida y triste a la vez -¿Por qué no me dijiste nada? -le preguntó abrazandolo -no tenías por que atravesar ese infierno tú solo -le dijo ella con lágrimas en los ojos, ambos se abrazaron llorando -no sabía cómo decírtelo -admitió Link con un hilo de voz -y yo nunca me di cuenta -añadió la chica, permanecieron en silencio unos minutos -siento no haberte dicho nada -se disculpó el muchacho esbozando una ligera sonrisa -y yo lamentó no haber estado ahí para apoyarte -respondió Zelda.

Las semanas pasaron, Link tenía días buenos y días malos.

En los días malos, el muchacho se veía tan abrumado por el dolor y la tristeza que se encerraba en su habitación, en esos momentos Zelda lo apoyaba lo más que podía, ella siempre se quedaba a su lado y simplemente lo abrazaba mientras él lloraba desconsoladamente, hasta que finalmente se quedaba dormido.

Y en los días buenos, los dos jóvenes pasaban todo el día juntos, conversaban hasta altas horas de la noche.

La relación entre ambos se iba fortaleciendo cada vez más con el paso del tiempo, ninguno de los dos lo decía abiertamente pero ahora sabían que se amaban.

Un día mientras Link y Zelda paseaban por los jardines del castillo tomados de la mano, el chico tomó valor, la miró a los ojos y le dijo -toda mi vida pensé que estaba enamorado de mi mejor amiga -hizo una pausa -y sí, siempre la amé, pero ahora me doy cuenta de que tengo a alguien sin quien no puedo vivir -Zelda lo miró sorprendida -perdí todo lo que tenía pero tú me de volviste las ganas de vivir, me diste una razón para seguir luchando -ambos se abrazaron -yo también tengo una persona sin la cual no puedo vivir -le confesó ella al cabo de un momento, el muchacho la miró sin poder creerlo, la princesa lo besó sin dudarlo, Link aún sorprendido le devolvió el beso con el corazón acelerado, fue un beso cálido, tierno y romántico -te amo -declaró ella con rotundidad -yo también te amo -respondió él, tras otro prolongado beso ambos se miraron a los ojos -tú eres mi vida ahora -dijo el muchacho , Zelda le sonrió -y yo no lo desearía de otra manera -finalizó ella alegremente.

Mí Otro YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora