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Ya íbamos por la mitad del camino y el enfermero casi había terminado con mi herida.
-Alex, déjame llamar a mis padres-le miré.
-Aww ¿ya echas de menos a los papis?- dice con ternura.
-Iww ¿yi ichis di minis i lis pipis? ¿tu eres tonto?-le saqué burla.
-Era broma fiera, toma, ya está marcando-me dio el movil.
-¿Alex?
-Hola mamá, soy yo-le dije.
-¡Kylie! estábamos preocupados, ya vamos de camino al hospital, te pongo en el coche para que puedas hablar con tu padre-dijo mientras se escuchaba como conectaba el móvil al coche.
-¡Que pasa jefa!-dijo mi padre.
-¡Jeeeefeee!-dije mientras me reía, mi padre y yo siempre nos llamábamos así.
-¿Qué tal todo por ahí jefa?-preguntó mi padre.
-Todo bien, Alex me está cuidando-dije mientras le miraba de reojo y el reía.
-No sé si eso será bueno o malo-y rápidamente Alex contestó.
-¡Oye! ¡Qué te escuchooo!-grito y el enfermero le puso mala cara, mientras yo me reía, le respondí.
-Cómo un niño pequeño, bueno pues ahora nos vemos, os dejo que estoy llegando-nos despedimos y colgué.
Me llevaron hasta la que sería mi nueva habitación durante no sé cuánto tiempo y por fin pude descansar en paz, aunque fueron 30 segundos antes de que volviera el pesado de Alex.
-Las chicas también están de camino-pero cuando dijo eso yo estaba pensando.
-¿Estas ahí?¿En qué piensas?-preguntó.
-Alex, es que no tiene sentido, ¿para qué iban a entrar en el instituto?-dije mientras seguía pensando.
-Kylie, son terroristas y eso es lo que hacen-dijo obviando lo que había pasado hace un rato.
-Pero, piénsalo bien, no tenía sentido que los tres estuvieran en diferentes clases porque los demás ya habrían avisado a la policía y no podrían haber escapado-seguía pensando.
-¿Y si era una trampa? Puede que vinieran a por otra cosa-dijo.
-Eso era lo que intentaba decirte-rodé los ojos- ¿pero y si no hay dinero? ¿Qué es lo que buscaban?-seguía pensando.
-Tiene que haber un topo dentro del instituto, nosotros no llegamos a ver al tercer hombre-dijo.
-Tienes razón, tenemos que llegar al fondo de esto-nada más decir eso, la puerta sonó dejando pasar a mis padres, a mi hermano y a mis amigas.
-¡WEEEYY DONDE ESTÁ MI LOCA FAVORITA!-escandaló Mireia mientras entraba, como siempre hacía. Mireia junto a Eva, Myriam y Camila eran mis mejores amigas.
-Wey ya me vas a dar dolor de cabeza pinche pendeja-dijo Eva imitando un acento mexicano, mientras Myriam reía.
-Te podrías haber muerto-dijo la simpática Camila de siempre.
-La verdad es que nos hubieras echo un gran favor-dijo Mireia.
-Cómo os queréis-dijo Alex y rieron, aunque Alex se le quedó mirando a Myriam, me pareció extraño.
-Bueno que, ¿cómo estas?-dijo mi madre ya dentro.
-Pues todo bien, ha pasado muy rápido pero como bien sabe el jefe, ya tengo práctica-dije y le guiñé un ojo a mi padre mientras el se ponía el dedo en los labios en señal de que me callase.
-Ay de verdad, siempre con vuestros peligros-dijo mi madre cruzándose de brazos y nosotros empezamos a reír.
-¿Y sabes cuándo te dan el alta?-preguntó Eva.
-No, pero espero que pronto-dije desesperadamente.
-Cómo te encanta el drama-dijeron Mireia y Myriam a la vez.
-Ya boludas, me dieron miedo-imité mi espectacular acento argentino, la verdad es que se me daban bien los idiomas y también imitarlos, aunque fuese de broma.
Entró una enfermera y me pinchó en el brazo.
-Chicos, tienen que esperar todos fuera, si todo va bien, el doctor podrá darle el alta a Kylie pero mientras, solo uno se puede quedar aquí-dijo mientras se marchaba con un portapapeles.
-Me quedo yo, id todos a descansar porque vosotras tenéis clase mañana y vosotros trabajáis-les dijo Alex a mis padres y a mis amigas.
-Gracias Alex, mañana nos vemos-dijo mi padre y le dio un abrazo a Alex y me dio un beso en la frente. Uno a uno se despidieron de mí y nos quedamos Alex y yo en la habitación.
-Bro, me he quedado muy rallada con eso-le dije.
-Yo también sister, pero descansa ahora porque lo necesitas-me dijo y se acurrucó en la silla.
-Si eh, tu pártete la espalda que no pasa nada, anda ven aquí-me eché a un lado de la cama y le dejé espacio, el vino, se tumbó y dormimos los dos juntos, como solíamos hacer muchas veces, Alex es mi apoyo incondicional, que siempre está ahí y por eso siempre vamos a ser como hermanos.
Jueves, 09:00
Me despierto y no hay nadie a mi lado así que decido ponerme cómoda, es rarísimo que Alex se despierte tan temprano pero aquí es incómodo dormir y habrá ido a desayunar. El doctor entra por la puerta y se dirige hacia mí.
-Buenos días Kylie, espero que este mejor-me dice mientras apunta unas cosas en un portapapeles.
-Sí doctor, estoy mucho mejor, no fue casi nada la verdad-digo mientras le doy la vuelta a mi brazo para ver la herida.
-Pues todo genial, aquí tienes el alta y puedes irte en cuánto recojas tus cosas, si pasa algo, no dudes en llamar, gracias.
-A usted-y en lo que salió el por la puerta apareció un Alex con un café y un croissant que parecía que no había comido pan en su vida.
-Oye, que hay mesas en la cafetería, solo por si no las has visto bro-digo mientras me empiezo a reír.
-Muy graciosa, es que no quería dejarte sola, he estado pensando y mi jefe me ha llamado para decirme que tiene que verte algún día ya que dice que eres muy buena y quieres ser policía-hablaba mientras se comía su desayuno.
-Es que hay algo que no encaja Alex, tenemos que ver las pruebas que han recogido los forenses e investigar-hablo mientras me
levanto y me preparo para irme.
-Preguntaré a mis compañeros a ver si les han sacado algo a los hombres o algo de las escenas en donde pasó todo.

𝑃𝑜𝑟 𝑚𝑖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora